Los jóvenes católicos apuran las últimas horas para despedir al papa: "Él sí se preocupó por nosotros"
- Ríos de fieles han acudido al Vaticano para apurar las últimas horas de velatorio de Francisco
- DIRECTO Funeral del papa Francisco: misa en San Pedro, cortejo fúnebre en Roma y entierro
Aglomeraciones, establecimientos saturados, una fuerte presencia policial, vallas, calles cortadas y largas colas dominan el panorama en los alrededores de la Basílica de San Pedro del Vaticano. Pero el tumulto no borra la sonrisa de miles de jóvenes y adolescentes católicos que se sienten honrados de poder despedirse en persona del papa que más se acercó a ellos. "Él sí se preocupó por nosotros", afirma Elena, de 16 años, que llegó el jueves por la noche con un grupo de su parroquia en Segovia.
Este viernes comienzan las celebraciones por el Jubileo de los Adolescentes, hasta el domingo. No se han cancelado a pesar de la muerte de Francisco, el pontífice que más abrió la Iglesia católica a los jóvenes y prestó atención a sus anhelos e inquietudes. "Ha sido un poco raro verlo ahí en el féretro, me ha impresionado un poco", confiesa Alberto García, estudiante del colegio diocesano San Pedro y San Felices, de Burgos, que nunca antes había visto un muerto. "Pero, sobre todo, me ha dado tristeza verlo ahí", confiesa.
Alberto llegó la noche del jueves a Roma como parte de un grupo de 109 chavales de entre 12 y 15 años. El viaje estaba organizado desde noviembre para asistir al Jubileo de los Adolescentes y esperaban ver al papa este domingo en el acto de canonización de Carlo Acutis, el joven de 15 años que falleció en 2006 de una leucemia fulminante. Francisco iba a convertirlo en el primer santo milenial, pero ese evento sí se ha cancelado. Acutis conecta con las nuevas generaciones, como Francisco. "Le gustaban los videojuegos y el deporte, como a nosotros", indica el burgalés.
Adolescentes de la escuela diocesiana de San Pedro y San felices de Burgos acuden al velatorio del papa Francisco. Sara Gómez Armas
Cercano a la juventud
"Ese papa sí me caía bien", comenta con cara traviesa Luis, otro alumno de secundaria de ese grupo de estudiantes. Siguieron la convalecencia del papa con preocupación, temían que se anulara el jubileo, pero su alta hospitalaria y su reaparición el Domingo de Resurrección, la víspera de su muerte, les dio esperanza de poder verlo en persona. Al final lo han hecho, pero en condiciones muy distintas.
"Va a pasar lo que Dios quiera", les respondía las últimas semanas, ante estas preocupaciones, su profesor y monitor en este viaje, el sacerdote Diego. Volaron el jueves desde Madrid a Roma y este viernes la primera parada obligatoria ha sido la capilla ardiente de Francisco. Tras pasar la noche en la parroquia de Santa Maria Immacolata e San Giovanni, el sábado madrugarán para encontrar un buen sitio desde el que seguir el cortejo fúnebre de Francisco, para su sepultura en un ataúd de mármol de la región italiana de Liguria, de donde es originaria su familia, con una discreta inscripción con su nombre. Antes, tendrá lugar a las 10.00 horas la misa de exequias en San Pedro del Vaticano, en una ceremonia a la que asistirán más de 160 delegaciones internacionales y más de 50 jefes de Estado, como el presidente argentino Javier Milei, el estadounidense Donald Trump, el brasileño Lula da Silva, el francés Emmanuel Macron, o el rey Felipe VI y la reina Letizia de España.
"Los chicos han tenido muchas emociones encontradas en los últimos días, primero esperanza cuando lo vieron reaparecer el domingo, y mucha sorpresa el lunes cuando saltó la noticia de su muerte", cuenta el sacerdote, que tuvo la ocasión de conocer a Francisco hace exactamente un año y un día, en una audiencia privada con miembros del seminario de Burgos. Lo define como un papa "cercano, espontáneo y campechano", una persona "con una capacidad innata para conectar a la gente y para comunicar".
Como muchos en la cola de espera para entrar a la capilla ardiente, este sacerdote burgalés espera que el próximo papa continúe la senda marcada por Francisco para renovar la Iglesia. "En la primera carta que mandó a los sacerdotes nos pedía que nos acercáramos a la gente, que tuviéramos los ojos puestos en el mundo, nos puso las pilas para cambiar las cosas", señala este joven sacerdote, feliz de estar viviendo "un momento histórico" para un católico y de "sentir en la calle el cariño que la gente sentía por Francisco".
En las últimas horas se ha incrementado la llegada de fieles y peregrinos a Roma. Vienen de todas partes del mundo para el último adiós a Francisco, y muchos son jóvenes que han viajado con sus parroquias, colegios o grupos católicos. Muchos cantan canciones típicas de misas y catequesis: hablan de amor, de amistad, de paz, de armonía, del cielo y de Jesús. También ondean banderas: de España, México, Brasil, Portugal, Francia, Alemania, Filipinas...
En las riadas de gente que por la mañana avanzaban hacia la plaza de San Pedro por su acceso central en Via della Conciliazione llamaba la atención la cantidad de grupos de scouts, pulcramente ataviados con sus uniformes, camisa y pañuelo a cuello. Algunos bostezan en la cola, han madrugado para no perderse el último día de velatorio público por Francisco en el altar de la Basílica de San Pedro.
Más de 250.000 fieles han desfilado ante el féretro desde el miércoles hasta este viernes, antes de que se cortaran los accesos a las 17.00 horas para evitar más aglomeraciones de última hora.
Jóvenes scouts en la cola de San Pedro del Vaticano para despedir al papa antes de su funeral. Sara Gómez Armas
Ciudad blindada para el funeral
La ciudad se prepara ya para el funeral de Francisco y se aprecia un gran despliegue de seguridad. Solo en la plaza de San Pedro hay más de 200 agentes de los Carabinieri. La principal preocupación son las aglomeraciones, pero este sábado el reto será aún mayor, porque además de a los fieles hay que proteger a las autoridades que asisten al funeral. Se espera que más de 200.000 personas sigan el cortejo fúnebre por la ciudad, que recorrerá 6 kilómetros por los lugares más emblemáticos de Roma. La seguridad será reforzada con escuadrones caninos, helicópteros y francotiradores. Algunos agentes ya llevan unos aparatos para neutralizar drones: varios inhiben la frecuencia y otros directamente pueden disparar para derribarlos. Durante la procesión, Roma también se blindará desde el cielo con una zona de exclusión aérea, se desplegarán cazas y un destructor de la marina cerca del aeropuerto de Fiumicino.
"Nos vamos a levantar a las 4 de la mañana para encontrar un buen sitio. Tenemos miedo que nos limiten los movimientos", indica a RTVE.es Reyes, una joven valenciana de 23 años, que ha acudido a la capilla ardiente con su tutora en el colegio mayor católico en el que vive en Madrid, Maite. Tenían el viaje programado hacía tiempo para asistir al Jubileo de los Adolescentes. "Para mí, su mayor logro ha sido haber arrastrado a mucha más gente a la Iglesia", apunta. Maite se queda con "los primeros gestos" que tuvo Francisco al iniciar su pontificado en 2013: "Esos gestos de acercamiento a los pobres, a los migrantes, ir con su maleta pequeñita a instalarse a Santa Marta". Sobre el próximo papa, lo tiene claro, la mejor opción es el arzobispo de Madrid, José Cobo.
Manuel, un estudiante de fisioterapia de Toledo y de 20 años, ha viajado a Roma desde Nápoles, donde cursa un año de Erasmus. Lo ha hecho con una compañera, con la que ya se desplazó hasta la capital italiana en marzo para participar en un rosario en San Pedro por la salud de Francisco, cuando estaba ingresado en el hospital Gemelli por una neumonía bilateral.
"Este papa me ha gustado mucho, sobre todo, su acercamiento a la gente joven. Tuve ocasión de escucharlo en las últimas jornadas de la juventud en Lisboa, y me gustó mucho su mensaje, nos dedicó unas palabras muy bonitas", comenta Manuel, que admite haber sentido "mucha tristeza, pero también mucha cercanía" con el papa al pasar por delante del féretro.
Preocupación por los migrantes
Vestidas con trajes tradicionales y una gran bandera de Colombia, Mónica Penados y María Cecilia Díaz van por tercera vez a despedir al papa desde que se abrió la capilla ardiente. "Le he echado un beso y una bendición", dice la segunda. Ambas emigraron a Roma desde Bogotá hace décadas y sentían un gran aprecio por Francisco, por sus mensajes en defensa de la dignidad de los migrantes. Lo conocieron en persona en una audiencia pública en 2014, y les causó una gran impresión.
"Amamos a Francisco, ha sido un papa de la gente, de todos, también de nosotros, los migrantes. Ha luchado mucho por nosotros. Fue un papa que siempre estuvo con la gente, hermoso, espiritual y bello", señala Mónica, que desea que el próximo papa sea "justo" y modernice la Iglesia católica siguiendo los pasos que marcó Bergoglio.
Las dos colombianas son parte de la Cofradía Latina de Roma, integrada fundamentalmente por mujeres latinoamericanas católicas. Guiadas por su sacerdote, este viernes han vuelto a San Pedro, con trajes tradicionales de sus respectivos países y banderas. Evelyn lo hace con la vestimenta típica de Guatemala. "Él siempre oró por todo el mundo y ahora el mundo se vuelca con él", señala a RTVE.es, sin dejar de avanzar en la cola para entrar al velatorio. "Esperamos que venga un papa que continúe todo lo que Francisco ha iniciado. Que el espíritu santo y el padre celestial ilumine al padre electo", reza.
Lo mismo opina su amiga, la peruana Betty Ruiz. "El que venga tiene que seguir sus cambios, porque si no, la Iglesia nos va a perder", asevera. "Francisco se dedicó a seguir el evangelio. Fue un papa maravilloso, siempre cerca de pueblo, fue sencillo, humilde y abierto", resume. Y añade: "Francisco ya abrió la Iglesia a las mujeres, ese es el siguiente paso que deben dar".