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El PP se la juega sin Feijóo en Galicia frente a una izquierda que ve posible gobernar: las claves del 18F

  • El PP lucha por mantener su bastión y el BNG por seguir liderando la oposición frente al PSdGE
  • Politólogos analizan para RTVE.es las claves de estas elecciones y su repercusión nacional

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Los partidos se preparan para una campaña electoral en Galicia con clave nacional

Las elecciones gallegas arrancan un nuevo ciclo electoral este 2024 que seguirá con las elecciones vascas en primavera y con las europeas en junio. Todas estas citas con las urnas son de muy diversa índole, pero con una clara lectura nacional de la que ya no escapa ningún proceso electoral en España, sea este el que sea.

En Galicia el PP se la juega más que ningún otro partido porque gobierna en esta comunidad desde hace más de 30 años, con un breve periodo entre 2005 y 2009 de bipartito del PSdeG y el BNG. Ha gobernado, además, sin discusión, con mayorías absolutas aplastantes de Manuel Fraga Iribarne y Alberto Núñez Feijóo.

En las últimas elecciones gallegas del año 2020, Feijóo conquistó su cuarta mayoría absoluta, pero en 2022 la mayor crisis interna en el PP entonces de Pablo Casado, por su guerra particular con Isabel Díaz Ayuso, obligó al líder gallego a hacerse con las riendas del partido en Génova. Le sucedió entonces en la Xunta su vicepresidente y delfín, Alfonso Rueda, que ahora se presenta por primera vez a los comicios con un nivel de popularidad y tirón menor que su antecesor.

Mantener uno de los mayores bastiones del PP es un objetivo clave para el partido, que sale a por todas en esta región.

"Es una plaza en la que el resultado es bimodal: o gana el PP por mayoría absoluta y gobierna, o la pierde y deja de gobernar porque sumarán los demás", señala a RTVE.es el politólogo Pablo Simón, que destaca además el peso orgánico ahora mismo del PP gallego en el PP nacional- con Feijóo como líder y figuras fuertes también como el actual portavoz parlamentario y mano derecha de Feijóo, Miguel Tellado, que antes lo fue en Galicia como secretario general del partido en esa comunidad. "El PP juega a defender y el resto, al ataque", añade Simón.

"Es un feudo tradicional para el PP. Perderlo supondría un problema gordo para ellos y sería un gran revés. Es una carrera contra sus propias expectativas", afirma a RTVE.es la politóloga Cristina Monge, que pone el foco en que son las primeras elecciones tras las generales de 2023 y "también son claves para los dos partidos que forman el Gobierno de coalición a nivel nacional".

"Los sondeos coinciden en que el PP de Rueda va a la baja, pero no se ponen de acuerdo en el nivel de la caída", apunta Simón, que coincide con Monge en el perfil más bajo de Rueda frente a la fortaleza de Feijóo en Galicia durante años.

El PP se va a volcar en estos comicios con una presencia muy alta en campaña de Feijóo en su tierra natal donde sus resultados siempre han sido indiscutibles, y también del exlíder del PP y expresidente Mariano Rajoy (también gallego) que ya ha participado en videos de campaña de Rueda y en actos de precampaña. Este mismo sábado, en el primer fin de semana de campaña, los tres juntos- Rueda, Feijóo y Rajoy- quieren llenar la plaza de toros de Pontevedra, emblemática para el partido.

Uno de los parlamentos menos fragmentados con tres partidos

Frente al PP se sitúa, en uno de los parlamentos menos fragmentado de España con solo tres partidos, el BNG, muy consolidado como segunda fuerza en Galicia con Ana Pontón como líder de la oposición; y el PSdeG-PSOE, que quiere recuperar esa posición en el liderazgo de la izquierda gallega que se le resiste desde hace años y lo busca con un nuevo candidato, José Ramón Gómez Besteiro. Ambos partidos luchan por poder sumar fuerzas para desbancar al histórico PP de Galicia.

En definitiva, el BNG y el PSdeG-PSOE quieren emular, a menor escala, lo conseguido en las elecciones generales. Y no es otra cosa que poder sumar juntos para, aún con un triunfo del PP que ninguna encuesta pone en duda, desbancarle de una Xunta que domina desde hace décadas.

Está por ver si en estas elecciones gallegas la representación parlamentaria se queda en esos tres partidos o consiguen entrar otras fuerzas a la derecha y a la izquierda: Sumar y Podemos que pelean, una vez más divididos, por convencer a un mismo electorado; Vox, que busca representación en el espacio conservador una comunidad que se le resiste; y Democracia Ourensana, que quiere ser la sorpresa electoral en el escrutinio del próximo domingo 18 de febrero.

El promedio de encuestas elaborado por DatosRTVE augura un escenario sin mucha variación con una mayoría absoluta del PP, el BNG en segunda posición y el PSdeG, en la tercera plaza. Eso sí, el PP perdería tres diputados y obtendría una mayoría absoluta más ajustada. Además, Sumar podría obtener un escaño.

El barómetro del CIS del pasado 25 de enero vaticina un escenario más abierto, con un PP que gana, pero que podría perder la mayoría absoluta. Sitúa al BNG y al PSdeG en la segunda y tercera posición; y además, a Sumar y Democracia Ourensana como partidos que podrían entrar en el parlamento con hasta dos y un escaño, respectivamente.

Los politólogos Simón y Monge coinciden en que "un puñado de votos" puede decidirlo todo en las elecciones de Galicia.

El BNG y el PSdeG buscan unir fuerzas para desbancar al PP

Si algo han dejado claro las citas electorales, sean en el ámbito que sean, es que es importante ganar en las urnas, pero más lo es gobernar. Y no siempre van de la mano ambas cuestiones. El BNG y el PSdeG quieren hacerlo posible como lo fue entre 2005 y 2009 cuando el socialista Emilio Pérez Touriño fue presidente de la Xunta gracias al apoyo de los nacionalistas gallegos. En esas elecciones Fraga se quedó a un solo escaño de su quinta mayoría absoluta y fue desbancado del Gobierno. Un solo escaño puede decidir, por tanto, el próximo inquilino de la Xunta.

BNG y PSdeG parten ahora desde posiciones diferentes con mayor fuerza de los de Ana Pontón que superan en cinco escaños al PSdeG. En las últimas elecciones de 2020 el BNG subió 13 escaños en un hito histórico para la formación y ahora las encuestas les vaticinan un incremento, aunque menor.

"Es una candidata conocida en Galicia con un perfil moderado de nacionalismo de izquierdas que ha sido capaz de llevarse voto socialista. El BNG ha conseguido que votantes que apoyan a Pedro Sánchez en las generales, opten por Pontón en las autonómicas ", apunta Simón, quien cree que el PSOE de Galicia sufre una "crisis endémica" desde el bipartito de Touriño, con hasta cuatro candidatos distintos en los procesos electorales desde entonces.

Desde el año 2009 el PSdeG no repite cabeza de lista en las autonómicas y ninguno ha conseguido consolidarse en esta comunidad. "No dan la tecla con un candidato competitivo", añade Simón.

Monge pone de manifiesto que al PSOE de Galicia se le resisten mucho los comicios autonómicos ya que sí obtiene "buenos resultados" en las elecciones municipales, con gobiernos socialistas en tres de las cinco principales ciudades gallegas: Vigo, A Coruña y Lugo.

En noviembre del pasado año, el PSOE y el BNG firmaban en el ámbito de la política nacional un acuerdo por el que los nacionalistas daban su apoyo a la investidura de Pedro Sánchez en lo que podría ser un ensayo, si los números dan, de la entente que ambas formaciones podrían llevar a cabo en Galicia.

El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, ya ha participado en la precampaña gallega y se estrenará en la campaña oficial este mismo sábado en un acto con Besteiro en Ourense.

Sumar y Podemos llevan su divorcio del Congreso a Galicia

La guerra abierta a nivel nacional entre Sumar y Podemos viaja hasta Galicia, donde se llegó a negociar una candidatura común para aglutinar el voto a la izquierda del PSOE, con una negociación que saltó por los aires con la separación en el Congreso.

Sumar va a por todas en la tierra de Yolanda Díaz, donde empezó su carrera política y ha mandado a una colaboradora más que estrecha, la ya exportavoz parlamentaria Marta Lois.

Por su parte, Podemos apuesta, tras un proceso de primarias, por Isabel Faraldo, pero la formación de Ione Belarra dudó inicialmente incluso de presentarse en estas elecciones y el exlíder Pablo Iglesias llegó a pedir el voto públicamente por el BNG y pidió a los inscritos que se opusieran a ir con Sumar.

Barrera electoral en Galicia del 5% de los votos

El sistema electoral en Galicia incluye una barrera electoral provincial del 5% de los votos que han de superar los partidos en cada circunscripción para optar al reparto de escaños. En la práctica esta barrera castiga la fragmentación y ha provocado que, desde las elecciones de 1993, cuando ese porcentaje aumentó del 3% al 5%, apenas haya habido espacio en el Parlamento gallego más que para tres partidos (PP, PSdeG y BNG) con la excepción de los comicios en los que consiguieron colarse en la Cámara Alternativa Galega de Esquerda (AGE), en 2012, y en Marea (la marca de Podemos) en 2016. 

"Hay que ver en qué se traduce esta división en la izquierda. La barrera del 5% del voto para entrar en el Parlamento ya es alta de por sí. Necesitas un porcentaje de voto alto en Lugo y Ourense para entrar, y esa división es ahí donde se puede notar y dejar a esas fuerzas fuera", señala Pablo Simón.

Monge explica a RTVE.es que si se instala en el estado de ánimo del votante que puede dudar entre Sumar y Podemos la idea de que "hay posibilidad de cambio en la Xunta con la unión de la izquierda", es probable que Sumar obtenga más votos. "Si por el contrario este votante da por hecho la mayoría absoluta del PP, se puede dividir más y el votante fiel de Podemos irse a esa marca", apunta.

Ambos politólogos coinciden en que la representación solo la tienen asegurada PP, BNG y PSdeG-PSOE y en que la pelea por un puñado de votos determinará si Sumar tiene opciones, tal y como apuntan algunos sondeos.

En el caso de que los de Yolanda Díaz entren en el Parlamento gallego poca duda de que se uniría al bloque con los nacionalistas y socialistas contra el PP de Rueda para posibilitar un cambio de signo que sería histórico en la Xunta.

PP y Vox, mal avenidos en Galicia

Vox consiguió en las pasadas elecciones gallegas un pírrico 2% de los votos con 26.797 sufragios que dejaron fuera del Parlamento a la formación de Santiago Abascal. Las encuestas no vaticinan mejora, lo que ha hecho que Alberto Núñez Feijóo le pida directamente al partido que no concurra en las elecciones porque puede hacer que esos votos se pierdan y perjudiquen la mayoría absoluta del PP. Vox calificó la petición de "falta de respeto" y ve una "obligación" concurrir en los comicios, en los que presenta a Álvaro Díaz-Mella como candidato.

"Allá donde el PP está muy bien, Vox está débil", resume Monge. "No tienen un candidato popular en Galicia y no tienen estructura potente. El tipo de temas que le funciona a Vox en otros ámbitos, como la política lingüística, aquí no vale", añade Simón.

Abascal se va a volcar en estas elecciones con seis visitas a la comunidad en los quince días de campaña.

Cita con las urnas en mitad de la tramitación de la amnistía

Las campañas electorales de los últimos tiempos han demostrado que sea cual sea el escenario donde se compita la política nacional y el barro que la rodea y la crispación y polarización lo inunda todo.

El ruido de la amnistía a los encausados del 'procés' arrolla ahora mismo casi cualquier otro tema político. Esta campaña arranca esta misma noche en medio de una tramitación parlamentaria de la ley de amnistía que se complica por momentos. Precisamente en los quince días que dura la campaña se tienen que negociar de nuevo las enmiendas que plantea Junts para blindar aún más la medida de gracia y que entre en su paraguas su líder, Carles Puigdemont.

"Rueda convoca aprovechando el clima por la amnistía. Si el PP lleva esto a la campaña puede ser un elemento que desgaste al PSOE, pero también puede conseguir el efecto contrario: movilizar a los que sí apoyan al PSOE en las generales y quizá no iban a hacerlo en las autonómicas. Es un arma de doble filo", señala Simón.

La clave de la participación en la comunidad más abstencionista

La última vez que los gallegos acudieron a las urnas en 2020 lo hicieron en medio de una pandemia con colegios repletos de mascarillas, medidas para la distancia de seguridad, restricciones obligatorias e incluso zonas confinadas por brotes de coronavirus.

La participación llegó al 58,9% en la noche electoral, pero bajó hasta el 48,97% en el recuento final con el voto por correo, con un resultado final en el que la abstención superaba el 50%.

"Es una clásico en cada proceso electoral decir que todo depende de la participación, pero en este caso es importante porque Galicia es la comunidad más abstencionista de España", señala Monge.

El voto exterior también es clave en estos comicios con medio millón de gallegos que pueden decidir desde el exterior al próximo inquilino de la Xunta.

Todo por decidir en Galicia con una campaña electoral que podría ser definitiva y mover voto de un partido a otro, o consolidarlo. Los partidos tienen desde las 00.00 de este viernes para convencer a los indecisos en una campaña que se presenta intensa.