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El BCE rebaja el tope de liquidez para la banca griega por la normalización del sistema

  • Los fondos a su disposición bajan de 91.000 millones a 89.700 millones
  • Considera que la liquidez bancaria ha mejorado por los ingresos del turismo

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Sede del BCE en Fráncfort
Sede del BCE en Fráncfort.

El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido rebajar el tope máximo de liquidez a la que los bancos griegos tienen acceso a través del mecanismo de créditos de emergencia (denominado ELA), tras una petición del Banco de Grecia. De esta forma, el total de préstamos de emergencia a disposición de la banca helena ha pasado de 91.000 millones de euros a 89.700 millones.

El nivel actual de préstamos a disposición del sistema financiero heleno se alcanzó el pasado 22 de julio, cuando el BCE lo elevó en 900 millones de euros por segunda semana consecutiva, una vez que Atenas y los líderes europeos acordaron el 13 de julio el inicio de negociaciones para el tercer rescate del país.

Según han señalado a Efe fuentes bancarias, la solicitud se produjo porque el Banco de Grecia considera que ha mejorado el nivel de liquidez del sistema bancario griego.

En este sentido, la reducción del ELA es una señal positiva para la economía, porque muestra la progresiva normalización de la situación del sistema bancario, después del acuerdo alcanzado el pasado día 11 entre Atenas y sus acreedores, y la luz verde posterior que consiguió ese pacto en el Parlamento griego y el Eurogrupo.

No obstante, el país continúa, desde hace casi dos meses, bajo la imposición de controles de capital que lastran el desarrollo de la economía

En su reunión de este martes, el BCE estuvo de acuerdo con la solicitud griega al estimar que se ha producido una mejora en la liquidez de la banca, entre otras cosas, gracias a los ingresos registrados a finales de julio por el turismo.

Según la prensa local, se calcula que en agosto ha habido un retorno a los bancos de entre 400 y 450 millones de euros en depósitos.

El acceso a la línea de emergencia del BCE era hasta ahora la única fuente de financiación abierta para la banca griega, después de que el propio BCE dejara de aceptar en febrero pasado los bonos del Estado griego como garantía de sus operaciones de refinanciación.

Este mecanismo permite que las entidades se financien de forma excepcional a corto plazo a través del Banco de Grecia, aunque a un interés mayor que el que pide actualmente el BCE en sus operaciones ordinarias de refinanciación (0,05%).