Vacaciones cada vez más caras: los españoles gastan un 43% más que en 2021 para irse los mismos días
- El gasto medio en viajes de vacaciones llegó en 2024 a 390 euros por persona, y en el primer trimestre sube un 9%
- Además del alojamiento o los paquetes turísticos, suben otros artículos vinculados al turismo, como los restaurantes
El aumento de los precios del turismo está convirtiendo las vacaciones en un disfrute cada vez más caro para los españoles. El año pasado, el gasto medio en viajes de vacaciones alcanzó los 390 euros por persona, un 42,7% más de lo que se gastaba en 2021, cuando el país y el sector turístico recuperaban el pulso tras la pandemia, sin que eso se haya traducido en más tiempo fuera de casa: la duración de los viajes vacacionales es la misma que hace una década, alrededor de una semana en verano.
No es un fenómeno que afecte solo a los turistas nacionales -el gasto medio de los turistas extranjeros en España ha aumentado más de un 25%, para estancias similares o más cortas-, pero se deja sentir especialmente entre los residentes, que están empezando a reducir el número de viajes vacacionales. Por ejemplo, en el tercer trimestre del año pasado, es decir, durante el verano, los españoles hicieron 37,2 millones de viajes por ocio y vacaciones, un 2% menos que el año anterior, lo que contrasta con los sucesivos récords de visitantes extranjeros.
La tendencia puede prolongarse este verano, toda vez que los precios del turismo siguen subiendo y obligan a gastar cada vez más. Según los datos más recientes de Familitur, la Encuesta de Turismo de Residentes que elabora el Instituto Nacional de Estadística, el gasto medio por persona en viajes de ocio y vacaciones aumentó en el primer trimestre de este año un 9,3% respecto al mismo período del año pasado, hasta 356,4 euros, casi un 40% más que antes de la pandemia y el triple que hace cuatro años. Y aunque el mayor aumento tuvo lugar en 2022, lo cierto es que el gasto medio no ha dejado de incrementarse desde mediados de 2021.
Eso está influyendo, según los expertos, en cómo planean sus vacaciones los españoles. "Hay una reconfiguración de las vacaciones", explica Pablo Cárdenas-García, profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Jaén y especialista en turismo, que señala que "muchos españoles están viajando a segundas residencias, lo típico de ir unos días al pueblo, y otros prefieren contratar un paquete con un precio cerrado para ir al extranjero, que les sale más barato que quedarse en España".
Los mismos días de vacaciones fuera de casa que hace diez años
Algo parecido opina Pablo Díaz, economista e investigador del grupo sobre Nuevas Perspectivas de Turismo y Ocio de la Universitat Oberta de Catalunya: "Después del 'efecto revancha' con la pandemia, la realidad nos pone en situación de disfrutar menos, porque las economías están más ajustadas y no se gasta con tanta alegría". Este especialista, pese a todo, se dice convencido de que el sector turístico "se va a adaptar para tratar de rescatar al turista español, para ofrecer productos a todos los clientes", probablemente a través de una desestacionalización de los viajes.
Por el momento, el número de viajes realizados por los españoles ha descendido en los últimos cuatro trimestres respecto al mismo período del año anterior. En el primer trimestre de 2025, en concreto, se realizaron algo más de 15 millones de viajes vacacionales, un 17,5% menos que entre enero y marzo de 2024, aunque entonces la Semana Santa cayó en ese período, lo que explica parte de la caída.
Lo que no cambia, a pesar del incremento de los costes, es la duración de esos viajes. Si se considera el año completo, es decir, la duración media de todas las escapadas que se hacen desde enero a diciembre, en 2024 fue de 4,35 días, casi la misma que en 2015, aunque durante la pandemia hubo un cierto repunte. Y si se pone el foco en el verano, los viajes vacacionales del tercer trimestre de 2024 se alargaron de media 6,67 días, es decir, casi una semana, muy similar a lo registrado en los últimos diez años.
En el caso de los turistas extranjeros, se aprecia incluso una cierta reducción del tiempo que pasan en España: según la Estadística de Movimientos Turísticos en Frontera (Frontur), la estancia media bajó en agosto del año pasado a 7,3 días, frente a 7,48 días del año anterior. Y en lo que va de 2025, la estancia media de los turistas extranjeros ha bajado en los tres primeros meses del año respecto al mismo mes del año pasado, si bien ha repuntado levemente a partir de abril, cuando cayó la Semana Santa. Es un reflejo más del aumento de los precios turísticos y del gasto que lleva aparejado viajar por España.
Vacaciones más caras hasta para comprar un helado o comer fuera
Buena parte de ese incremento del gasto se explica por el encarecimiento que han registrado los alojamientos turísticos: los hoteles han subido más de 50% desde 2021 y están más caros que nunca; los apartamentos cuestan ahora un 37% más; las casas rurales han subido un 10% y los campings, un 11% en cuatro años. También el transporte se ha encarecido -especialmente los vuelos- y todo eso se refleja en productos como los paquetes turísticos, que ahora cuestan un 44% más que cuando se estaba superando la pandemia.
Por si fuera poco, otros artículos muy vinculados al turismo, de consumo habitual en las vacaciones y puentes, también están bastante más caros que hace cuatro años. Por ejemplo, los helados cuestan un 35% más que en mayo de 2021, tomarse un refresco sale un 21,5% más caro y si se quiere disfrutar de una cerveza, hay que pagar un 25% más que en 2021. Hasta las patatas fritas, habituales en playas, piscinas y chiringuitos, se han disparado un 32%, aunque en los últimos meses han bajado ligeramente gracias al descenso en el precio del aceite.
Todos ellos son productos alimentarios y arrastran la inflación acumulada durante 2022 y 2023, cuando los alimentos tuvieron una subida muy acusada y prolongada. Y esa es una de las principales causas del encarecimiento de otro de los servicios de consumo habitual en las vacaciones, los restaurantes, que en los últimos cuatro años han subido un 21,7%, tres puntos porcentuales más que el conjunto de la cesta de la compra que mide el IPC.
"Ahora mismo el sector está ajustando márgenes, deteriorando su rentabilidad", defiende el secretario general de Hostelería de España, Emilio Gallego, quien señala que "la demanda nacional está fría, aunque lo único con cierto dinamismo son los consumos asociados a la celebración, a lo experiencial y al turismo". En otras palabras, los españoles hacen cierto esfuerzo por comer y beber fuera de casa en los momentos de ocio, como las vacaciones, pese a que notan el aumento de los precios.
Los turistas españoles se retraen
Y aunque hay algunos artículos asociados al turismo que bajan de precio -los pasajes y los aparcamientos, por ejemplo, cuestan ahora un 11% menos que en 2021-, esa subida generalizada de los productos que se consumen en vacaciones está empezando a retraer a los turistas nacionales. "El turista nacional se está frenando: está reduciendo la duración de las vacaciones y mira destinos más baratos", asegura Pablo Díez.
En última instancia, señala Díez, el encarecimiento está desplazando a parte del turismo nacional, un extremo que corrobora el vicepresidente de la Confederación Española de Agencias de Viaje, José Manuel Lastra: "En 2024, hubo un cierto estancamiento en el número de viajes que los españoles hacen dentro de España e incluso un ligero descenso [bajaron un 2,3%], mientras los viajes de los españoles al extranjero se incrementaron un 12%, lo que deja muy a las claras que el español quiere seguir viajando".
Emilio Gallego confirma que "el aspiracional de los españoles en ningún caso es reducir los días de descanso y diversión, sino todo lo contrario: cuanto más, mejor", aunque, a su juicio, la tendencia es a reducir las vacaciones estivales para "distribuir su presupuesto de gasto y de días en otros períodos vacacionales del año, lo que recorta el verano, en parte por motivos económicos, pero también por la desestacionalización".
Pablo Cárdenas-García, sin embargo, cree que el aumento de los precios "va a dificultar seguro salir de vacaciones por el territorio nacional. Hay destinos, por ejemplo, Madrid en el puente de diciembre, que era muy típico para los nacionales para ver las luces y que hoy en día se han vuelto prohibitivos". A las puertas del verano, lo que es seguro es que este año habrá que gastar otra vez más para alcanzar el paraíso del descanso estival.