Tú a Tortuero y yo a Lloret de Mar: los municipios con más presión turística de España durante el verano
- Tanto pequeños como grandes municipios multiplican su población entre junio y septiembre, según el INE
- Aunque los españoles y los extranjeros tienen distintos intereses, hay localidades que también son punto de encuentro
Para dar con el alcalde de Tortuero (Guadalajara) han hecho falta 15 llamadas. Ismael Moreno vive en Madrid, pero su número personal es la única vía de entrada para saber algo del consistorio. “Yo en el ayuntamiento estoy porque, bueno, tiene que haber alguien”, reconoce al teléfono.
Pese a que Guadalajara está rodeada por seis provincias, los más de 4.000 turistas que visitaron este pueblo de 21 habitantes a lo largo del pasado verano eran de diferentes puntos de Madrid. Los datos salen de la estadística experimental del Instituto Nacional de Estadística (INE), que mide el turismo receptor (de extranjeros) e interprovincial a partir de la posición de los teléfonos móviles [ver metodología].
Esta estadística sirve para mostrar una panorámica de la saturación de algunos municipios españoles en el periodo estival, aunque su precisión depende del número y la ubicación de las antenas de telefonía. De hecho, al alcalde de este municipio pequeño y de gente mayor a la que van a ver sus familiares le sorprenden los datos del INE. En todo caso, admite que la población llega a multiplicarse por siete con los visitantes, además de turistas ciclistas y senderistas que no suelen quedarse a dormir. Y asegura que prefiere mantener el anonimato: “Nuestro pueblo es muy chiquitito y, como yo digo, los niños pueden estar sueltos. Si empezamos a llenarlo de gente, al final los tienes que tener atados”, sostiene su alcalde.
En otras parte de España, como las Balares, el fenómeno es más extremo. Es el caso de Escorca: si en 2024 estaban censadas 205 personas, durante entre junio y septiembre recibieron más de 55.000 turistas de fuera de España (un 20% italianos), es decir, 272 visitantes por cada habitante.
Turismo de interior frente a turismo de playa insular
Para gente como Adrián, de 30 años, el verano es sinónimo de regresar a lugares de confianza, aunque últimamente tengan mucha presión turística. Veranea en Jaca, un municipio de Huesca de casi 15.000 habitantes que entre junio y septiembre se multiplica por diez por la alta afluencia de turistas nacionales. "Así, a bote pronto, te diría que mucho turista de Navarra, del País Vasco, mucho turista catalán y mucho turista de Madrid", apunta Adrián. "Y luego también mucha gente que sube desde Zaragoza", como es su caso. Su aproximación es certera: según el INE, más del 80% de los visitantes que se desplazan hasta Jaca viven en esas cinco regiones; quienes más van, los residentes en Zaragoza, San Sebastián y Madrid.
Sus padres tienen un apartamento allí desde hace más de 20 años y en verano aprovecha para hacer trekking o senderismo, unas actividades que practica con relativa facilidad, aunque empieza a ser complicado hacer otras. "Es un municipio en el que es complicado hasta aparcar. Es complicado salir a la calle Mayor, la calle más turística, y no andar dándote codazos con la gente o incluso conseguir mesa para cenar", relata Adrián, que asegura que "se pasa de 0 a 100 de un día para otro".
A la poca oferta de alojamiento disponible se le suman las visitas esporádicas, especialmente de municipios cercanos como Sabiñánigo, Puente la Reina de Jaca o Villanúa, a menos de 20 kilómetros. "Hay una serie de pueblos alrededor de Jaca que están convirtiéndose en pueblos dormitorio, que realmente no tienen mucha oferta cultural, y entonces lo que hace la gente es venirse a Jaca", describe Adrián.
En general, según el Barómetro de Vacaciones de Ipsos en el conjunto de la UE, el 50% de la gente prefiere viajar al extranjero, mientras que solo uno de cada tres se decanta por su propio país. Justo al revés que en España. donde la mayoría opta por moverse por el territorio nacional.
De los 25 municipios con más presión internacional, Lloret de Mar (Girona) es el cuarto más grande (42.000 habitantes) y en verano de 2024 recibió a cerca de medio millón de turistas foráneos, según la estadística del INE. Buena parte de ellos son franceses, apostilla Elizabeth Keegan, gerente de Lloret Turismo. "Contemplamos un mercado doméstico entre el turismo de proximidad español y el francés", explica a DatosRTVE, y recuerda que el municipio está a solo una hora de la frontera.
Sin embargo, para Keegan, la problemática que viven los municipios del litoral mediterráneo no es nueva —aseguran sentirla desde hace 60 años— y no puede ser calificada de saturación, sino de "gran presión turística" en relación con el número de habitantes. Para la gerente de Lloret Turismo, la saturación en otros ayuntamientos, sobre todo en el ámbito urbano, viene de la infrafinanciación. "Tú cobras impuestos para 44.000 habitantes, pero das servicios a un millón y medio de personas. Por eso los esfuerzos son enormes en términos de limpieza, seguridad, socorrismo…", detalla.
Elizabeth Keegan defiende la gestión de su ayuntamiento y asegura que hacen una "gestión profesionalizada" para evitar la saturación. Prueba de ello es que disponen de un amplio número de plazas de alojamiento, unas 50.000, sin contar con el parque de vivienda municipal y las segundas residencias. "No es por un tema de espacio", zanja.
Los españoles van a todas partes, los extranjeros a las grandes ciudades
En las capitales de provincia, el patrón se repite. Los españoles optan por moverse dentro del territorio nacional, con las localidades andaluzas muy bien posicionadas, pero con espacio para otras de Castilla y León o Castilla-La Mancha. En Teruel, por ejemplo, los turistas nacionales multiplican por tres la población habitual de la capital turolense; en el caso de Toledo y Soria, los visitantes la duplican.
Por su parte, los extranjeros se desplazan hacia las principales ciudades del país, aunque no siempre ‘superan’ a los españoles. Es el caso de Madrid, que acogió a un millón más de turistas nacionales (3,6 millones) que de fuera de nuestras fronteras (2,2). Barcelona, Badajoz, Melilla y Ceuta fueron las únicas donde acudieron más internacionales que nacionales, pero solo en la capital catalana la cifra superó a la población censada, con un millón de diferencia.
El turismo de pueblos bonitos también crece
Más alejados de las grandes ciudades están los pueblos más bonitos de España. Para entrar en este listado, los municipios tienen que cumplir requisitos como tener una población menor a 15.000 habitantes, contar con patrimonio certificado o mantener cuidadas y limpias sus instalaciones. En la actualidad hay 122.
Al ser muy pequeños y contar con ese atractivo turístico, su población entre junio y septiembre se multiplica, como mínimo, 15 veces más, como ocurre en Maderuelo (Segovia) o Frías (Burgos). Estos dos últimos son los más populares entre los turistas nacionales, pero el que más crece entre los internacionales es Alcúdia, en Baleares, que recibió a más de 430.000 extranjeros entre junio y septiembre.
Y aunque pudiera parecer que sus gustos nunca coinciden, lo cierto es que diez municipios de los más bonitos de España son muy frecuentados por ambos ‘mercados’. El que despierta más interés es Peñíscola, en Castellón, donde cerca de 290.000 españoles y casi 46.000 extranjeros se dieron cita el pasado verano.