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El funeral del papa Francisco, un evento simbólico y multitudinario regido por un "protocolo diplomático"

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Vista general durante la ceremonia fúnebre del Papa emérito Benedicto XVI
Vista general durante la ceremonia fúnebre del Papa emérito Benedicto XVI EFE/EPA/FABIO FRUSTACI

Cinco días después de su muerte, los representantes de al menos 162 países se darán cita este sábado en la Basílica de San Pedro para despedir al papa Francisco en una misa cargada de simbolismo y ritos litúrgicos católicos.

Es un evento histórico de gran magnitud con una compleja organización para garantizar no solo el correcto desarrollo del funeral, sino también la seguridad de los líderes internacionales que estarán presentes. Los asistentes deberán seguir un riguroso protocolo que marcará desde las medidas de seguridad desplegadas en Roma y el Vaticano hasta el turno de llegada al templo.

Aunque la Secretaría de Estado vaticana no ha desvelado aún los detalles, varios expertos consultados por este medio apuntan a que podrían aplicar un protocolo estándar que suele ser usado en este tipo de ceremonias solemnes y con una gran carga diplomática, en la que cada detalle cuenta. Este sistema "estipula el tratamiento de personalidades externas, como pueden ser jefes de Estado o ministros, aunque es cierto que de edición a edición hay algún cambio, algún ajuste en función a la geopolítica internacional", expone a RTVE.es Carlos Fuente, profesor de la Universidad Camilo José Cela.

Los jefes de Estado, primero

Una de las claves será cómo organizarán a los presidentes, primeros ministros, jefes de Estado o representantes religiosos. De acuerdo con este protocolo habitual, los 50 jefes de Estado que han confirmado su asistencia estarán ubicados delante, teniendo "prioridad protocolaria" los diez que representarán a países monárquicos. Así lo explica la directora de Comunicación de la Escuela Internacional de Protocolo (EIP), Marina Fernández, si bien señala que también podría haber preferencia para los reyes que sean católicos. Tras este grupo, se ubicarían las delegaciones de los países, encabezadas muchas de ellas por el presidente del Gobierno.

En el caso de España, Felipe VI y la reina Letizia, que liderarán la delegación de nuestro país, se sentarán delante junto al resto de monarcas, mientras que las vicepresidentas María Jesús Montero y Yolanda Díaz, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y el presidente del PP y líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, estarán por detrás junto a las otras personalidades políticas invitadas a la misa.

Por otro lado, Fernández recuerda que, al tratarse del funeral del papa, cobran gran importancia las autoridades eclesiásticas, que estarán presididas por el Colegio Cardenalicio y tendrán reservada "una zona especial". Ahí será donde se ubicará a los patriarcas religiosos y a los arzobispos, obispos y sacerdotes. En su caso, se aplicará el protocolo vaticano para el ordenamiento de las autoridades religiosas, que suele ser diferente al de las autoridades estatales.

¿Ordenados por importancia, alfabeto o antigüedad?

Divididos ya en grupos, se deberá establecer un orden para sentarse, que partirá desde el "punto número uno protocolario". "En este caso no lo ocupa el altar, como suele ocurrir en otras celebraciones religiosas, sino el féretro del papa", explica a RTVE.es la directora de Comunicación de la EIP. De este modo, "cuanto más cercano al féretro, mayor importancia protocolaria".

Una vez acotado el punto de partida, podrían usarse varios criterios para colocar a los invitados, como la antigüedad en el cargo o la letra del país. Tomando como referencia anteriores funerales pontificios, se baraja que se apoyen en el orden alfabético en francés, idioma elegido para la diplomacia del Vaticano.

Sin embargo, Gloria Campos, experta en protocolo y profesora universitaria, ha apuntado en el Canal 24 Horas que podría haber ajustes y excepciones en este orden por motivos diplomáticos. "No es dos más dos son cuatro. Es decir, hay que aplicar circunstancias contextuales. Hay un contexto geopolítico que obviamente hay que cumplir", afirma. En ese sentido, recuerda que el Vaticano es un "Estado dentro de otro Estado", algo que supone "un punto diferencial".

La catedrática y directora del Máster de Protocolo de la UNED, Dolores del Mar Sánchez, también destaca que el papa no es solo "la figura más importante para los católicos del mundo y la cabeza de la organización católica", sino el jefe de un Estado que, aunque de pequeño tamaño, se relaciona en la comunidad internacional con el resto de naciones y las autoridades políticas de éstas.

"El protocolo nunca es una norma, es una recomendación o un criterio de organización para que todo salga mejor y que ayuda a lanzar mensajes", corrobora Marina Fernández, que pone de ejemplo como, en caso de que dos Estados "enemigos" quedaran sentados al lado, se flexibiliza poniendo a "varios países entre medias".

El país natal, una posible excepción

Fernández expone otro posible cambio en el orden que va más allá de posibles rivalidades. En concreto, el que se estableció durante el funeral de Juan Pablo II para que la delegación de su país de origen, Polonia, estuviera en una posición más próxima al papa. "Es un gesto muy simbólico, muy bonito, que no descartamos que pueda repetirse en esta ocasión con Francisco", apunta la directora de Comunicación del EIP, en referencia al presidente argentino, Javier Milei.

Sin embargo, las fuertes discrepancias mantenidas entre el papa y el mandatario –que llegó a calificarle de "representante del maligno en la tierra"– llevan a sembrar la duda de si se concederá a Milei una posición destacada durante el funeral. Para Fuente, esta decisión no se sabrá hasta que llegue el momento, "porque esos son los secretos mejor guardados para evitar polémicas previas", aunque considera que sí tendrá un puesto relevante. "Lo que no creo es que las posibles diferencias políticas, morales o éticas que puedan haber tenido en vida se trasladen al protocolo. Al final, guste o no guste, [Milei] es el representante del pueblo argentino", agrega.

La hermana Genevieve Jeanningros reza ante el cuerpo del difunto papa Francisco

La hermana Genevieve Jeanningros reza ante el cuerpo del difunto papa Francisco Alessandro Di Meo/ Pool Photo via AP

En otros casos puntuales, la flexibilidad en el protocolo puede convertirse también un potente mensaje que no tiene por qué alterar la organización. Ejemplo de ello es sor Geneviève Jeanningros, cuya imagen ha dado la vuelta al mundo por saltarse el cordón de seguridad que rodea el féretro del pontífice para acercarse al cuerpo y darle, entre lágrimas, el último adiós. Esta monja, famosa por ayudar a prostitutas y transexuales, compartía un fuerte vínculo de amistad con el papa Francisco y su pasión por apoyar a los más frágiles.

El Ordo Exsequiaum Romani Pontificis

Por otro lado, el guion ceremonial que seguirá el funeral estará determinado por el Ordo Exsequiaum Romani Pontificis. "Las variaciones rituales en cada uno de los ceremoniales para irlos adecuando a los nuevos tiempos son realizadas por los propios pontífices, si lo consideran preciso, y si no se mantienen en el tiempo", cuenta Sánchez.

Como explica la catedrática, este documento fue aprobado en 1998 y publicado en 2020 y por el mismo se rigieron las exequias de Juan Pablo II en 2005 y Benedicto XVI en 2023. Francisco revisó dicho documento en noviembre 2024 "para que se adecuará más a los tiempos actuales y a la nueva sensibilidad del pontífice".

En él se especificó que no hubiera velatorio "privado", ni tres ataúdes, ni catafalco, ni tratamientos más allá de obispo y papa, despojándose así de la pomposidad de sus antecesores,

La norma de etiqueta: de negro y con sobriedad

La distribución de los asientos no es el único elemento que rige el protocolo. En funerales de Estado, la vestimenta se convierte en un símbolo de respeto y sobriedad por el luto, ya sea de un modo más tradicional o adaptado a los tiempos modernos. Esta etiqueta implica usar trajes y fracs de tonalidades oscuras, corbatas negras, vestidos y faldas a la altura de la rodilla o la ausencia de grandes joyas.

Los reyes Sofia y Juan Carlos junto a la reina Margarita de Dinamarca en el funeral de Juan Pablo II

Los reyes Sofia y Juan Carlos junto a la reina Margarita de Dinamarca en el funeral de Juan Pablo II EFE/Olivier Hoslet

Además, algunos hombres asistirán con el uniforme militar de gala o trajes nacionales, mientras que las mujeres optarán por usar velos, sombreros o mantillas, como hizo la reina Sofía en el funeral de Juan Pablo II. "Las reinas católicas, como las de España, Luxemburgo o Bélgica, pueden ir de blanco, pero se consideraría una falta de respeto", apunta también Campos.

A diferencia de las personalidades políticas y civiles, el luto vaticano estará representado por el color rojo "en recuerdo a la sangre de Cristo", que vestirán los cardenales, explica por su parte Fernández.

Traslados, desplazamientos y protocolos de seguridad

Pero en el protocolo no todo es lo que sale en cámara. Lejos del foco mediático, la organización gestiona desde el primer día dinámicas como la recepción de las delegaciones o los traslados de los mandatarios. "Lo realmente complejo no es la ubicación, sino todo lo que requiere de desplazamientos, hoteles, residencias, seguridad", expone Fuente.

Uno de esos retos el sábado será la coordinación con el servicio de seguridad de Estados Unidos, que habitualmente traslada al presidente Donald Trump con un vehículo de grandes dimensiones conocido como "la Bestia". "Es un coche inmenso que pesa 65 toneladas y que probablemente el sábado sea el coche más contaminante que haya en Italia, como lo fue en España en la cumbre de la OTAN", comenta Campos.

Por ahora, el Gobierno italiano ha puesto en marcha un dispositivo de máxima seguridad ante el funeral, en el que se esperan en la plaza de San Pedro más de 200.000 fieles, por lo que se desplegarán en Roma 4.000 policías y se extenderá una zona de exclusión aérea. Además, cientos de agentes y miembros de la protección civil están ya presentes desde el lunes en torno al Vaticano para controlar el tráfico y guiar el alto flujo de personas que se dirige a la basílica de San Pedro para despedirse de Francisco.

"El protocolo vaticano abarca muchos más aspectos que solamente los funerales o elecciones de nuevos papas", agrega Sánchez-González. Entre ellos estarían, por ejemplo, la bandera, el escudo y los himnos, las ceremonias protocolarias en las que participa la Curia romana o el Santo Padre e "incluso un derecho premial específico que hay que conocer, porque influye todo ello en la organización de cualquier actividad desde el punto de vista internacional y diplomático".

La catedrática apunta, además, que el jefe de Protocolo de la Secretaría de Estado del Vaticano, Javier Domingo Fernández González, será quien se ocupe de organizar "todos esos extremos de coordinación de las personalidades políticas que acudan al funeral, de la seguridad (compartida con los equipos de seguridad de los jefes de Estado) y de la ordenación y colocación de los mismos, así como de la comunicación".