Enlaces accesibilidad
Vaticano, cambio de era (III)

Las periferias del mundo convergen en San Pedro para despedir a Francisco: "Creó una Iglesia para todos"

Colas de horas en la basílica de San Pedro para despedir al papa Francisco

"Quiero verlo", susurra casi llorando, con una mezcla de impaciencia y desesperación, Mariana, una mexicana que se encuentra a escasos metros del féretro del papa Francisco en el altar de la Basílica de San Pedro. Pese a la corta distancia, la marea de gente impide acercarse más y los guardias solo conceden unos segundos para agilizar el recorrido y evitar más aglomeración.

Finalmente, Mariana se escabulle entre el gentío, llega hasta la valla que separa el ataúd, saca el móvil para tomar una foto rápidamente, se santigua y se seca una lágrima. Ha hecho más de tres horas de cola bajo un sol pertinaz y entre empujones de la muchedumbre. "No podía irme de aquí sin verlo, ha merecido la pena la espera", comenta esta declarada devota católica, que ya tuvo ocasión de ver a Francisco de cerca con vida en su viaje papal a México en 2016. "Ha sido el mejor papa". A continuación, se dirige a uno de los laterales del altar para arrodillarse y rezar.

El bullicio e incluso quejas por los empujones que se escuchan en la larga cola en la plaza de San Pedro se transforma en un silencio sepulcral al entrar en el templo, que este miércoles ha abierto sus puertas para las exequias de Francisco. Su cuerpo será velado por el público durante tres días, hasta su funeral el sábado en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma tras una procesión en la que se espera la asistencia de más de 200.000 personas.

Una vez dentro, la multitud avanza de manera lenta y orgánica hacia el altar por el pasillo central de la iglesia. A medida que se aproximan al féretro, el silencio muta progresivamente en cánticos religiosos y rezos del rosario en distintos idiomas, que se mezclan en una suave cantinela envolvente. Miles de personas han desfilado este miércoles por delante de su féretro, colocado frente a la tumba de San Pedro y del imponente baldaquino de Bernini.

Afluencia masiva de fieles y peregrinos

Unos 20.000 fieles han acudido a la capilla ardiente desde las 11.00 hasta las 20.00 horas, aunque la basílica permanecerá abierta este miércoles hasta más allá medianoche. Los próximos dos días, el recinto estará abierto desde las 7.00 hasta la medianoche del jueves y hasta las 19.00 del viernes, aunque el horario puede ampliarse ante la masiva afluencia de fieles y peregrinos.

"Me quedo con su mensaje de alegría. Fue un papa que siempre buscó a los pobres, a los últimos, a aquellos en los que nadie piensa", afirma a RTVE.es María Clara, una monja costarricense de 30 años que lleva cuatro años viviendo en Roma en un convento de clarisas. En la larga espera de más de tres horas antes de entrar a la basílica, María Clara comenta que el principal logro del pontificado de Francisco fue rescatar "el espíritu de la Iglesia que fundó Jesús, sin privilegios ni honores".

Esa vocación integradora de Francisco, de crear "una Iglesia para todos", y su empeño en mirar a las periferias del mundo, son los principales logros que destacan los fieles congregados en la plaza. La hermana Francisca Chide, una nigeriana de 22 años que comparte convento y vocación con la costarricense María Clara, considera un "privilegio" haber sido testigo del pontificado de "alguien tan especial" como Francisco. "Es un día triste por su muerte, pero yo me siento feliz, quiero celebrar su vida basada en la bondad y el hecho de que ha ascendido al cielo junto con Dios", asevera.

Su único lamento es que Francisco no llegó a visitar su país natal, Nigeria. "Tenía esa esperanza", dice. No viajó a Nigeria, pero sí a muchos países de África y del llamado sur global, Estados en conflicto o donde la cristiandad es minoría o está perseguida. Un papa que vino "del fin del mundo" —como él mismo aludió a su origen argentino al ser elegido en 2013—, que siempre miró a las periferias del planeta. Visitó Uganda, Kenia, República Centroafricana, Sudán del Sur, Irak, Emiratos Árabes Unidos, Mongolia, Sri Lanka, Filipinas, Indonesia, Tailandia, México, Panamá, Cuba, Bolivia, Ecuador... Algunos recibieron por primera vez a un pontífice.

El papa que miró a las periferias

Procedente de esa periferia del mundo es Gladys, que está emocionada de poder despedirse del papa. "Es un milagro estar aquí", señala. Está en un viaje de peregrinos procedentes de la ciudad de Cebú, en Filipinas, el país con más católicos de Asia y el tercero del mundo. Precisamente, este miércoles tenían una audiencia con Francisco: "Al final lo vamos a ver, pero de otra manera", comenta con cierta ironía. "Esto es un sacrificio que hacemos por él", añade mirando al fuerte sol de mediodía que azotaba la plaza.

La espera para entrar ha sido larga y dura. Las puertas de la basílica han abierto pocos minutos después de las 11.00 horas, lo que ha desatado algunos aplausos entre el público, que comenzaba entonces a avanzar tranquilo. Pero, a medida que la mañana transcurría y el calor atenazaba, la impaciencia se ha apoderado de algunos, generando sofocantes aglomeraciones de las que era imposible salir entre la marea humana. Varias personas han sido atendidas por mareos.

Colas antes de entrar al velatorio público de Francisco

Colas antes de entrar al velatorio público de Francisco Sara Gómez Armas

Parapetada bajo un paraguas negro usado a modo de sombrilla y reclamando "piano, piano" ("despacio, despacio") a la gente que tenía detrás, la italiana Antonella se declara fan de Francisco. "Amo a este papa, es fantástico. Todo lo que ha dicho y hecho ha sido para mejorar el mundo. Ha sido verdaderamente un papa revolucionario de paz", clama. No es el primer pontífice al que despide desde la plaza central del Vaticano, pero sí "el más especial". "Lo último que hizo antes de morir, tras una larga convalecencia en el hospital y con su salud aún resentida, fue venir a esta plaza para dar la bendición y saludar a la gente. Eso lo define", explica.

Para Alexter Saenz, el legado más importante de Francisco es su mantra "la Iglesia es de todos y para todos", lo que lo convirtió en "un pastor" cercano a todos sus fieles. "Tenía amor para todos, acogía a todos, como hizo Jesús cuando estuvo en esta tierra", indica este joven sacerdote nicaragüense que lleva un año estudiando en Roma. "Yo, como él, vengo de la periferia, casi del fin del mundo", bromea.

El sacerdote nicaragüense Alexter Saenz

El sacerdote nicaragüense Alexter Saenz en las exequias de Francisco Sara Gómez Armas

"Nombró cardenales de todas partes del mundo, incluidos países pobres o en conflicto, procuró llevar la Iglesia a aquellos hermanos ultrajados, o que de alguna manera eran mal vistos por la sociedad", resume Alexter como el principal legado de su pontificado. Pero aclara: "Cuando hablamos de periferia, no se trata solo de lugares recónditos, también es la periferia de la fe. Muchas personas viven en este mundo sin sentido de la vida, pero el papa siempre los integró".

La pareja formada por el italiano Marco y el brasileño William también se siente parte de esa periferia que el papa integró en su evangelio. "Fue un hombre dulce y amable. Este papa fue muy importante para los gays católicos como nosotros, porque nos tuvo en cuenta. Gracias a él, hoy podemos sentirnos más cercanos a la Iglesia y al Vaticano", indica Marco, ataviado con unas llamativas gafas de sol, un gran crucifijo colgado del cuello y portando la bandera multicolor del colectivo LGTBIQ+. "Esto es lo que soy", matiza. "Ojalá tengamos otro papa como él, pero lo veo difícil. Los candidatos que hay no suenan tan abiertos como él", apunta Marco.

Una pareja LGTBI las exequias públicas de Francisco

Una pareja LGTBI las exequias públicas de Francisco Sara Gómez Armas

De la misma opinión es Víctor, que también se identifica como miembro del colectivo. "Francisco deja unos zapatos muy difíciles de llenar, un hueco muy grande", afirma con escepticismo este mexicano de 33 años. Es católico no practicante, aunque admite que Jorge Bergoglio ha sido un revulsivo. "Trajo un gran cambio a la Iglesia católica porque estaba perdiendo fieles. Él vino a juntar a gente y comunidades que la Iglesia había ignorado o marginado. A colectivos que no nos atrevíamos a entrar, él nos abrió la puerta. Ese es gran cambio radical que ningún otro papa se atrevió", destaca.

Escalofríos y piel de gallina

Víctor ha conocido en la cola a una compatriota, Biansi, también de vacaciones en Roma. Ambos dicen haber sentido escalofríos y la "piel de gallina" cuando han visto en las pantallas desplegadas en la plaza la "traslación" del cuerpo de Francisco de la capilla de la Casa de Santa Marta, donde vivió y murió, hasta el altar central de la basílica de San Pedro, para su velatorio público. "Nos enteramos de la noticia de su muerte mientras paseábamos por el Coliseo. Fue una noticia muy triste. Esa misma tarde vinimos aquí a la plaza y se sentía ese ambiente triste. Era alguien cercano y una figura muy importante", relata la mexicana.

"Creó una Iglesia para todos", añade Biansi, que vuela de regreso a México este jueves y no quería irse sin verlo. "Creo que aún su cuerpo, su espíritu y su bendición, nos va a acompañar toda su vida", dice, y confiesa que quiere que el próximo pontífice se parezca a Francisco: "Un papa viajero, un papa de mundo, que mire al pueblo de abajo siempre".

"Fue un papa rompedor y progresista" señala Erik, un canadiense de origen filipino. Su esposa Gina subraya que el primer papa latinoamericano de la historia "siempre dijo lo que pensaba, aunque trataron de silenciarle". "Necesitamos otro papa como él. Si la Iglesia católica decide ir en la dirección opuesta, creo que será devastador para su futuro", lamenta. Con todo, admite que ninguno de los candidatos a sucederle tiene un perfil semejante.

Para la hermana Gordencia, una monja indonesia que lleva 20 años en Roma, pero que procede también de la periferia, el principal legado de Francisco será su vocación ecuménica de crear vínculos con otros credos. "Viajó a países lejanos, donde normalmente los papas no viajan, y donde el cristianismo era minoritario, como Indonesia, la nación con más musulmanes del mundo", explica.

"Siempre defendió la convivencia de todos juntos, en armonía", indica la hermana que, como muchos fieles en San Pedro, espera que el próximo pontífice "continúe este camino de apertura y diálogo con otras religiones y fomente la fraternidad".