Max Verstappen vuelve a desafiar el dominio de McLaren en el mítico Gran Premio de Mónaco de F1
- El neerlandés llega motivado tras vencer en Imola por delante de los líderes del Mundial
- Sainz y Alonso, ante una nueva oportunidad de puntuar en una carrera donde es vital clasificarse bien
La Fórmula 1 regresa a uno de sus templos con la disputa este fin de semana del Gran Premio de Mónaco, octavo del Mundial 2025. El neerlandés Max Verstappen (Red Bull) se aferra a su carácter de vigente campeón del mundo para desafiar la autoridad de los coches de McLaren. Tras salir vencedor en Imola en el pasado GP, 'Mad Max' quiere dar un golpe sobre la mesa ante Oscar Piastri y Lando Norris, primero y segundo del campeonato respectivamente.
Argumentos tiene Verstappen con sus dos victorias en el circuito urbano de la capital del Principado por ninguna de sus rivales, aunque Piastri fue segundo el año pasado siendo el que más cerca ha estado de la victoria. Tanto él como su compañero Norris tienen otro argumento en su favor, que son las 15 victorias de la escudería McLaren en un trazado histórico. Y es precisamente esa historia la que puede favorecer las aspiraciones de los pilotos españoles, Fernando Alonso (Aston Martin) y Carlos Sainz (Williams). Después de lograr una buena clasificación en Imola, ambos se vieron perjudicados por el coche de seguridad, el primero, y por la estrategia del equipo, el segundo, frustrando sus opciones, aunque Sainz al menos fue octavo. En Mónaco es fundamental clasificarse lo más delante posible, ya que los adelantamientos en carrera son casi imposible. Los mismos se producen gracias a las paradas en 'boxes' y precisamente por eso la organización ha decidido que este año sean obligatoriamente dos.
Los equipos tendrán que gestionar concienzudamente sus estrategias, en primer lugar en la elección de neumáticos para la clasificación y luego para la carrera. Pirelli ha repetido la gama de Imola para este gran premio, la ultrablanda (de C4 a C6). El circuito urbano de Mónaco, sobradamente conocido por los aficionados, es corto (3,3 km), por eso se darán un total de 78 vueltas, y es increíblemente angosto. El brasileño Nelson Piquet lo comparó con "dar una vuelta en bicicleta por el salón de casa". Otro brasileño, Ayrton Senna, sigue teniendo el récord de victorias, seis, por delante de pilotos con siete mundiales en su palmarés, caso de Michael Schumacher (5) y Lewis Hamilton (3). El inglés se aferra a las diez victorias de Ferrari a lo largo de la historia para dar una alegría a los 'tiffosi' que suelen poblar las gradas, reservadas a aficionados con alto poder adquisitivo. Su compañero de equipo, Charles Leclerc, se convirtió el año pasado en el primer piloto monegasco en ganar en casa. Sainz, entonces de rojo, se subió al podio como tercero, su segundo 'cajón' en Mónaco. Alonso también subió a lo más alto dos veces y recientemente con Aston Martin firmó un tercer puesto en 2023.
El veterano piloto asturiano, bicampeón del mundo, conoce a la perfección la pista estrecha con 19 curvas (11 a derecha y 8 a izquierda) y se sabe de memoria el nombre de cada una, nombres que han pasado a la memoria colectiva de los aficionados: Santa Devota, Beau Rivage, Massenet, Casino, Mirabeau alta, Loews, Mirabeau baja, Portier, el túnel, Nouvelle Chicane, Tabac, Louis Chiron, la Piscina (14, 15 y 16), La Rascasse y Anthony Noghes. Alonso ha inscrito su nombre en dos ocasiones en un gran premio que lleva de forma ininterrumpida en el Mundial de F1 desde 1955 y que es considerado uno de los monumentos del motor dentro de la 'triple corona', junto a las 24 Horas de Le Mans y las 500 Millas de Indianápolis. Dentro de su excursión de unos años fuera del 'gran circo' intentó en varias ocasiones esa hazaña y sólo le faltó el gran premio estadounidense.
El de Mónaco es un fin de semana de tradiciones, por eso es tan esperado por los aficionados de la F1. La obligación de hacer dos paradas es una novedad que busca no perder el interés, después de que el año pasado la victoria de Leclerc quedara deslucida por la salida del coche de seguridad. No es fácil romper las tradiciones en un evento tan afianzado, pero a lo largo de los años se ha ido adaptando a los tiempos actuales. Como el hecho de celebrar los entrenamientos libres los jueves, que ya no se hace y empezarán el viernes; al menos no hay carrera al sprint. Tradicionalmente se ha puesto el GP de Mónaco el fin de semana siguiente al Día de la Ascensión, que cae en jueves y en el Principado es festivo. La organización reservaba ese día para los libres para que los aficionados pudieran acercarse a verlo. Al mismo tiempo dejaban descansar a los bólidos los viernes para que no afectara al tráfico marítimo, ya que ver a los monoplaza corriendo por las calles del puerto es otra estampa mítica de la carrera. Lo que no cambia es el carácter imprevisible de una de las pruebas más esperadas del calendario del motor y de la Fórmula 1.