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La directora general del Banco BIG España, Sara Carbonell, ha señalado este jueves que la caída en los mercados tras la imposición de aranceles “recíprocos” por Estados Unidos podría ser “un indicio de recesión”, por lo que al presidente norteamericano, Donald Trump, “no le ha quedado otra” que imponer una pausa de 90 días. “Había una parte del mercado que sí contaba que esto podía ocurrir porque al final la situación de deuda en Estados Unidos estábamos viendo cómo caían los precios de los bonos y subían las rentabilidades en los plazos más largos”, ha explicado en una entrevista en el Canal 24 Horas de TVE.

La experta ha instado ahora a ver “cómo van esas negociaciones” pues hay “mucha desconfianza” en los mercados financieros. “¿Hasta cuánto va a durar la fiesta? No lo sé. Lo que sí sé es que la volatilidad la estábamos viendo esta mañana. Eso siempre es el indicador del miedo, lo que siempre nos da pistas y lo que hay que vigilar tanto cuando hay subidas muy fuertes como cuando hay bajadas. Y para mí eso es un indicador que hoy nos hace pensar en la prudencia”, ha recalcado.

No obstante, se ha mostrado confiada en que “lleguemos a buen puerto” y haya “negociaciones fructíferas para la economía global”. Foto: EFE/ Vega Alonso

Nuevo volantazo de Donald Trump. 24 horas después de su último ataque arancelario, el presidente estadounidense ha suspendido las amenazantes tasas aduaneras. Ha sucedido justo después de que la Casa Blanca hubiese negado tajantemente que esto fuera a suceder.

A quien no ha dado ninguna tregua es a China, a quien vuelve a subir unos aranceles que ya van por el 125%. La decisión de Trump tiene dos consecuencias inmediatas: ha detenido la sangría en las bolsas y da un margen de tiempo para los países que quieran negociar con Washington.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha reivindicado este jueves desde Vietnam el comercio justo y el multilateralismo ante los aranceles de su homólogo estadounidense, Donald Trump. "El comercio no es un juego de suma cero. Si uno gana, el otro también puede ganar", ha afirmado. A mediados de marzo, Trump decretó aranceles del 25% sobre el aluminio y el acero europeos, unos gravámenes a los que se sumaron esta semana los llamados "aranceles recíprocos", pausados por el momento durante 90 días. Sánchez ha afirmado que esa es la "hoja de ruta de Europa". Así ha reaccionado ante el anuncio de una tregua por parte de EE.UU. en esta guerra comercial.

China y Estados Unidos no solo son las dos mayores economías del mundo: juntos representan la mayor relación económica que existe a nivel global. China exporta a Estados Unidos unas 3 veces más de lo que le compra. Pese a lo que pudiera parecer, con estos datos de 2024, la mayoría de analistas cree que Pekín aguantará mucho mejor la guerra comercial que el país norteamericano.

Pekín lleva preparando este escenario desde el primer mandato de Trump. Ha ido reduciendo su dependencia exportadora con EEUU, al que vende principalmente productos electrónicos, baterías y juguetes. Y ha ido apoyándose sobre todo en países de su entorno y en la India. Estados Unidos lo tiene más complicado, porque tiene una dependencia muy alta de componentes industriales, tecnológicos o de minerales estratégicos que importa de China, y que son imprescindibles en su economía. Además Washington se está aislando a nivel comercial, todo lo contrario que China.

El nuevo giro de guion en la política comercial del presidente estadounidense, Donald Trump, ha agitado los mercados internacionales. El mandatario ha anunciado una pausa de 90 días de su plan de aranceles recíprocos, salvo para China, a la que aumentará la tasa arancelaria al 125% con efecto inmediato. Para el resto de países, incluida la Unión Europea, mantiene el gravamen del 10%. Tras el comunicado, Wall Street ha reaccionado con subidas espectaculares de entre el 6 y el 8%

En cambio, no ha dudado en añadir más presión sobre China al elevar "con efecto inmediato" sus aranceles. Trump considera que Pekín cometió una "falta de respeto" al imponer gravámenes en represalia.

"Es la decisión del presidente, tenía claro que iba a elevar los aranceles chinos", ha declarado el secretario de Comercio de EE.UU., Scott Bessent, en una rueda de prensa. "Trump tiene un concepto muy claro del comercio y de la negociación; el mercado valora la certidumbre y con esta decisión acabamos de añadirla a un momento inestable", ha subrayado.

Un arancel no es lo mismo que el impuesto del valor añadido (IVA), tal y como explica María Navarro, de VerificaRTVE, en Malas lenguas. El IVA se aplica a "los productos que adquirimos" dentro de la Unión Europea, "mientras que los aranceles se imponen a los productos extranjeros que importa un país".

Con estos últimos, se defienden "los intereses de los productores locales".

El debate surge a partir de que este miércoles hayan entrado en vigor los aranceles anunciados por Donald Trump, pese a que el presidente estadounidense ha anunciado esta tarde una pausa de 90 días para su aplicación.

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, ha señalado en una rueda de prensa en la Casa Blanca que el presidente estadounidense, Donald Trump, "tenía claro que iba a elevar los aranceles chinos". "Trump tiene un concepto muy claro del comercio y de la negociación; el mercado valora la certidumbre y con esta decisión acabamos de añadirla a un momento inestable", ha subrayado. Bessent también ha señalado que EE.UU. "tiene un déficit muy importante" con China: "Ellos nos venden más de lo que nosotros les vendemos. Se trata de ajustar el déficit. No hay ningún embargo". Por su parte, la secretaria de la Casa Blanca, Karoline Leavitt ha añadido que Estados Unidos lleva "40 años soportando el maltrato de muchos países a los Estados Unidos". "Y esto es lo que hay que corregir", ha insistido.

En una entrevista en el canal 24h, el investigador del Real Instituto Elcano Federico Steinberg ha analizado el aumento de los aranceles entre Estados Unidos y China, una política que no solo amenaza con encarecer productos para los consumidores, también acelerar la desglobalización y exponer las vulnerabilidades de una economía mundial fracturada.

Aunque China y EE.UU. son economías interconectadas, Steinberg subraya que solo el 2.1% del PIB chino depende de exportaciones a EE.UU., mientras que el impacto para los estadounidenses es menor al 1%. "Son niveles bajos para dos gigantes con mercados internos fuertes", señala. Países como México o Canadá, en cambio, son mucho más vulnerables a los vaivenes comerciales con China.

Pese a ello, la llamada 'Chimérica' —en relación con la profunda interdependencia entre EE.UU. y China— dista mucho de la rivalidad bipolar de la Guerra Fría. China, por ejemplo, ha diversificado su presencia en África y otros mercados emergentes, lo que podría actuar como "salvaguarda" ante un conflicto abierto con Washington. "Estamos en una lógica que nadie habría creído hace meses", advierte Steinberg. A su vez, critica la falta de estrategia quirúrgica por parte de Trump: "La Administración Biden usó controles específicos como los semiconductores, pero ahora se apuesta por una dinámica autodestructiva".

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sacado pecho de los aranceles que ha impuesto a sus socios comerciales, y que han entrado en vigor este mismo miércoles, y ha asegurado que el resto de países le llaman para "besarle el culo".

Lo cierto es que durante días ha cundido la incertidumbre, muchos se preguntaban si esta vez llegaría a aplicarlos e incluso algunos de sus asesores más cercanos se han peleado en público. Foto: REUTERS/Nathan Howard