De "Curro se va al Caribe" a la actualidad: la evolución del 'turismo de pulsera', una opción que se resiste a morir
- Tuvo su auge en la década de 1990 en España y ahora se mantiene en algunos destinos nacionales y del Caribe
- Algunos hoteles han ido incorporando nuevas prestaciones para otorgarle un carácter más exclusivo
Hace 15 años, cuando Alonso era pequeño, hizo un viaje con sus padres y su hermana a Punta Cana, en República Dominicana. "Fuimos a un resort y la pulsera nos incluía un desayuno tipo buffet y podíamos comer y cenar en ocho restaurantes de diferentes temáticas", cuenta. De día estaban en la piscina y jugaban al tenis de mesa, y por las noches veían actuaciones de circo, música y magia.
"Fue un viaje muy preparado y mis padres lo hicieron a través de una agencia de viajes", explica a RTVE.es. Dentro de toda esa organización, añadieron excursiones a una plantación de azúcar y varias fábricas de ron y puros dominicanos. No obstante, la mayor parte de sus vacaciones las pasaron dentro del resort, algo que también les recomendaron por motivos de seguridad en el país. "Casi todos los hoteles están pensados para que hagas toda la vida allí y solamente salgas para ir a la playa", señala.
Ahora, ya siendo adulto, a Alonso no le importaría repetir esta experiencia porque le permite descansar y, al mismo tiempo, estar entretenido con las actividades en el propio hotel. Sin embargo, también reconoce que puede limitar su experiencia de viaje: "Si estás todo tiempo dentro y solo haces alguna excursión, quizá te pierdes conocer más la cultura, la gente y las costumbres del país".
"No se ha dejado morir", pero ya no tiene tanto peso
El 'turismo de pulsera' —también llamado all inclusive— empezó a popularizarse en España hace unos 30 años bajo la fórmula de pagar un precio fijo y tener acceso a desayunos, comidas y cenas con bebidas y snacks dentro del hotel. "Curro se va al Caribe", decía un conocido anuncio publicitario entonces, cuando las agencias de viajes promocionaban viajes a resorts de países caribeños.
"Tuvo su boom en la década de 1990 y, con el paso de los años, las tendencias cambian. Esto no quiere decir que esté denostado o haya desaparecido, sino que ha evolucionado", explica a RTVE.es Pablo Parrilla, vicepresidente económico de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV).
Según el experto, el todo incluido "no se ha dejado morir" con el paso de los años, pero ya no tiene tanto peso en el mercado porque la forma de hacer turismo también han ido cambiando. A pesar de ello, sigue siendo una alternativa para algunos perfiles, ya sea para una escapada de fin de semana o en el verano. Con todo, mantiene cierta cuota dentro del sector turístico en España, que no para de crecer, ya que recibió casi 94 millones de turistas internacionales en 2024, un nuevo récord.
"Buscábamos comodidad y despreocuparnos de todo"
La forma de viajar y conocer los lugares no es la misma que hace 30 años. Actualmente, el abanico de opciones es más amplio y muchos buscan salir del hotel para aproximarse a la cultura local de los destinos mediante actividades, degustaciones gastronómicas y experiencias. "El número de viajeros ha aumentado y el régimen de todo incluido sigue teniendo su porcentaje de mercado, lo que pasa es que ya no es mayoritario a la hora de viajar", matiza Parrilla. Así, parte de la demanda que antes contrataba esta opción ahora se ha mudado a otras fórmulas.
Sin embargo, esto no significa que esté en abandono y, de hecho, sigue manteniéndose en algunos perfiles, como los jóvenes en sus viajes de final de curso y algunas parejas o familias con hijos que buscan tranquilidad. También para aquellos que quieren una escapada solamente para descansar. "Muchos lo eligen porque se paga un precio cerrado. Te despreocupas y, si no quieres, no gastas ni un euro más", señala el experto.
El verano pasado, Ana estuvo cinco días de vacaciones en Benidorm con sus padres y su hermano. Se decantaron por la ciudad alicantina porque allí podían alojarse en un hotel con todo incluido: "Para nosotros era indispensable y nos permitía desayunar, comer y cenar en el hotel".
Pero la pulsera no cubría hasta ahí y, en su caso, se añadían otras comodidades: "Nos dieron toallas propias del hotel y también podíamos reservar sus hamacas en primera línea de playa". Estos detalles facilitaban su estancia y les permitía tener todo al alcance de su mano. "Buscábamos comodidad y despreocuparnos de todo para disfrutar de unas vacaciones en familia", relata. En total, el viaje les costó 1.800 euros a los cuatro.
Ana asegura que volvería a hacerlo, a pesar de que para ella la principal "pega" es el precio porque cree que el all inclusive puede ser a veces más caro que si se buscan alternativas de ocio y comidas fuera del hotel. "Si puedes pagarlo, lo recomendaría. En general, fue muy cómodo y fácil, al final desconectas del todo", explica a RTVE.es.
Destinos más demandados
¿Y en qué lugares se sigue pidiendo esta alternativa? "En España, está muy localizado en Canarias y Baleares, donde tenemos más turismo extranjero de Alemania y Reino Unido, y dentro de la península se enfoca en puntos del litoral mediterráneo", explica Parrilla.
Donde está más generalizado es en el Caribe, sobre todo en la Riviera Maya, Cancún y República Dominicana. "Allí, concentra casi toda la demanda porque los hoteles están concebidos para este tipo de turismo", señala. Además, los expertos apuntan que, en algunos casos, también se hace por motivos de seguridad de los destinos.
Pero esta modalidad también ha ido cambiando con los años y hay cadenas hoteleras que ofrecen la versión más tradicional —con alojamiento, desayunos, comidas y cenas, bebidas y snacks—, mientras que otras añaden prestaciones que le otorgan un carácter más exclusivo.
Algunos ejemplos son espacios VIP en sus piscinas e instalaciones, marcas premium de comida y bebida e incluso excursiones gastronómicas fuera del propio hotel. Esto, en algunos casos, se diferencia con pulseras de diferentes colores. "Al cliente ya no solo le vale que incluya todo a cualquier precio, sino que además sea un producto de calidad", matiza Parrilla.
Canarias, la comunidad donde mantiene cierto peso
Dentro de España, Canarias es uno de los puntos donde se sigue demandando. El 51% de viajeros que llegaron a esta comunidad en el cuarto trimestre de 2024 lo hicieron con todo incluido, según los últimos datos del Instituto Canario de Estadística (ISTAC). Por nacionalidades, fue la opción preferida para los procedentes de Alemania —el 66% de ellos eligió esta alternativa—, mientras que los que menos la contrataron fueron los italianos, solamente un 16%. Sin embargo, no es la opción predominante durante todo el año, ya que el 31,2% de los viajeros que visitaron Canarias en el tercer trimestre de 2024 escogieron el all inclusive, según el ISTAC.
"Nuestra percepción es que se ha mantenido con los años, pero no ha crecido tan exponencialmente como otras modalidades", explica a RTVE.es Juan Pablo González, gerente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel). Para él, el principal motivo es que los destinos también apuestan por actividades de ocio fuera del hotel, desde gastronomía y cultura hasta deportes acuáticos, senderismo y naturaleza.
De hecho, hay alojamientos que no ofrecen el 'turismo de pulsera' los 365 días del año. "Algunos lo ponen en verano, cuando saben que va a ir un público más familiar que lo pide, y en otras temporadas apuestan por una media pensión porque la clientela va a salir a comer y a pasar el día fuera del hotel", cuenta.
Benidorm y Guardamar del Segura, la excepción en Alicante
La balanza cambia ligeramente si se mira a la Costa Blanca, en Alicante, donde los hoteles que ofrecen el all inclusive se concentran en dos lugares: Guardamar del Segura y Benidorm. Su público, principalmente, son familias que quieren tener controlado su gasto final, aunque también es una opción elegida por parejas sin hijos que cuentan con dobles ingresos, los llamados dinks. Estos últimos consumen servicios de spa, boutique y gastronomía dentro de los hoteles, lo que supone ingresos adicionales para estos negocios.
No obstante, si se mira al conjunto de la provincia, la presencia de esta modalidad es "prácticamente mínima", como indica Luis Castillo, presidente de la Asociación Provincial de Hoteles y Alojamientos Turísticos de Alicante (APHA), con más de 100 establecimientos asociados en 23 municipios. "En general, el público que viene aquí no lo quiere", explica, e incide en que si la demanda de esta alternativa fuera mayor, la ofrecerían más establecimientos.
Según datos de AENA, el aeropuerto de Alicante-Elche recibió más de 18 millones de pasajeros en 2024, un nuevo récord, pero el experto señala que este aumento no se ha traducido en un impulso del todo incluido. "¿Por qué? Porque nuestro resort es el destino, es decir, la ciudad tiene una oferta gastronómica y cultural que ha crecido con los años y que los turistas quieren conocer", cuenta a RTVE.es.
Lo que sí ha crecido es la demanda de apartamentos turísticos "reglados y regulados", una tendencia que va en consonancia con los últimos datos del INE que, a nivel nacional, reflejan que las pernoctaciones extrahoteleras subieron un 3% en 2024. Estas incluyen apartamentos, casas rurales, albergues y campings.
¿Una modalidad con futuro?
Con todo, el futuro del todo incluido es una incógnita para el sector y, de hecho, podría variar en función del destino. "No se ha dejado morir, ya que siempre que hay oferta es porque detrás existe una demanda", señala el gerente de Ashotel. Para él, una de las claves de su supervivencia estará en seguir ofreciendo al cliente servicios más sofisticados y personalizados para generar una experiencia más completa. "¿Veremos evoluciones dentro del producto? Seguro", argumenta.
Para el presidente de APHA, "está claro que el todo incluido en Alicante va a bajar", ya que no se contempla explotarlo a futuro ni en la capital ni en el municipio de Elche. No obstante, recuerda que no hay que "despreciar" esta alternativa, y que sí puede tener más cabida en lugares más alejados de centros urbanos. Pone como ejemplo el complejo de Marina d’Or, en Oropesa del Mar.
Con todo, ambos expertos insisten en que, a pesar de no ser una opción mayoritaria actualmente, sigue siendo la fórmula para quienes buscan unas vacaciones de descanso y un presupuesto cerrado. "El mercado es muy grande y la clientela también. Hay que buscar el espacio para cada modalidad", concluye Castillo.