Acuerdo comercial "asimétrico" con EE.UU.: qué suponen los nuevos aranceles de Trump para España y la UE
- Aplicará un 15% a los productos de la UE, mientras Bruselas deja en el 0% el gravamen a los estadounidenses
- Junto al compromiso de compras de energía e inversiones, los expertos creen que la UE sale debilitada políticamente
Tunberry, al suroeste de Escocia, donde el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, posee todo un complejo hotelero dedicado al golf, ha servido de escenario este fin de semana para el nuevo acuerdo comercial entre Washington y Bruselas.
La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, viajó hasta el enclave escocés para acabar de cerrar el compromiso, que fija unos aranceles del 15% a las exportaciones de la Unión Europea e incluye compras masivas de energía al país norteamericano e inversiones. Pero esta vez no serán "recíprocos": Bruselas deja en el 0% el gravamen a los productos estadounidenses.
Dicho pacto, y la misma escena en la que se cerró, tienen un significado importante para los Veintisiete, en términos económicos, pero también políticos.
Los repasamos a continuación.
¿Qué se sabe sobre el acuerdo entre Trump y Von der Leyen?
El acuerdo se basa en tres pilares: aranceles, compras de energía e inversiones.
Los productos de la Unión Europea que se compren desde Estado Unidos soportarán un arancel fijo del 15%. Es un tipo general, que se aplicará desde los automóviles al aceite de oliva, por ejemplo. Sin embargo, existen algunas excepciones. No se aplicará a productos farmacéuticos, mientras que se mantiene en el 50% para el acero y el aluminio, lo que afecta también a bienes derivados de estos materiales, como los electrodomésticos.
Este 15% es exactamente la mitad de su última amenaza (30%), que iba a comenzar a aplicarse el 1 de agosto. Como contrapartida, los productos de Estados Unidos no soportarán ningún arancel en su entrada a la UE, aseguró Trump, que no dio más detalles al respecto.
"Resignación. Yo creo que es la palabra que define ahora mismo el acuerdo, con el intento de convencernos de que podría haber sido peor y que, por lo tanto, debería satisfacernos", ha valorado el codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), Jesús Núñez, este lunes en una entrevista en La hora de la 1.
El economista juzga que "no puede salir nada bueno" del cambio, puesto que antes de que llegara Trump por segunda vez a la Casa Blanca, el arancel que aplicaba Estados Unidos a la UE era del 4,8%.
Como adelantábamos al inicio, el acuerdo contempla también un compromiso de compra de gas licuado y combustible nuclear estadounidense, que Trump ha cifrado en 750.000 millones de dólares, y Von der Leyen ha explicado que servirá para sustituir al gas y el petróleo rusos.
Sobre ello y el compromiso de invertir 600.000 millones de dólares más en el país y aumentar las adquisiciones de equipamiento militar, los expertos se muestran algo más escépticos.
"Vamos a ver en qué queda (…) China le prometió al propio Trump hace años que iba a aumentar sus compras de manera significativa y luego no se hizo. Y la Comisión Europea no le puede ordenar a ninguna empresa que haga ninguna inversión. Esto tiene que ver con condiciones de mercado", ha explicado el investigador principal del Real Instituto Elcano, Federico Steinberg, en el Canal 24 horas, y ha resumido esa parte del pacto como una "patada hacia adelante".
¿Cuál es el significado político del acuerdo?
Mientras desde la Unión Europea y una parte del Gobierno en España hablan de este acuerdo como una forma de evitar una escalada arancelaria y aportar estabilidad a las empresas españolas, desde el ala de Sumar consideran que es un "magnífico error" que supone "entregar" Europa a Estados Unidos.
Los economistas recogidos por RTVE matizan estas posiciones. Steinberg ha tildado el pacto de "completamente asimétrico" puesto que la UE renuncia a aplicar aranceles, si bien también ha advertido que "tal vez a largo plazo sea peor para Estados Unidos".
El economista del Real Instituto Elcano ha explicado que la lógica económica indica que los aranceles son "un tiro en el pie", puesto que suben los precios para el consumidor estadounidense, mientras la UE puede "compensar" a los sectores exportadores afectados. Sin embargo, aquí lo que aplica es una "lógica geopolítica" y el talante de Trump, que ha asemejado al de "un matón de patio de colegio".
"Nos hemos mostrado débiles, cosa que, por ejemplo, China no ha hecho (…) Hemos dicho: gracias por pegarnos tres o cuatro puñetazos, porque me habías dicho que me ibas a pegar diez y solo te has quedado en cuatro", ha lamentado Steinberg, que duda que pueda hablarse de certidumbre mientras el magnate esté en la Casa Blanca.
Por su parte, Jesús Núñez (del IECAH) ha tachado el acuerdo de "un clavo más en el ataúd" de la UE como proyecto político, "que nos subordina todavía más a Washington", después de que en el marco de la OTAN los aliados se comprometieran también a aumentar su gasto en defensa a base de compras a la industria estadounidense. "La Unión Europea no ha jugado todas las cartas que tenía en su mano", ha coincidido.
Asimismo, Núñez ha criticado que se pase de depender de Rusia a hacerlo de Estados Unidos, en un movimiento que no avanza hacia la descarbonización del sistema y que consigue "colonizarnos un poco más", tanto por el contenido como por las formas.
"Es una imagen bastante penosa, no se trata de una cumbre entre el presidente de Estados Unidos y la presidente de la Comisión Europea, sino que Donald Trump ha invitado a su campo de golf a una persona, Ursula von der Leyen", ha destacado.
¿Cómo puede afectar este acuerdo a la economía española y la europea?
Alemania es el país de la UE que más exporta a Estados Unidos, por una valor demás de 160.000 millones de euros en 2024 y, por lo tanto, será el más afectado por los aranceles.
Le siguen muy por detrás Irlanda (más 72.000 millones de euros), Italia (casi 65.000 millones), Francia (más de 47.000 millones), Países Bajos (más de 43.000) y Bélgica (casi 33.000 millones). En séptima posición, está España, que en 2024 exportó bienes a Estados Unidos por 18.179 millones de euros.
"El consumidor norteamericano tendrá que pagar tres veces más de impuesto, por ejemplo, por los componentes de automóvil y los automóviles totalmente fabricados en España que exportamos a Estados Unidos. También en los productos químicos", ha destacado el economista Javier Santacruz este lunes en La hora de la 1.
Para Santacruz, la clave está también en que la UE registra superávit en la balanza comercial de bienes con Estados Unidos y déficit en el caso de los servicios, mientras que para España es al revés, por el turismo, donde no es posible poner aranceles.
¿Qué impacto tendrá en sectores concretos?
Algunos de los sectores exportadores más importantes en España ya han reaccionado al acuerdo, como el del aceite de oliva y el de los automóviles.
El director adjunto de la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador de Aceites de Oliva y Aceites de Orujo (ASOLIVA), Rafael Pico Acevedo, ha recordado la "importancia vital" del mercado estadounidense para sus empresas y, con cierto alivio, ha reconocido que los aranceles del 30% que se barajaban en un inicio les "sacaba del mercado totalmente".
Ahora, considera que el efecto de este 15% de gravamen a sus exportaciones "todavía está por ver", dada la "distorsión" que han introducido los aranceles en el comercio internacional, no solo entre EE.UU. y la Unión Europea.
"Túnez, que es un competidor de España y de la UE en aceites de oliva, tiene un 25% de arancel (…), otros países como Turquía o Marruecos, que también tienen producción y son competidores, tienen un 10%", ha ejemplificado en una entrevista en Las mañanas de RNE.
Igualmente, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) se ha mostrado aliviada por el acuerdo comercial (que les rebaja los aranceles al 15% desde el 27%), aunque han pedido más esfuerzos en "reducir los obstáculos" al comercio transatlántico. La directora general de la patronal europea, Sigrid de Vries, ha aplaudido este "paso importante para aliviar la intensa incertidumbre" de los últimos meses, aunque no ha olvidado que los aranceles seguirán "teniendo un impacto negativo" para la industria del motor a ambos lados del océano.
Queda pendiente conocer más detalles sobre las excepciones, que se ha adelantado que sí afectarán a la industria farmacéutica. Pero Steinberg, del Real Instituto Elcano, cree que no hay que bajar la guardia. "Ya hay una investigación argumentando razones de seguridad nacional en Estados Unidos para tal vez poner aranceles al sector farmacéutico en el futuro. Eso nos pegaría más fuerte", ha advertido.
El sector vinícola europeo también ansía entrar en la lista de productos excluidos de los aranceles. "Seguimos con gran expectación el resultado de las próximas negociaciones sobre la lista de productos que estarán incluidos en el acuerdo arancelario cero por cero, entre ellos algunos productos agrícolas", ha señalado Marzia Varvaglione, presidenta del Comité Europeo de Empresas del Vino (CEEV), en una nota de prensa. Desde la Federación Española del Vino (FEV), que también forma parte de la CEEV, advierten que de lo contrario las consecuencias serían "graves" para su sector.
¿Qué consecuencias puede tener a nivel de precios en España?
La imposición de aranceles supondrá una subida de los precios de manera directa para los estadounidenses, que tendrán que pagar más por comprar los productos que no se fabrican en su territorio.
Sin embargo, en Europa y en España, la inflación puede tardar algo más en llegar y estará relacionada con los precios de la energía, de acuerdo con el economista Javier Santacruz.
"España lleva importando desde hace unos cuantos años una parte importante del gas y del petróleo procedente de Estados Unidos, sobre todo del gas. En ese sentido, Estados Unidos va a tener más poder de negociación no solo frente a España, sino frente al resto de los países europeos, y es probable que tengamos tensiones. Al final, la energía es un tercio de la cesta de la compra", ha concluido en TVE.
Por su parte, Steinberg se fija de en las corrientes de fondo en Estados Unidos y señala que el impacto dependerá también de la evolución del dólar. Si continúa depreciándose respecto al euro, eso dañará nuestras exportaciones. Si la inflación lleva a subir los tipos de interés en Estados Unidos y, finalmente, a apreciar el dólar, la UE saldría beneficiada.