Claves de las elecciones en Extremadura: Vox capitaliza el desplome del PSOE y el estancamiento del PP
- La región vira a la derecha y los extremos ganan peso: Vox dobla votos y diputados, y Unidas por Extremadura también sube
- Especial elecciones Extremadura 2025 | Resultados elecciones Extremadura 2025 | Mapa de las elecciones, calle a calle
Vox se ha convertido en el gran triunfador de las elecciones en Extremadura al duplicar sus votos y sus escaños, capitalizando así el hundimiento del PSOE, que cosecha un desplome histórico hasta muy por debajo de su peor resultado en el que era uno de sus grandes feudos, y el estancamiento del PP, que apenas avanza un escaño y se queda muy lejos de la mayoría absoluta que perseguía la presidenta regional, María Guardiola, para revalidar el Gobierno autonómico sin depender de la ultraderecha.
Los resultados reflejan una clara derechización del electorado, pero también apuntan a una polarización, ya que los votantes han premiado a los extremos del espectro político: de un lado Vox y del otro Unidas por Extremadura, que también sube con fuerza. Todo ello combinado con una cierta desmotivación: la participación ha sido la más baja en todas las elecciones autonómicas, pero también generales -al Congreso de los Diputados- y municipales, desde el retorno de la democracia. Estas son las principales claves de los resultados de las elecciones extremeñas.
1. Extremadura vira claramente a la derecha: PP y Vox suman el 60% de los votos
A expensas de que el voto de los residentes en el extranjero mueva alguna décima, los comicios consolidan un cambio sociológico de enorme calado en Extremadura: el bloque de la derecha no solo acapara por primera vez más de la mitad de los votos, sino que llega al 60% entre el Partido Popular y Vox. Es algo casi insólito en una región que hasta hace no tanto era un feudo inamovible de la izquierda, aunque el desgaste era ya evidente en 2023, cuando la suma del PSOE y Podemos no alcanzó el 45%.
Era la segunda vez que el bloque de la izquierda se quedaba por debajo del 50%, aunque la anterior fue por solo una décima, el 49,9% cosechado en 2011, cuando José Antonio Monago ganó por primera vez la Junta para el PP. Ahora, el abrupto desplazamiento probablemente refleja la movilización opuesta de los votantes de Vox, al que las encuestas ya auguraban una considerable subida, y de los simpatizantes socialistas, que parecen haber abandonado al partido que ha tenido mayoría absoluta hasta en siete ocasiones en la región. En cualquier caso, Extremadura es ya claramente de derechas.
2. Vox penetra en el ámbito rural y dispara sus resultados
Esa derechización del electorado ha beneficiado mucho más a la extrema derecha que al conservadurismo tradicional. Vox se ha demostrado como un partido transversal, que no solo recaba apoyos en las principales ciudades, sino también en los pueblos de menos de 10.000 habitantes, una penetración fundamental en una región con una población tan dispersa en núcleos rurales. Si en 2023 su crecimiento solo le alcanzó para ser la segunda fuerza en dos pequeñas localidades cacereñas, Garvín y Valdehúncar, ahora ha ganado hasta en cinco municipios, todos en Cáceres: Garvín, Valdehúncar, Ladrillar, Fresnedoso de Ibor y Pueblonuevo de Miramontes. También ha empatado en cabeza con el PP en Talayuela, el segundo municipio con más proporción de extranjeros.
El análisis del voto por municipios, en este sentido, revela que el apoyo a Vox aumenta allí donde la proporción de población extranjera es mayor, mientras que al PSOE, el gran perdedor de la noche, le ocurre lo contrario. En cualquier caso, la formación de ultraderecha ha logrado cerca de 90.000 votos que se traducen en 11 diputados, más del doble de los que tenía, cuando hasta ahora nunca un tercer partido en la Asamblea de Extremadura había tenido más de ocho escaños.
3. El PP se queda lejos de la mayoría absoluta
El Partido Popular, en cambio, ha perdido 9.000 votos, apenas ha rascado un escaño más y se queda a cuatro de la mayoría absoluta, el gran objetivo de María Guardiola, quien convocó estas elecciones para escapar de las exigencias de Vox ante la imposibilidad de acordar con ellos unos presupuestos para la región. En su haber, apenas podrá presentar la contundente victoria ante los socialistas, una justificación más aceptable para la dirección nacional que para la gobernabilidad de Extremadura, puesto que vuelve a necesitar al menos una abstención de los de Santiago Abascal, y todo apunta a que el precio será más alto esta vez.
El análisis por municipios revela que el PP sigue creciendo en los principales núcleos de población, en buena parte porque sus resultados mejoran allí donde hay más titulados universitarios, como Cáceres, Badajoz y Mérida, donde cosecha un crecimiento notable. Sin embargo, retrocede en numerosas localidades medianas y pequeñas, como Coria, en Cáceres, o Azuaga, en Badajoz, un segmento de municipios en los que Vox parece haber conquistado más terreno al PSOE.
4. Desplome histórico del PSOE
El PSOE ya obtuvo su peor resultado electoral en las autonómicas de 2023, aunque seguía siendo el partido más votado, pero el hundimiento en estos comicios ha sido estrepitoso. Se deja más de 108.000 votos, cerca de la mitad de sus apoyos hace dos años, cae del 40% a algo más del 25% del total y es el único partido con representación en la Asamblea que pierde escaños, hasta diez, lo que le deja con apenas 18 diputados. Una derrota sin paliativos, que remite tanto al pobre desempeño de su candidato, Miguel Ángel Gallardo, como a la crisis del partido en el ámbito nacional, cercado por los casos de corrupción y las denuncias internas de acoso sexual contra varios cargos notables.
Apenas hay 13 municipios en los que los socialistas hayan conseguido mejorar sus resultados de 2023 y solo cuatro de ellos tienen más de mil habitantes. En todos los demás, hasta 275, el PSOE ha perdido votos, lo que revela el desgaste de una formación que había hecho de la capilaridad en la región su mejor sustento electoral. Así, mientras el PP se afianza en las principales ciudades de la región, Vox incrementa su apoyo en las zonas rurales, lo que ha terminado por erosionar definitivamente la base electoral socialista.
5. Polarización y la participación más baja de la historia
Además de Vox, la otra formación triunfante se sitúa en el extremo ideológico opuesto: Unidas por Extremadura ha rebasado el techo electoral de la izquierda alternativa en la región, con siete diputados, uno más que los logrados por Izquierda Unida en 1995 y Podemos en 2016. Un éxito que deja lectura interna, la de que la unidad rinde más beneficios que la dispersión del voto, y una externa: el electorado tiende a la polarización y, en la cita que abre el nuevo ciclo electoral, ha decidido premiar a los partidos que ocupan los extremos del espectro político.
Esa polarización se combina con la desafección de buena parte de los electores, que en gran número han decidido no acudir a las urnas: la participación se ha quedado en un paupérrimo 62,7%, la cifra más baja no solo en unas elecciones autonómicas, sino en todas las elecciones al Congreso -en 1982 fue algo más baja en las votaciones al Senado- y municipales celebradas en Extremadura desde el retorno de la democracia a España. Un hastío que, según el análisis por municipios, parece haber perjudicado en mayor medida al bipartidismo clásico que encarnan el PP y el PSOE, mientras que habría impulsado a Unidas por Extremadura y Vox, los grandes triunfadores de las elecciones en Extremadura.