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Elecciones Madrid 4M

El 4M pone a prueba los liderazgos nacionales en unas elecciones con aire de generales

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Los líderes nacionales de los principales partidos que concurren al 4M en Madrid
Los líderes nacionales de los principales partidos que concurren al 4M en Madrid

Pocas campañas electorales se han vivido en España con tanta crispación como la del 4M en Madrid, unas elecciones autonómicas con aire de generales en las que todos los líderes nacionales ponen el foco estos días. Madrid es la joya de la corona ansiada por todos los partidos, pero donde hay mucho que ganar, también hay mucho que perder y, en este sentido, los liderazgos se están poniendo a prueba.

“Todos se juegan mucho a nivel autonómico y nacional y por eso la política está tan polarizada, explica a RTVE.es la directora de la Escuela de Gobierno de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Paloma Román Marugán. La campaña ha pasado a dividirse entre el “comunismo o libertad” de la presidenta Isabel Díaz Ayuso (PP) -idea que apoya Vox- y el “democracia o fascismo” de los partidos de izquierda y todos los líderes nacionales están entrando en la confrontación, incluido el propio Ejecutivo.

No es de extrañar, por tanto, la implicación de los miembros del Gobierno este 4M. Pocos son los días en los que no haya un ministro socialista -cuando no el propio presidente y líder socialista, Pedro Sánchez- acompañando al candidato del PSOE, Ángel Gabilondo en un mitin. Especialmente presentes ha estado en los últimos días Fernando Grande-Marlaska (Interior) y Reyes Maroto (Industria) a raíz de las amenazas de muerte que han recibido. E incluso el propio Gobierno, desde las ruedas de prensa tras el Consejo de Ministros, está pidiendo a las formaciones hacer un "cordón sanitario a Vox” en todos los ámbitos.

La vicepresidenta tercera del Gobierno, Yolanda Díaz, y las ministras Irene Montero e Ione Belarra también están muy presentes en los en los actos de Unidas Podemos. El líder del PP, Pablo Casado, da algo más de margen a su candidata, Isabel Díaz Ayuso, quien tiene un perfil muy marcado dentro del partido, mientras que el de Vox, Santiago Abascal, acompaña a Rocío Monasterio a los mítines día sí y día también. Poco protagonismo están teniendo, sin embargo, los líderes de Ciudadanos y de Más País, Inés Arrimadas e Íñigo Errejón.

¿Qué se juega cada líder en estas elecciones?

Pedro Sánchez, poco que perder y mucho que ganar

Pedro Sánchez tiene poco que perder este 4M, según los politólogos consultados por RTVE.es. No puede perder un gobierno regional que no tiene y las encuestas prevén un resultado similar al de las autonómicas de 2019, por lo que tampoco el PSOE perdería peso político. En cambio, Sánchez tiene mucho que ganar ya que podría librarse de la oposición que le hace Ayuso y tener a Madrid como aliado para cuestiones tan importantes “como la gestión de los fondos europeos” si Gabilondo logra ser investido presidente, considera el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Barcelona Jesús Palomar.

“Lo que se juega es el respaldo de la gestión del COVID”, añade, y prosigue: “Madrid ha sido la comunidad díscola que ha llevado la contraria al Gobierno y a sus medidas, por lo que en estas elecciones se mide si los ciudadanos creen que sus medidas han sido más adecuadas para Madrid y para España o no”. Pero no cree que un mal resultado en la región suponga una derrota frente al PP en general ni frente a Casado sino frente a Ayuso, que es quien ha planteado el duelo entre ambos. En general, considera que “tiene más que ganar que perder”.

“Pedro Sánchez es el que menos se juega”, coincide la experta en Ciencias Políticas de la Universidad de Granada, Giselle García Hipola. “Si gana, gana. Pero, si pierde, sigue siendo presidente del Gobierno y ya decidirá la estrategia para explicárselo a los madrileños”, añade. Además, cree que, a raíz del debate en la Cadena Ser, Sánchez ha cedido más protagonismo en la campaña a Gabilondo porque ha ganado peso propio pero, también, “para que si pierde no sea visto como una derrota de Sánchez sino del candidato”.

Pablo Casado y la sombra del liderazgo de Ayuso

Muy distinto se presenta el 4M para Casado. “Si perdiera la presidencia de la Comunidad de Madrid, sería un batacazo fortísimo y supondría un retroceso importante para el PP”, considera Marugán. Casado perdería el principal poder territorial que tiene su partido en una estrategia fallida de Ayuso, que es su apuesta personal, de adelantar elecciones.

Casado planteó este 4M como una primera vuelta de las generales y la "clave" para que él llegue a La Moncloa. También es la primera de fuego que tiene para reunificar a la derecha en España. Pero “tanto si gana Ayuso y forma Gobierno o si lo hace la izquierda, está en una situación de perder”, considera Palomar. Si Ayuso gana con solvencia, “se impone el liderazgo” de la dirigente madrileña, quien ya ha demostrado tener perfil propio dentro del partido, y Casado “debería estar preocupado de cara a unas futuras primarias”. García Hipola coincide en esta cuestión. “Ayuso está aprovechando una coyuntura política en la que el líder de su partido capea el temporal como puede mientras ella tiene una valoración mejor. De los resultados depende que se consolide su liderazgo en el PP”, añade. Y no es casual que en varias intervenciones públicas tanto Casado como Ayuso hayan tenido que recalcar que su proyecto es el mismo.

Respecto a un posible pacto de Gobierno con Vox, Palomar considera que puede añadir además un problema de “coherencia” a la estrategia de Casado, quien ha ido moviéndose entre acercarse y alejarse a la formación de Santiago Abascal. Pero Hipola no cree que gobernar con Vox en Madrid le perjudicase, ya que “el elector del PP no está tan lejos de lo que Vox dice y puede entender que son necesarios para que el Partido Popular gobierne”.

Santiago Abascal y su oportunidad de gobernar en Madrid

Ambos coinciden, sin embargo, en que Abascal “solo sale a ganar” este 4M y es “el que tiene mejor posición para lograr sus objetivos”. Palomar cree que, aunque ganen las izquierdas la Comunidad, “Vox tendrá buena representación en Madrid” aunque puedan perder votos y escaños a favor del PP. “El discurso será que, si ganan las izquierdas, la culpa es de Ayuso y no Vox, y si Ayuso es presidenta, será que es gracias a Vox”, añade. Considera que “el liderazgo de Abascal no tiene ninguna fisura al respecto ni sombras que hagan dudar de su liderazgo dentro del partido”.

De hecho, Abascal es el único de los líderes nacionales que acompaña a su candidata en los carteles de campaña y también está yendo a todos los mítines. Monasterio, que se vio ensombrecida durante la primera mitad de la campaña por Ayuso, recobró protagonismo a raíz de las amenazas a los políticos, pero antes del inicio de campaña estaba peor valorada por sus votantes, según el CIS, que Ayuso.

García Hipola coincide con Palomar pero añade que, si Vox suma con Ayuso, tendrá “que decidir si entra a jugar” como partido de gobierno y eso puede suponer un antes y un después. “Cuando quieres gobernar, tienes que llegar a acuerdos y a negociar. Un partido así puede tener una postura más radical hasta que llega a una institución, pero después no”, añade. Considera que, hasta ahora, a Vox le ha interesado no formar parte de ningún Gobierno para afianzar a su electorado con un discurso más “populista” y proponer “medidas estrella” como el ‘pin parental’, pero eso cambiaría radicalmente de entrar por primera vez en un Gobierno. Si suma con Ayuso, deberá elegir, dice, si da el salto a las instituciones como hizo Podemos sabiendo que esto conlleva un “desgaste” electoral, porque una vez dentro hay que “matizar el discurso”. En cualquier caso, cree que ese planteamiento será a largo plazo y que ahora Vox tiene poco que perder.

Pablo Iglesias, ante su futura "jubilación" como líder de UP

Iglesias ha sido el único líder que ha bajado un escalón en la política, pasando de vicepresidente segundo del Gobierno a candidato de Unidas Podemos. Y ya señala a la vicepresidenta tercera, Yolanda Diaz, como su sucesora al frente de la formación. En este sentido, Palomar cree que “no se juega nada como líder porque está jubilándose”. Su movimiento, dice, tiene “dos lecturas”. Por un lado, “ha echado el resto en Madrid para ser la salvación de su partido, que tenía riesgo de no estar representado en la Asamblea” si no lograba el 5% de votos, y eso “lo va a conseguir”. Por el otro, ha empezado a allanar el camino a un nuevo liderazgo en Unidas Podemos.

Palomar cree que, si logra gobernar la izquierda, tendrá un papel “relativamente relevante” dentro de un gobierno regional y, si no, el movimiento le habrá servido como “el último servicio que le preste a Unidas Podemos” antes de abandonar el liderazgo. Considera que Iglesias “ha sabido cuándo apartarse” del mismo porque, por un lado, “no se sentía ya útil en el Gobierno de España”. También, dice, porque era consciente de que al partido “le perjudicaba su personalismo” así como “el tándem Pablo Iglesias-Irene Montero, "como si fuera un partido de familia”. Al situar a Díaz de sucesora, “no se le puede acusar de nepotismo” y el movimiento puede funcionar como un “reinicio” del partido, que llevaba tiempo "fallando".

Para García Hipola, el movimiento de Iglesias implica también “una estrategia pensada para partir Podemos en dos”, una parte más institucional -como la de Díaz en el Gobierno- y otra para “usar las delegaciones territoriales” como Madrid “para hacer más ruido” sin filtros. Y Marugán, por su parte, cree que Iglesias no abandonará el liderazgo de Unidas Podemos a corto plazo porque, “si fuera así, hubiera aguantado un poco más en la Vicepresidencia Segunda y se hubiera marchado desde allí”. En cambio, piensa que a Iglesias “le gusta estar en el foco” que ahora se encuentra en Madrid.

Inés Arrimadas, capitana de un barco que se hunde

Todas las encuestas sitúan a Ciudadanos fuera de la Asamblea regional el 4M. El partido viene de hundirse en Cataluña y de perder el Gobierno madrileño y el de Murcia a raíz de una estrategia fallida para hacer caer por medio de moción de censura al Gobierno murciano. Ha sufrido también importantes fugas que ha aprovechado en ocasiones el PP para incorporar exdirigentes de Cs a su proyecto y el partido se ha quedado debilitado tanto en el Congreso como en el Senado. Todo ello, con una Inés Arrimadas muy cuestionada desde marzo como líder de la formación.

Precisamente, durante la campaña destaca la poca presencia que está teniendo Arrimadas, a diferencia de la mayor participación que tuvo en las elecciones catalanas del 14 de febrero. Esa “ausencia”, considera García Hipola, es “estratégica”. “Lo que hace es ponerse detrás de su candidato, Edmundo Bal, y probablemente esté pactado que le vayan a atribuir la derrota a él”, añade. Lo hace, según dice, para mantener “su última baza política” de rearmarse de cara a unas futuras elecciones generales.

Pero considera que no lo tiene fácil. “Están desesperados, no tienen estructura orgánica de partido en España y, si tienen una debacle en Madrid, pueden empezar a perder más gente” que se vaya a otros partidos, señala. “Ciudadanos está en proceso de desmantelación y Arrimadas se juega la puntilla que le falta al partido para poner de manifiesto su desaparición”, añade Palomar. Cree además que es “difícil predecir si se quedará, como los capitanes, ‘en el barco’ hasta que se hunda o si pasará a otra formación política o abandonará la política como ha hecho Albert Rivera” tras el 4M. Y Marugán coincide en que el 4M es para Arrimadas una cuestión de “supervivencia”: “Si se queda fuera de la Asamblea, entraría en 'cuidados intensivos' y no tendría fuelle en ninguna otra convocatoria electoral”. También cree que el liderazgo de Arrimadas quedaría “enormemente afectado” a nivel nacional y el partido perdería peso político en la política española en general.

Íñigo Errejón, una oportunidad de hacer crecer a Más País

Íñigo Errejón abandonó en 2019 la política madrileña para dar el salto nacional con Más País, pero no logró el éxito que esperaba y solo tiene dos diputados más el de Compromís, Joan Baldoví. Sin embargo, la candidata de Más Madrid, Mónica García, “ha ido construyendo un liderazgo” en los últimos dos años al ser “la principal oposición frente a Ayuso en la Asamblea de Madrid”, señala García Hipola, quien cree que Gabilondo ha estado “más desaparecido”. Cree que, con la visibilidad nacional que tienen estas elecciones autonómicas, si Más Madrid refuerza su resultado, y García gana más popularidad, Errejón podría verse beneficiado en unas futuras elecciones generales para ampliar el espacio de Más País. En caso contrario, podría atribuir un mal resultado únicamente a García, ya que él tampoco está tan involucrado en la campaña como otros líderes como Abascal.

“Aunque no sea el primer partido de izquierdas en la Comunidad, Más Madrid ha sido el líder de facto de la oposición”, coincide Palomar, pero destaca que a nivel estatal, Más País es “anecdótico”. “La oportunidad de crecer de Errejón se daría en una hipótesis en que volviera a Unidas Podemos una vez se marche Iglesias y tras un buen resultado en Madrid”, considera. Pero también podría intentar crecer de cara a las próximas generales. “Dos años es margen de tiempo para organizarse y tiene campo para recorrer, porque son bastantes los descontentos de Unidas Podemos y muchos no se han ido al PSOE sino que se han quedado en la abstención”, señala.

A falta de una semana para las elecciones del 4 de mayo, los candidatos han intensificado la campaña. Las encuestas prevén una clara victoria de Ayuso, que podría incluso doblar los resultados de 2019. Sin embargo, quedan días para que pueda haber nuevas sorpresas en una campaña que ya ha tenido varias. Hasta conocer los resultados del 4M, todo está por ver.