El impacto de los aranceles de Trump en la Unión Europea: coches, maquinaria, aviones y acero, los más afectados
- EE.UU. es el principal destino de las exportaciones de bienes de los Veintisiete, con más de 530.000 millones de euros
- Irlanda, Alemania e Italia son los países de la UE que dependen en mayor medida de las ventas al país norteamericano
La batería de aranceles anunciados por Donald Trump, que entrarán plenamente en vigor a partir de este miércoles, amenaza con mutilar la mayor relación comercial de la economía mundial, la existente entre la Unión Europea y Estados Unidos. A la espera de que Bruselas concrete sus contramedidas, las distintas tasas impuestas desde Washington afectarán a dos tercios de las exportaciones comunitarias de bienes hacia territorio estadounidense, con un valor conjunto de unos 370.000 millones de euros, aunque su impacto será mayor en sectores como los automóviles, la maquinaria, los aviones y el acero, entre otros.
Dos de esos sectores, la automoción y el acero, se verán sujetos a aranceles específicos del 25% como cualquier otro productor del mundo. El resto sufrirá el arancel general del 20% que Trump ha decidido imponer a todos los productos de la Unión Europea, dentro de lo que ha denominado "aranceles recíprocos", pese a que su cálculo no tiene en cuenta las barreras arancelarias contrarias, tan solo el déficit comercial que EE.UU. mantiene con ese socio comercial. En este caso, se trata de castigar al principal de todos ellos, dado que la UE, en conjunto, es el principal destino de las exportaciones estadounidenses y viceversa, Estados Unidos es el principal cliente de las ventas europeas.
Sin tener en cuenta los servicios -la Administración Trump no les ha impuesto tasas ni los ha contemplado en el cálculo simplista de esos "aranceles recíprocos", al ser un segmento en el que su país tiene relativa ventaja gracias a sus gigantes tecnológicos-, los Veintisiete exportaron a Estados Unidos en 2024 por valor de casi 532.000 millones de euros, el 20,6% de sus ventas al exterior, con un saldo comercial favorable -tras restar cerca de 335.000 millones en importaciones- que se aproxima a los 200.000 millones.
El supuesto arancel recíproco no gravará, por ahora, a productos como el cobre, la madera o los productos farmacéuticos, precisamente el sector que aglutina la mayor proporción de las ventas europeas. En cualquier caso, fuentes comunitarias citadas por EFE estiman que la tasa general afectará a un montante total de las exportaciones valorado en 290.000 millones de euros. Si se añaden los alrededor de 50.000 millones de las exportaciones de automóviles y piezas de recambio, así como otros 16.000 millones en ventas de acero y aluminio, resulta que las tasas recaerán sobre algo más del 67% de los envíos europeos hacia la economía estadounidense, si se mantienen constantes las ventas del año pasado.
Irlanda, Alemania e Italia, los países más expuestos
Sin embargo, es poco probable que los Veintisiete sigan exportando como si los aranceles no existieran, lo que anticipa pérdidas económicas. Antes de que Trump concretara las tasas arancelarias, el Banco Central Europeo había estimado una reducción de 0,3 puntos porcentuales en el crecimiento del PIB comunitario -que en 2024 aumentó un 0,7%- con un arancel general del 25%, unas pérdidas que serían de medio punto porcentual si Bruselas adopta represalias.
El impacto, en cualquier caso, será distinto en función de los países, ya que no todos los Estados miembros de la UE tienen una relación comercial igual de intensa con Estados Unidos. Para España, por ejemplo, la economía estadounidense es un cliente relevante, el sexto al que más bienes vende, pero con un peso relativo, ya que no alcanza el 5% de las exportaciones españolas. Además, EE.UU. tiene superávit comercial con España, al igual que con otros seis países: Malta, Luxemburgo, Chipre, Eslovenia, Polonia -aunque en este caso, si se incluyeran los servicios, la relación es favorable a los polacos- y, sobre todo, Países Bajos, que importa por casi 25.000 millones más de lo que exporta.
Por el contrario, los otros 20 países de la Unión Europea tienen un saldo comercial favorable con Estados Unidos, especialmente desequilibrado en el caso de Alemania -que en 2024 superó los 92.000 millones de superávit en su relación con la economía estadounidense-, Irlanda e Italia. Son los tres países más expuestos al impacto de los nuevos aranceles, porque buena parte de sus exportaciones se dirigen hacia Estados Unidos; en concreto, más de un 10% de las ventas totales en el caso de Italia y Alemania, y cerca de un 33% en el de Irlanda. Aunque si se consideran solo las exportaciones que van fuera de la propia Unión Europea, la proporción de la ventas irlandesas que absorbe el país norteamericano asciende al 53,7%.
Pese a todo, más del 60% de las exportaciones irlandesas corresponden a productos farmacéuticos y medicamentos, por ahora exentos de los nuevos aranceles, por lo que en Dublín encaran los próximos meses con algo menos de inquietud. Trump, en cualquier caso, ya ha deslizado que a finales de año podrían imponer también tasas contra esas rúbricas, que constituyen el principal contingente de exportación desde la Unión Europea hacia Estados Unidos: en conjunto, representan más del 20% de las ventas europeas hacia allí, casi 120.000 millones de euros el pasado año. Mientras se toma esa decisión, estos son los sectores y productos más afectados por los nuevos aranceles estadounidenses.
Coches y piezas de repuesto
Las exportaciones de vehículos de todo tipo, incluyendo las piezas de recambio, supusieron en 2024 cerca de 50.000 millones de euros, más del 9% de las exportaciones totales de la Unión Europea a Estados Unidos. La mayor tajada, en cualquier caso, sale de la venta de coches, que el año pasado reportó a los Veintisiete casi 39.000 millones, pese a bajar ligeramente respecto a 2023. Pero, desde el pasado 2 de abril, los automóviles fabricados fuera de Estados Unidos deben pagar un arancel de entrada del 25%, una medida con la que Trump busca relanzar la industria automovilística estadounidense.
El principal perjudicado por esta medida en Europa es Alemania, que es el quinto proveedor de coches para los estadounidenses, por detrás de México, Corea del Sur, Japón y Canadá. La industria automovilística alemana acapara dos tercios de las ventas comunitarias de coches, lo que en 2024 representó más de 25.000 millones de euros de ingresos, que ahora están en riesgo por el alza de precios que va a suponer la nueva tasa. Al menos, al ser un arancel igual para todos los vehículos fabricados en cualquier país que no sea Estados Unidos, los competidores del resto del mundo se enfrentan al mismo sobrecoste, cosa que no ocurrirá con el arancel general para otros productos.
Maquinaria
Además de para sus vehículos, la Unión Europea tiene en Estados Unidos un gran mercado para sus bienes de equipo: la exportación de maquinaria -una denominación que abarca varios grupos de productos, desde turbinas a aparatos eléctricos-, representó el año pasado algo más de 157.000 millones de euros, lo que supone casi el 30% del total de las ventas al exterior. Dentro de ese gran contenedor, en cualquier caso, hay algunos productos que tienen una mayor dependencia de la economía estadounidense y que pueden acusar en mayor medida los aranceles.
Así, por ejemplo, Estados Unidos absorbió en 2024 una cuarta parte de las ventas de motores y máquinas mecánicas, con un valor total de 12.930 millones de euros. Las nuevas tasas en este producto pueden afectar considerablemente a Alemania o Francia, que venden allí el 25% de su producción, aunque el más perjudicado sería Polonia, que obtiene casi el 35% de su facturación en territorio estadounidense, lo que supone cerca de 2.000 millones de euros. Asimismo, el mercado americano también es muy relevante para los fabricantes europeos de aviones, fundamentalmente Airbus, ya que en los últimos años se había recuperado cuota de mercado y ya representa casi el 15% de las exportaciones comunitarias de aeronaves, lo que se tradujo el año pasado en 13.500 millones de euros.
Acero y aluminio
Al igual que en el sector del automóvil, la pretensión de Trump de proteger y favorecer a la siderurgia estadounidense le ha llevado a imponer un arancel del 25% a los productos de acero y aluminio, una ampliación de las tasas que ya decretó en su primer mandato. Los fabricantes europeos, como los del resto del mundo, deben afrontar desde el 12 de marzo un sobrecoste que con toda probabilidad mermará su desempeño en el que es el segundo mercado para el acero comunitario, solo por detrás de Turquía, y el primero para los productos fabricados con acero.
En total, el acero y los productos derivados supusieron el año pasado 13.420 millones en exportaciones al mercado estadounidense, algo menos del 5% del total, aunque para la siderurgia de países como Irlanda y Rumanía supone en torno al 10%. El mayor damnificado sería, de nuevo, Alemania, que exporta a Estados Unidos por valor de 3.700 millones de euros, su sexto mejor cliente en este producto. En el caso del aluminio, las ventas europeas al país norteamericano superan ligeramente el 3%, lo que en 2024 se tradujo en 2.600 millones de euros.
Bebidas alcohólicas
Aunque Trump llegó a amenazar con imponer un arancel del 200% a las bebidas alcohólicas europeas si Bruselas gravaba al whisky como represalia por sus tasas, por el momento estos productos, que en 2024 aportaron en conjunto casi 9.000 millones de euros a los Veintisiete, sufrirán el arancel general del 20%. Es un golpe al sector que impactará especialmente en Francia, Italia, Irlanda, Países Bajos y Suecia, para quienes Estados Unidos es el primer destino de sus productos alcohólicos, más del 20% de sus ventas y hasta un 38% en el caso irlandés, gran suministrador precisamente de whisky.
El impacto, en cualquier caso, será muy diverso, ya que se trata de productos muy diferenciados por países: los nórdicos centran sus exportaciones en destilados y licores, como el vodka, mientras los países mediterráneos apuestan por el vino y otros como Bélgica y Países Bajos se especializan en la cerveza. Un reflejo de cómo van a impactar los aranceles de Trump sobre el conjunto de la Unión Europea: un castigo generalizado que dañará a cada país donde más expuesto esté a la economía de Estados Unidos.