La AIReF recorta dos décimas la previsión de crecimiento para este año, hasta el 2,3%, por la incertidumbre mundial
- También revisa a la baja las perspectivas para 2026 al 1,7%, tres décimas menos de lo estimado en abril
- Alerta de que será necesario realizar "ajustes" para cumplir con los compromisos en 2027 y 2028
El "clima total de incertidumbre arancelaria" tras la guerra comercial iniciada por Estados Unidos ha llevado a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) a recortar la previsión de crecimiento para España en dos décimas este año, hasta el 2,3%, y en tres décimas el que viene, hasta el 1,7%.
Así lo ha confirmado en una rueda de prensa este miércoles la presidenta del organismo, Cristina Herrero, apenas un mes después de mantener las perspectivas económicas de la economía española para los próximos ejercicios (2,5% y 2%, respectivamente): "La razón es el deterioro de los supuestos exógenos en lo que se refiere a las previsiones de comercio y crecimiento mundial que se derivan del informe del Fondo Monetario Internacional (FMI)", ha explicado.
En dicho informe, el organismo con sede en Washington decidió recortar medio punto el crecimiento mundial en 2025 por la guerra comercial, si bien España se libró de la rebaja: entre las principales economías europeas es la única que ve elevada su previsión; en concreto dos décimas, hasta el 2,5%.
Tanto el FMI entonces como la AIReF ahora se hacen eco en sus perspectivas del posible impacto de los gravámenes que Estados Unidos ha impuesto a medio mundo. La exposición de España, en este sentido, es menor que la de otras economías europeas, ya que las ventas a la economía estadounidense aportan el 2,3% del PIB, frente a una media del 4,6% en los Veintisiete.
La AIReF, menos optimista que el Gobierno
En su informe, la AIReF se ha mostrado menos optimista que el Gobierno con las perspectivas económicas de España en los próximos ejercicios.
El Ejecutivo decidió a finales de abril mantener en el 2,6% el crecimiento este año y en el 2,2% el que viene. Según argumentó, los aranceles restarían una décima al sector exterior español, si bien sería compensada con una mejora en la misma medida en el consumo privado.
Según Herrero, el Ejecutivo "también prevé este deterioro del saldo exterior", incluso "en una cuantía mayor", pero "la diferencia es que son mucho más optimistas en cuanto al comportamiento de la demanda nacional".
La presidenta ha señalado, además, que el este optimismo del Gobierno se extiende hasta 2028, ya que proyecta tasas de avance del PIB del 2,1% en 2027 y 2028, frente a los crecimiento del 1,7% dibujados por el organismo independiente.
Un escenario que, de nuevo, la AIReF "no comparte": "La inversión podrá recuperarse, pero no al ritmo que prevé el Gobierno", ha dicho.
Advierte de "ajustes" a partir de 2027
Las últimas proyecciones macroeconómicas del Gobierno acompañaban al primer Informe de Progreso Anual del Plan Fiscal y Estructural de Medio Plazo (PFEMP) —que sustituye en el nuevo marco europeo de gobernanza fiscal a la Actualización del Programa de Estabilidad— que el Ejecutivo remitió a la Comisión Europea a finales de abril.
Sobre el mismo, la AIReF ha considerado que cumple con las directrices de Bruselas, si bien "solo actualiza las previsiones fiscales hasta 2025 y las macroeconómicas hasta 2028", lo que denota a su juicio una "falta de ambición en el contenido" que "reduce la orientación a medio plazo de la política fiscal y dificulta identificar ex ante los riesgos de desviaciones de los compromisos y previsiones recogidos".
En este sentido, Herrero ha advertido de que España se vería abocada a realizar "posibles ajustes" de cara a los años 2027 y 2028, "tanto por el lado de los ingresos como de los gastos", para cumplir la senda marcada por el PFEMP.
"La AIReF prevé, bajo un escenario de políticas constantes, un crecimiento promedio del gasto neto del 3,9% entre 2026 y 2028 frente al 3,2% del PFEMP. Estas tasas anuales implican un crecimiento acumulado entre 2024 y 2028 del 22,5% frente al 20,1% estimado por el Gobierno, lo que supone una desviación acumulada del siete décimas del PIB en 2028, por encima del margen de la cuenta de control acumulada", ha explicado.
El déficit, por debajo del 3%
Esto repercutiría, a su vez, en el déficit, que estaría por debajo del 3% en el periodo de previsión, aunque con variaciones: se situará en el 2,8% en 2025 y 2,3% en 2026, para después empeorar hasta el 2,5% en 2027, el 2,7% en 2028 y el 2,9% en 2029.
"Se observa que durante 2025 y 2026 seguirá una mejora del saldo presupuestario, impulsada por la retirada de medidas y el menor impacto de las operaciones recurrentes. A partir de 2026 habrá un deterioro del saldo presupuestario consecuencia del gasto en intereses, el aumento de inversión que incluye el gasto en defensa y también el gasto por presiones ligadas al envejecimiento de la población", ha advertido.
Esto hará que la deuda se sitúe "en una senda descendente" en todo el horizonte de proyección, aunque de forma más lenta, en parte debido a la menor intensidad del crecimiento económico en los próximos ejercicios.
Reprimenda por no recabar el aval de la AIReF
Por último, Herrero ha criticado la decisión del Ejecutivo de "no solicitar el aval" del organismo independiente sobre el escenario macroeconómico para los años 2027 y 2028 incorporado en el Informe Anual de Progreso y no en su presentación en octubre, cuando únicamente expuso un escenario hasta 2026.
"Se considera que, en el contexto de incertidumbre actual habría sido conveniente recabar el aval del escenario macroeconómico publicado o, al menos, establecer un dialogo técnico antes de su publicación", ha señalado. Y es que, en opinión de Herrero, esta información podría ser útil no solo para el Estado, sino también para las comunidades autónomas en la elaboración de los presupuestos y su planificación plurianual.
En este contexto, la AIReF ha recomendado al Gobierno ampliar el contenido del Informe de Progreso Anual con un escenario fiscal completo de medio plazo, que se inicien "cuanto antes" los trabajos para la transposición del marco fiscal europeo a la normativa nacional con la participación de todos los agentes afectados y que en la transposición al marco nacional de las directivas europeas se integren las reglas de gasto nacional y europea, incluyendo también la regla de gasto de pensiones.