Trump, a las puertas de una guerra en Irán: "Nada que ganar y mucho que perder"
- Israel necesita a Estados Unidos en Irán, pese a que el Gobierno estadounidense aún no ha decidido intervenir
- Sigue el minuto a minuto del conflicto Israel-Irán


Antes de convertirse en presidente, Donald Trump prometió que acabaría con todas las guerras. Sin embargo, seis meses después de su llegada a la Casa Blanca, está a las puertas de un nuevo conflicto. Desde el inicio de la ofensiva israelí contra Irán el pasado viernes, la posibilidad de una intervención militar de Estados Unidos ha pasado de ser una hipótesis a un elemento central en las cábalas geopolíticas de Oriente Próximo.
En este contexto de confrontación Teherán-Tel Aviv, la retórica de Trump se ha endurecido en las últimas horas contra el régimen de los ayatolás. El mandatario ha exigido la "rendición incondicional" de Irán y hasta ha amenazado con asesinar a su líder supremo, Alí Jameneí.
Por su parte, Jameneí ha condenado las intimidaciones y ha insistido en que "cualquier intervención militar estadounidense indudablemente estará acompañada de daños irreparables". En este intercambio de advertencias, Estados Unidos aún no ha decidido si comprometer tropas o activos militares de forma directa en el conflicto. "Puede que lo haga. Puede que no lo haga", ha reconocido Trump este miércoles.
"Irán siempre ha sido, mucho más que otros escenarios, uno de los puntos más peligrosos para EE.UU.", expone el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Burgos Juan Tovar Ruiz, que recuerda que el país persa fue la razón por la que Trump estuvo cerca de entrar en un conflicto en Oriente Próximo. Esto ocurrió en 2020 durante su primer mandato, cuando EE.UU. mató al general iraní Qasem Soleimani.
Pese a que Trump defiende que su país "no debe verse envuelto en conflictos de larga duración en escenarios donde no tiene intereses relevantes —como ocurre en Ucrania—con Irán es donde se ve que hace una excepción, y eso también tiene implicaciones domésticas [si decidiera intervenir]", sostiene el profesor.
"El argumento de que EE.UU. puede, a bajo costo, unirse a la lucha y poner fin al programa nuclear iraní, es algo que se escucha cada vez más en Washington", establece el profesor visitante en el Instituto de Oriente Próximo de Washington D.C., F. Gregory Gause. "Durante meses, Trump se mostró reacio a que Israel atacara a Irán y prefirió seguir la vía diplomática. Sin embargo, el éxito de la primera ola de ataques israelíes claramente ha atraído a Trump. Está considerando unirse a la campaña militar", reflexiona.
El (des)interés de Trump en un conflicto abierto
Solo EE.UU., con sus bombas antibúnker, puede culminar el trabajo iniciado por Israel para destruir las instalaciones nucleares subterráneas iraníes, como Fordow, y así acabar con su programa atómico. En ese cálculo de riesgos, el interés de Donald Trump por "evitar que Irán llegue a constituirse como un actor nuclear" se vuelve decisivo, recuerda el doctor en Relaciones Internacionales y director institucional de UNIVERSAE, Manuel Gazapo Lapayese.
Pese a los deseos del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, los objetivos estadounidenses no están necesariamente alineados con esa lógica de confrontación directa, incluso si los antecedentes de Trump parecen avalar dicha hipótesis. Como ejemplo, en 2018, aunque se retiró del acuerdo nuclear con Irán negociado durante la Administración Obama, su objetivo no parecía ser la guerra, sino alcanzar un pacto más favorable y bajo sus propios términos.
De hecho, poco antes del estallido armado entre Irán e Israel, Teherán y Washington estaban negociando un nuevo tratado atómico. Tovar Ruiz no descarta que la amenaza de Washington con una posible intervención "sea la manera en que Trump busca elevar la presión sobre Irán para intentar forzarle a que firme un acuerdo".
Trump está atrapado entre la presión israelí y la demanda de ciertos activos de su partido y de los países del Golfo por una distensión. De momento, sus respuestas sobre una intervención están plagadas de ambigüedades, pues tampoco está claro dónde guarda Irán las reservas de uranio enriquecido al 60%, capaces de usarse para desarrollar armas nucleares.
El mandatario estadounidense —o su gabinete— es consciente de que cualquier intervención a destiempo podría incendiar el tablero político y comprometer recursos estratégicos en Oriente Próximo. Justo cuando la política exterior estadounidense buscaba centrarse en China y Rusia.
Por otro lado, la amenaza de represalias iraníes contra instalaciones estadounidenses en el Golfo y el Mar Arábigo es un riesgo a tener en cuenta. "La intervención estadounidense podría llevar a que Irán ataque a sus fuerzas y bases en los Estados del Golfo Pérsico, o incluso a las instalaciones petroleras saudíes o de otras monarquías árabes, como hizo en septiembre de 2019", incide Gause.
En este escenario, y pese a que Trump reitera que "nadie sabe" cuál será finalmente su decisión, su interés más viable, según Gause, pasa por evitar la confrontación. El presidente "aún preferiría un acuerdo con Irán que eliminase su capacidad para enriquecer uranio a involucrarse directa y militarmente en el conflicto", subraya. “Sin embargo, los términos que [Trump] ha propuesto implicarían una rendición de Irán; tal y como señala en publicaciones en redes sociales”, expone.
Si el interés de Trump pasa finalmente por desescalar, Irán podría volver a la mesa de negociaciones. Una decisión que solo tomará si Washington le permite salvar su imagen y logros tácticos contra Israel. Sea cual sea el resultado, el compromiso del régimen de los ayatolás con una desnuclearización completa aún requiere de un poderoso componente político que, por el momento, no se perfila en su horizonte.
Una posible fractura en las bases de MAGA
La mitad de los estadounidenses considera a Irán un enemigo del país, pero el 60% se opone a que su Ejército se involucre en el conflicto iniciado por Israel. Así lo recoge una encuesta de Economist/YouGov Poll. Este informe también muestra que es una opinión repetida no solo entre la base demócrata —un 65% está en contra—, también entre independientes (61%) y republicanos (53%). De hecho, una participación directa de EE.UU. puede suponer, advierten los expertos, un alto coste electoral para Trump, que repitió hasta la saciedad su compromiso con acabar con los conflictos en los que estaba envuelto el país.
"Incluso dentro de su propio partido, los sujetos más vinculados al movimiento MAGA (Make America Great Again) no comparten que esta guerra sea suya", destaca Gazapo Lapayese, que señala que "no existe una política común o percepción consensuada" con respecto a este tema. Esto podría suponer "una fractura dentro del movimiento de Donald Trump, aunque él no lo plantee o lo perciba así en este momento".
Una de las razones por las que esa base MAGA —contraria al envío de armas a Israel— votó a Trump "fue su promesa de no involucrarse en este tipo de conflictos", reitera Tovar Ruiz, que añade que con una posible intervención en Irán Trump tiene "nada que ganar y mucho que perder". Entre otras cuestiones, "el prestigio de Trump como líder político que no quiere verse envuelto en conflictos en el exterior se vería afectado", sostiene.
En el contexto de la escalada entre Irán e Israel, congresistas demócratas han propuesto una medida que limite el poder del presidente para iniciar una guerra sin contar con el Congreso. La idea ha recibido apoyos republicanos, como el del legislador Thomas Massie y la congresista Marjorie Taylor Greene, quienes han contemplado la posibilidad de adherirse a esta iniciativa en el futuro. Además, importantes líderes de opinión entre la base MAGA, como el locutor Tucker Carlson, se han pronunciado en contra de la intervención.
Israel necesita a EE.UU. en Irán
"Irán contaba con buenos rastreadores aéreos y otros equipos defensivos, y en abundancia, pero no se comparan con los concebidos y fabricados en Estados Unidos", dijo Trump el martes, justo después de elevar sus amenazas contra Irán.
De momento, Israel, aunque ha golpeado con dureza el corazón del programa nuclear iraní, no posee por sí solo medios para destruirlo por completo, tal y como afirma Gazapo Lapayese. "Israel necesita de Estados Unidos para cumplir sus objetivos tanto en el corto como en el largo plazo. Se requiere de la inteligencia de Washington, de su respaldo armamentístico y de su presión, para intentar cambiar el paisaje político que ahora mismo domina Irán" concibe el analista, que ve claro que el actual conflicto "va a escalar".
En mitad del intercambio de fuego entre Israel e Irán, EE.UU. ha trasladado más de 30 aviones cisterna militares hacia Europa —algunos de ellos a España—en una maniobra que, según funcionarios estadounidenses citados por Reuters, busca ampliar las opciones de Trump ante el aumento de tensión en Oriente Próximo. Además, Washington ha anunciado un programa para evacuar por aire y por mar a los ciudadanos estadounidenses mientras que Trump convocó el martes una reunión extraordinaria de su Consejo de Seguridad.
"Evidentemente impedir que Irán salga con armas nucleares es un interés nacional de Estados Unidos, no solo por el hecho de que pudiera suponer una amenaza para la estabilidad regional, sino que podría llevar a la proliferación nuclear en Oriente Próximo", señala Tovar Ruiz que, sin embargo, no ve claro qué beneficio podría sacar Washington a nivel internacional. "Viendo los precedentes, los resultados en Irak, Libia u otros, lo que traería consigo es una inestabilidad aún mayor en la región", asegura.