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Las participaciones de Bankia en otras compañías, una de las claves para sanear la entidad

  • BFA-Bankia está en el accionariado de Iberdrola, Mapfre o IAG, entre otras
  • Con todo, deshacerse de ellas ahora supondría pérdidas para BFA
  • Una acción de Bankia vaía 3,75 euros en julio de 2011; ahora dos euros

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El Estado se convertirá en el principal accionista de Bankia

Cuando el Estado lleve a cabo la nacionalización efectiva del Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la entidad que aglutina los activos dudosos ligados al 'ladrillo' de Bankia, también accederá a participaciones en numerosas empresas como Iberdrola, Mapfre, NH Hoteles o Metrovacesa. Esta cartera es una de las claves para elaborar un plan que haga de BFA-Bankia una entidad viable.

Así lo estableció la propia entidad en su plan de provisiones de activos inmobiliarios, aprobado por el Banco de España, para llegar a cumplir con las exigencias de la reforma financiera aprobada en febrero: en total 5.070 millones de euros.

De hecho, la entidad ya se deshizo del 4% que tenía en Bolsas y Mercados Españoles (BME) por 70,12 millones y del 10,36% de su participación en Mapfre América por 244 millones. Estas operaciones le generaron unas plusvalías de 110 millones de euros.

El problema es que, en estos momentos, operaciones de este tipo producirían minusvalías. "Es decir, que las vendería por menos dinero por el que las compró", señala Daniel Pingarrón, analista de IG Markets, a RTVE.es. Por ello, el responsable de Estudios Financieros de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), Santiago Carbó, descarta una desinversión "prematura y urgente", señala Europa Press.

Las inversiones de Bankia

Esa cartera aporta al grupo beneficios por la obtención de dividendos. En estos momentos, BFA cuenta con algunas "joyas", como el 20% de Indra (multinacional de servicios en área tecnológica) que este año ha repartido 0,68 euros por acción; o el 5,4% de Iberdrola, una de las compañías más rentables del Ibex.

La entidad bancaria cuenta también, aproximadamente, con el 12% de IAG (la compañía aérea resultante de la fusión de British Airways e Iberia); del 15% de HN Hoteles; o del 18% de Deoleo (antiguo grupo SOS) de alimentación.

Las participaciones de BFA se extienden por el sector financiero (cuenta con el 15% de Mapfre y el 38% de Inversis Banco); y por las inmobiliarias como Metrovacesa (19%) y Realia (27%).  Precisamente estas últimas son las que más minusvalías generaría porque han sufrido una fuerte baja en Bolsa por la crisis del sector inmobiliario.

La también analista de IG Markets, Soledad Pellón, resaltó a Europa  Press que la venta de las participaciones estratégicas "es de lo primero  que debería deshacerse" porque, a su parecer, "no tiene sentido una  inyección de dinero público sin desinversión de estratégicas aunque  tenerlas sea bueno para el capital de la entidad, porque este respaldo  inevitablemente va a repercutir en el dinero de todos por muchas vueltas  que le den a la contabilidad de las cuentas del Estado".

El analista de XTB, Juan Pedro Zamora, considera que "es un paso lógico que se acometerá en unos seis meses o un año", ha asegurado a Europa Press . Y a eso hay que unir una reducción "del tamaño y de su red de sucursales", subraya Pingarrón, a RTVE.es.

Los pequeños accionistas, los más castigados

El precio de la acción de Bankia se ha hundido en Bolsa en los últimos días por el temor de los pequeños accionistas, que han puesto a la venta sus acciones. "Casi todo el capital que cotiza en el parqué de Bankia es propiedad de pequeños inversores", recuerda Daniel Pingarrón, analista de IG Markets.

De hecho, en su debut en Bolsa, la entidad presidida entonces por Rodrigo Rato cerró en 3,749 euros. Esta semana cada acción vale apenas dos euros. Pero, además, el futuro de los accionistas no es muy halagüeño. Algunos analistas como Juan José Berrocal, de GVC Gaesco Valores, creen que el precio de la acción "está en caída libre y sin soporte alguno", señala Efe.

Bankia ha perdido ya 700 millones de euros de su valor en bolsa

El otro peligro para ellos, además de la caída bursátil, se llama dilución, que es el resultado de la emisión de nuevas acciones. Al haber más títulos en circulación, disminuye el porcentaje de la propiedad representado por las acciones existentes con anterioridad y el dividendo a recibir es menor.

En el caso de Bankia, la dilución podría venir por dos vías. La primera es que la entidad buscará incrementar sus recursos propios a través del canje de las emisiones preferentes de particulares que posee y que suman unos 3.000 millones de euros. La segunda, las ayudas estatales que se podrían inyectar para sanear la entidad y que se harían mediante los bonos contingentes convertibles en acciones (cocos).

Las siete cajas pierden su poder

Las que sí notarán la pérdida de su participación, de su influencia, son las siete entidades que participaron en esta ‘fusión fría’: Caja de Madrid, Bancaja, Caja de Ávila, Caja Segovia, Caixa Laietana, Caja Insular de Canarias y Caja Rioja.

La propiedad de BFA quedó repartida del siguiente modo: un 52,06% para Caja Madrid, un 37,70% para Bancaja, un 2,45% para Caja Canarias, un 2,33% para Caja de Ávila, un 2,11% para Caixa Laietana, un 2,01% de Caja Segovia y un 1,34% de Caja Rioja.

La participación final de las cajas en el nuevo escenario de BFA dependerá de la valoración final que realicen los auditores designados por el FROB y BFA.

Si finalmente es 100% del Estado, como prevé el Ministerio de Economía y Competitividad, las obras sociales de las cajas lo tienen más difícil: tienen que buscarse otras fuentes de financiación diferentes al dividendo de Bankia.