Dora Maar, fotos callejeras y dibujos inéditos de una artista con luz propia
- El Museo Lázaro Galdiano acoge Fotografía y dibujos. Dora Maar hasta el 14 de septiembre
- La exposición muestra su mirada social en un reportaje de Barcelona en 1933
Una joven prostituta sentada en el alféizar de una ventana adquiere la misma dignidad que la emperatriz de Japón, una transfiguración reflejada en Retrato de una joven con kimono, gracias a la mirada cercana y única de la fotógrafa, Dora Maar.
La imagen se tomó en Barcelona, en 1933 (ver arriba). Maar había viajado a la ciudad condal invitada por un periodista, era una fotógrafa renombrada y aún le faltaban dos años para conocer a Picasso. La sombra del genio la redujo a ser musa y amante, pero ella fue una gran artista surrealista como Tina Modotti o Leonora Carrington.
Ahora PhotoEspaña 2025 hace justicia a Dora Maar y le dedica una completa exposición con 80 obras, dentro de su sección oficial, que puede verse hasta el 14 de septiembre en el Museo Lázaro Galdiano. Además de fotografías, hay dibujos inéditos, que nunca se han visto en España, y un gran óleo de un paisaje del sur de Francia de 1957.
Amiga de fotógrafos como Man Ray o Cartier-Bresson, un gran retrato de la artista en su estudio da la bienvenida a la exposición Fotografía y dibujos. Dora Maar. Firma la foto una leyenda de la imagen en blanco y negro: Brassai.
Maar trabajaba con una cámara Rolleiflex y la comisaria de la muestra, María Millán, ha querido respetar el formato original de las imágenes, unos 25 x 26 centímetros, para que "la gente se acerque, meta la nariz y reflexione sobre lo que tiene delante".
Henriette Théodora Markovitch nació en París en 1907 y comenzó a tomar fotografías a finales de los años 20. Abrió su estudio en 1931, por el que pasaron los personajes del mundillo cultural de la capital francesa, entre ellos André Bretón o Jean Cocteau, al que retrató en varias ocasiones.
Cuando su carrera profesional cobró impulso, decidió firmar como Dora Maar. El movimiento Nueva Visión enfatizó las composiciones con puntos de vista inusuales, además de buscar la belleza en la vida mundana y en objetos cotidianos. Sus imágenes son un claro ejemplo de esa forma de mirar que desterró al pictorialismo.
Reportaje de calle
Más allá del surrealismo, en el museo madrileño se puede ver un reportaje de calle en el que se aprecia su compromiso político con la justicia social, ante su cámara desfilan los desheredados, los humildes, los pescadores, los mendigos o las meretrices de Barcelona en 1933.
DORA MAAR
La precariedad y la desigualdad conviven con el auge del fascismo en Europa en aquellos años. Un escenario de crisis a las puertas de la Guerra Civil y luego de la Segunda Guerra Mundial que impregna el trabajo de los artistas de la época y que no está tan lejano como pudiera parecer.
En una entrevista con RTVE.es, la comisaria de la exposición asegura que "lo inquietante es que lo que se ve en la Barcelona de 1933, en la Europa de 1933, se ve en la España de 2025 y en la Europa de 2025. Eso es lo desasosegante".
Mirada cercana
Millán destaca "el acercamiento personal y empático" a las personas retratadas, con un enfoque "nada paternalista". Explica que Maar hablaba español, porque en su adolescencia había pasado temporadas en Buenos Aires, lo que le permitía entablar conversación y conocer mejor a los protagonistas de sus fotos.
'Músico en una calle de Barcelona', 1933. DORA MAAR
La curadora subraya la gran técnica fotográfica de Maar, con unos negativos impecables. El recorrido también ofrece algunas copias de época, como la del músico ciego, prestada por el Museo Reina Sofía, cuya calidad no desmerece de las de positivados actuales.
El Guernica in progress
Maar documentó el proceso de creación de El Guernica; cuya chispa inicial pudo surgir al enseñarle a Picasso imágenes de la localidad vasca tras el bombardeo. Millán apunta que el pintor confiaba en su trabajo porque podría haber elegido a otros fotógrafos, pero la escoge porque "sabía que estaba en buenas manos".
La comisaria indica que el genio malagueño animó a Dora Maar a retomar la pintura y ella le hace caso y "lo hace el resto de su vida. Abandona, en cierto modo, la fotografía, a partir de su relación con Picasso".
'Jarrón y despertador sobre la mesa', 1955. DORA MAAR
La exposición se completa con una selección de dibujos de Dora Maar, la mayoría inéditos, realizados sobre hojas sueltas o en cuadernos de contabilidad, testigos de la vida cotidiana de la artista y "ejercicios de expresión".
Autorretrato de 1939
Millán explica que cuando vio los dibujos en papel, le palpitaba el corazón. Entre sus obras preferidas están Jarrón y despertador sobre la mesa, de 1955 (ver imagen), y un autorretrato de Maar, fechado en septiembre de 1939, en el que se plasma como si fuera Santa Águeda, con los pechos cortados en una bandeja.
Estas dos piezas de obra en papel cobran protagonismo al disponerse en una pared "desalineadas del resto".
'Mujer con capa', 1939. DORA MAAR
Dora Maar tenía "una personalidad muy fuerte, también muy introvertida y dada a leer a los místicos como Santa Teresa y San Juan de la Cruz".
Millán apunta que en los retratos femeninos hay expresiones de "frustración, rabia, miedo, ansiedad. En ese momento, no solamente ella, sino algunas amigas de su entorno, estaban pasando por momentos bastante complicados".
En el autorretrato de Santa Águeda, "se presenta como víctima, como mártir, pero a la vez, está firme, muy bien plantada, con su capa como un caballero templario, y habla de sus contradicciones y de sus pesares".
Dentro de la sección oficial de PhotoEspaña 2025, Fotografía y dibujos. Dora Maar, puede verse en el Museo Lázaro Galdiano hasta el 14 de septiembre.