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Estados Unidos y China llegan a un acuerdo, durante tres meses, para firmar la tregua en su particular guerra comercial. A partir del miércoles, Pekín reducirá los aranceles a productos americanos al 10%, mientras que Washington hará lo propio con una bajada al 30% a los productos chinos.

El presidente estadounidense, Donald Trump ha manifestado que espera reunirse con su homólogo chino, Xi Jinping esta semana. Desde la Casa Blanca confían en la apertura china a los productos estadounidenses aunque reconocen que, de no llegar a un acuerdo, en estos 90 días, volverán a subir los aranceles. Trump también ha asegurado que en caso de subida, nunca será hasta el 145%, cifra récord que se llegó a alcanzar.

Mientras tanto, desde Pekín reconocen que esta tregua es "un avance sustancial", y esperan que Estados Unidos continúe por la vía del diálogo. Ante las amenazas de Trump, China ha respondido con la táctica del ojo por ojo. Además, recuerdan que la guerra arancelaria no solo perjudica a ambos países, sino a la economía mundial.

En plena guerra comercial, el gigante asiático ha sido claro: "No tenemos miedo", ha anunciado Pekín ante una nueva subida de impuestos arancelarios por parte de Estados Unidos. Por su parte, Washington ha enfatizado en su última oferta de rebajar los aranceles a China al 80%.

La directora de la empresa TuComex, Crisitna Peña, ha señalado que la Estados Unidos "necesita una serie de componentes estratégicos de China. Les han transferido la capacidad de producir", en relación a la dependencia estadounidense del mercado chino, en medio de una guerra comercial que sigue encareciendo los precios.

Sin embargo, Peña ha detallado que China no tiene todo a su favor. Sus ventas en Estados Unidos son importantes para su economía por lo que la potencia asiática "va a intentar ver dónde coloca sus productos", ha detallado a RTVE, y ha manifestado la importancia de Europa como un mercado de poder adquisitivo. "China va a intentar que le compremos más de lo que ya le compramos", ha finalizado.

Foto: El secretario del Tesoro, Scott Bessent, el Representante de Comercio, Jamieson Greer, y por parte de China, el vicepreimer ministro, He Lifeng (EFE)

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha anunciado su primer gran acuerdo comercial desde que empezó la guerra arancelaria. Ha sido con uno de sus socios históricos, el Reino Unido. Trump lo considera un gran acuerdo para ambos. Aún quedan detalles por ultimar, pero a grandes rasgos no exime a los británicos de la tasa general del 10% para sus productos. Sí les rebaja los aranceles a los coches, al acero o al sector aeronáutico. A cambio, Londres abrirá más su mercado a los productos agrícolas y la maquinaria estadounidense, además de comprar aviones de Boeing.

Los pequeños paquetes que van de China a Estados Unidos se habían librado hasta ahora de la guerra comercial. Desde este viernes 2 de mayo también están sujetos a los aranceles que impone a China la Administración Trump.

Los productos con un valor de hasta 800 dólares euros estaban exentos de aranceles en las aduanas estadounidenses, pero ahora se les impone una tasa del 120%.

Las más afectadas son las grandes plataformas chinas de comercio electrónico Shein o Temu. Estas empezaron a subir los precios en EE.UU. hace una semana. Bloomberg calcula que, de media, un 10%; pero algunos productos doblan su precio y otros se disparan hasta un 377%.

Mientras Trump asegura que sus medidas no harán subir la inflación, el Ministerio de Comercio chino advierte: esos ajustes "perjudicarán gravemente a los consumidores estadounidenses".

Las compras en línea a China ya salen más caras. Además, Washington también sube la cuota de cada envío postal a 100 dólares. Como consecuencia, Correos de Hong Kong ya ha suspendido su servicio postal a EE.UU.