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Radiografía de EH Bildu

EH Bildu va a por todas el 21A y se juega por primera vez ganar las elecciones en el País Vasco

  • Los sondeos otorgan un empate técnico entre el hegemónico PNV y la izquierda abertzale
  • Pello Otxandiano es el joven candidato de EH Bildu, coalición con una historia compleja y convulsa

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Pello Otxandiano, candidato de EH Bildu a las elecciones vascas 2024
Pello Otxandiano, candidato de EH Bildu a las elecciones vascas 2024 EUROPA PRESS

Por primera vez en unas elecciones autonómicas EH Bildu sale a ganar en las urnas con la posibilidad real de hacerse con el triunfo, según apuntan las encuestas, y la tendencia demostrada en el último ciclo electoral con comicios municipales, forales y generales en los que la formación abertzale no ha hecho más que crecer en votos.

El pasado 28 de mayo, tras conocerse el resultado de las elecciones municipales, EH Bildu proclamó un "cambio de ciclo" en Euskadi tras superar, por primera vez, en número de concejalías a su principal rival, el PNV. Ahora, va a por todas en las elecciones autonómicas del 21 de abril, más que reñidas, según apuntan unos sondeos que hacen a la formación abertzale soñar con la que sería una victoria histórica. En esas elecciones locales consiguieron más de 366.000 votos (en el País Vasco y Navarra), por encima de cualquier otra convocatoria electoral desde su creación en el año 2011, tocando así su techo electoral.

El promedio de encuestas elaborado por DatosRTVE apunta a un escenario de empate en el que la campaña electoral recién iniciada puede ser determinante. Así, el PNV vencería en los comicios con 28 diputados, seguido de EH Bildu, con otros 28. En ese escenario más que ajustado, el tercero en discordia, el PSE-EE, decantaría la balanza y, salvo giro absoluto, la coalición PNV-PSE EE, que gobierna el País Vasco desde 2016, se reeditará, tal y como quieren ambas formaciones.

Recientemente el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, dijo que no tenían "prisa" por gobernar en Euskadi y sí por "recuperar ambición nacional" y para ello se presentan a esta cita en las urnas con un joven y primerizo candidato, Pello Otxandiano, director de Programa de la formación de 41 años, que apuesta por el "acuerdo con diferentes" y ve "irreversible" el cambio político en el País Vasco.

Cree que la alianza política del PNV con el PSOE no tiene "proyecto de país" y considera que ha llegado el momento "de ocupar responsabilidades de gobierno". Otxandiano no había ocupado ningún cargo en la izquierda abertzale cuando existía ETA.

"La independencia no llegará si no llegamos antes a los gobiernos", dijo hace días Otegi, que repite cada día, al igual que su candidato, que "EH Bildu ya es percibida como fuerza de gobierno".

EH Bildu optó por buscar una cara nueva para un discurso renovado, un representante de una nueva generación sin vínculos con un pasado que aún pesa en una parte de la población.

De momento, el PSOE veta a EH Bildu y se niega a facilitar que gobierne por primera vez, si gana en las urnas. La portavoz parlamentaria de la formación, Mertxe Aizpurua, dijo recientemente en Radio Nacional de España que los socialistas "ya deberían estar preparados" para facilitar un lehendakari de la izquierda abertzale. Pero los socialistas lo repiten sin cesar: no harán lehendakari al candidato de EH Bildu si gana.

EH Bildu ha manifestado en diferentes ocasiones de que es partidario que tras las elecciones gobierne la lista más votada.

La estrategia política de EH Bildu ha sido modular su mensaje poniendo el énfasis en un mayor autogobierno y menos en la independencia cuando todos los estudios sociológicos advierten de que no está entre las principales preocupaciones de la sociedad vasca (el nacionalismo ocupa el puesto 18 entre las preocupaciones de los vascos). La ampliación de su base social y su crecimiento sostenido electoral, junto con la renovación de liderazgos, son algunos de los factores del éxito de la formación abertzale en Euskadi que, además, ha ido en paralelo con el desgaste del PNV, que gobierna la región desde hace décadas.

Otro factor clave en el crecimiento de EH Bildu es la descomposición de Podemos, que llegó a ganar en Euskadi en las generales de 2015 y 2016, y que ahora se juega su supervivencia en las autonómicas. Un vez más, ese espacio se divide y compiten por un mismo electorado Elkarrekin Podemos y Sumar, lo que puede llevar al fracaso de los dos, tal y como pasó en las elecciones de Galicia, y que la formación abertzale, al modo del BNG, arrase con todo ese voto, muy centrado en los jóvenes.

Crecimiento sostenido en las urnas tras un nacimiento convulso

Bildu nació hace 13 años como coalición electoral integrada por Eusko Alkartasuna (escisión del PNV), Alternatiba (escisión de Izquierda Unida-Ezker Batua) e independientes de la izquierda abertzale en un arranque convulso en circunstancias muy diferentes al momento político actual.

Fue una coalición recurrida ante el Tribunal Supremo por considerarla entonces la Fiscalía una "sucesión de complejo ETA-Batasuna" y a la que el Alto Tribunal prohibió presentarse a las elecciones municipales de 2011. El Constitucional revocó esta decisión y EH Bildu finalmente estuvo en esos comicios locales, que ganó en número de concejales.

Cabe recordar que esas elecciones se celebraron el 22 de mayo de 2011 y poco después, en un histórico 20 de octubre, ETA anunciaba el cese de su actividad armada para iniciar un proceso de disolución total que finalizó siete años después. A partir de ahí, con algunos altibajos, ha mantenido su nivel de apoyo hasta lograr los 290.749 sufragios en las forales del pasado año, lo que augura un resultado histórico en unas autonómicas, que podría traducirse en una victoria en escaños. 

La primera experiencia en unas elecciones autonómicas de EH Bildu fue en 2012 y obtuvo 21 escaños. Eran estas las primeras elecciones sin la amenaza de ETA. En 2016 bajó hasta los 18 y en las últimas elecciones de 2020 volvió a los 21 representantes, en un escenario de estabilidad y fidelización de su electorado durante esa década.

De cara a las próximas elecciones no hay sondeo que no le augure un claro crecimiento, una competición directa con el partido hegemónico en Euskadi, el PNV, y un liderazgo absoluto del espacio de la izquierda en Euskadi, muy por delante de los socialistas a los que ya dobla en diputados y se espera que esa diferencia aumente el próximo 21A.

Bildu (reunir, en euskera) nació como un "vehículo para la paz", según sus promotores, tras el revés judicial del Supremo a Sortu, al considerarla continuación de Batasuna, a su vez ilegalizada en 2003 por su vinculación con la organización terrorista ETA como su "brazo político".

Desde 1980 hasta 2001, antes de ser ilegalizada, Herri Batasuna fue un actor político en el Parlamento vasco con entre 11 y 14 escaños.

Todos los candidatos de Bildu debieron firmar un compromiso de oposición "por todos los medios que legítimamente tengan a su alcance a cualquier violación de los derechos humanos y al uso de la violencia", tal y como se recogía al decálogo de principios de la coalición.

Hace tan solo tres años, en el décimo aniversario del fin de ETA, EH Bildu emitió un comunicado para mostrar su "pesar y dolor por el sufrimiento padecido" por las víctimas de ETA. "Queremos trasladarles nuestro pesar y dolor por el sufrimiento padecido. Sentimos su dolor y desde ese sentimiento sincero afirmamos que el mismo nunca debió haberse producido, a nadie puede satisfacer que todo aquello sucediera, ni que se hubiera prolongado tanto en el tiempo. Debíamos haber logrado llegar antes a Aiete", rezaba un comunicado que leyó Arnaldo Otegi, para añadir: "Desgraciadamente, el pasado no tiene remedio".

El paso fue un salto cualitativo para unos y un acto de cinismo para otros al no haber una condena explícita a la violencia de ETA.

Desde su inicio la formación abertzale ha lidiado con equilibrios internos y externos en sus condenas al terrorismo. De hecho, este debate se reavivó en las pasadas elecciones municipales, cuando la formación incluyó en sus listas a condenados de ETA por delitos de sangre, que finalmente renunciaron a ir en las mismas.

El posicionamiento respecto a ETA sigue siendo un asunto incómodo para EH Bildu, pero su efecto electoral está prácticamente descontado.

En relación a los polémicos 'ongi etorris', los recibimientos a los presos de ETA, Otegi se llegó a desvincular, aunque en 2021 EH Bildu se quedó sola en el Parlamento vasco al negarse a rechazarlos por no considerarlos homenajes sino de "recibimiento, celebración y expresión de alegría por la excarcelación de personas queridas".

Socio parlamentario del PSOE en el Congreso

EH Bildu entró al Congreso de los Diputados en el año 2016 con dos diputados (antes que ellos estuvo Amaiur con siete) y a partir de ahí, proceso tras proceso, ha ido sumando votos y escaños hasta los seis actuales con grupo parlamentario propio y por encima de los cinco escaños del PNV, al que por primera vez en las pasadas generales de 2023 superaba en la Cámara Baja. En el hemiciclo partidos como el PP o Vox siguen cargando contra EH Bildu casi en cada sesión por su pasado.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dio un paso en la negociación para su investidura cuando por primera vez se reunió personalmente con el partido y se fotografió con representantes de la formación de Arnaldo Otegi, algo impensable hace años.

Actualmente este partido es uno de los socios claves del Gobierno de coalición de PSOE y Sumar y su apuesta por la política real es clara. Y lo está rentabilizando en las urnas con una apuesta más por los temas sociales que por el debate territorial e identitario que, sin abandonar, no es tan prioritario en su discurso.

Esta campaña vasca es más que decisiva para la izquierda abertzale que, por primera vez, puede tocar el triunfo en las urnas en unas autonómicas y en los primeros compases de la misma es, con diferencia, el partido al que más dardos están lanzando el resto.