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El Banco de España revisará al alza el PIB hasta cerca del 2%, pero avisa de que la inflación seguirá alta

  • La retirada de medidas anticrisis restará casi 0,6 puntos porcentuales al crecimiento en 2024
  • El organismo espera que la inflación no energética se desacelere de 2023 a 2025

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El Banco de España revisará al alza el PIB hasta cerca del 2%, pero avisa de que la inflación seguirá alta

El Banco de España avanza una nueva revisión al alza de sus previsiones para el Producto Interior Bruto (PIB) en 2023 desde el 1,6% estimado en marzo hasta cerca del 2%, debido al mejor comportamiento de la economía en la primera parte del año pese al la incertidumbre global.

Con motivo de la publicación del Informe Anual 2022, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha señalado que la actividad económica en España se ha mostrado más resistente de lo inicialmente previsto, y en los meses transcurridos de 2023 parecen advertirse señales de un renovado dinamismo.

La probable nueva revisión al alza del PIB en 2023 hasta rondar el 2% se acercaría a las estimaciones mantenidas por el Gobierno en el Programa de Estabilidad 2023-2026 remitido a Bruselas hace unas semanas, donde se proyecta un crecimiento de la economía este año del 2,1%.

Despliegue de fondos europeos

Según el Banco de España, al incremento del ritmo de avance del PIB contribuirán, entre otros factores, la disminución prevista de las presiones inflacionistas -con la consiguiente recuperación de la confianza y de las rentas reales de los agentes-, la desaparición de las disrupciones en las cadenas productivas globales y el despliegue de los fondos vinculados al programa Next Generation EU (NGEU).

Las previsiones anticipan un cierre gradual de la brecha entre el PIB español y el del área del euro. Si se toma como referencia el momento previo al inicio de la pandemia, el nivel del PIB real de España se sitúa todavía un 0,2% por debajo del observado entonces, mientras que en el área del euro está 2,5% por encima.

Por ramas, "la agricultura y los servicios ya han recuperado la actividad previa, al contrario que la industria y la construcción".

En todo caso, el organismo advierte de que la incertidumbre es elevada y persistente, y existen riesgos de que se materialicen escenarios menos positivos. Destaca la posibilidad de que se produzcan nuevos episodios de inestabilidad geopolítica global, quizás acompañados por nuevas alzas de los precios de la energía.

Incertidumbre y política monetaria

También existe una considerable incertidumbre acerca del ritmo de descenso de la inflación no energética, que dependerá de aspectos como la fortaleza de la demanda, la emergencia de efectos de segunda vuelta significativos sobre la inflación vía márgenes o salarios, y el grado de tensionamiento necesario de la política monetaria, cuyo impacto sobre la vulnerabilidad financiera de hogares y de empresas, sobre sus decisiones de consumo e inversión, y sobre el conjunto de la demanda agregada es, asimismo, muy incierto.

Las posibles tensiones financieras que puedan derivarse del proceso -muy rápido, intenso y sincronizado a escala global- de endurecimiento de la política monetaria constituyen otra fuente de incertidumbre, especialmente después de las turbulencias financieras de marzo.

Además, en el ámbito interno, subsisten incertidumbres acerca de la posible contribución al consumo privado del ahorro acumulado por los hogares durante la pandemia, y en torno al ritmo de ejecución del programa NGEU y a su capacidad para incrementar el crecimiento potencial de la economía.

Baja la inflación no energética

Tras un periodo de intensas presiones inflacionistas y después de que la energía haya moderado su ascenso, el Banco de España espera que la inflación no energética se desacelere gradualmente en el horizonte temporal 2023-2025. Respecto a los precios de la alimentación, todo indica que el pico está "cerca", pero evaluarán el posible impacto en los precios de la sequía que actualmente atraviesa el país.

Aun así, las previsiones de moderación se sustentan en la desaparición de las distorsiones en las cadenas globales de suministro, en el impacto gradual del endurecimiento de la política monetaria sobre la demanda, en la progresiva traslación de las reducciones de los costes energéticos a los precios del resto de los bienes y servicios, y en los efectos de la apreciación del euro desde el pasado otoño.

Esta moderación a partir de ahora no ha evitado que la disminución del poder adquisitivo de las rentas de los hogares y la subida delos tipos de interés hayan limitado el avance del consumo privado. Además, estiman que casi el 45% del ahorro extraordinario acumulado durante la pandemia se mantiene en depósitos bancarios, pero ven probable que estos recursos no proporcionen un impulso significativo al consumo.

"Una proporción muy elevada de productos siguen mostrando tasas de inflación muy altas". Así, un 45% de las 129 subclases del índice armonizado de precios de consumo (IAPC), sin energía ni alimentos frescos, "presentan tasas superiores al 4%".

Retirar las medidas impactará en el PIB

El impacto de las medidas de apoyo frente al repunte de la inflación se concentra en los años 2022 y 2023 (con un coste del 1,4% y 0,9% del PIB, respectivamente). Para el conjunto del período 2021-2025, el impacto presupuestario estimado se sitúa en un rango comprendido entre el 2,5% y el 2,9% del PIB.

Si se analiza la contribución de dichas actuaciones al crecimiento del PIB, el impacto habría sido de 0,2 puntos porcentuales, 1,1 puntos y 0,1 puntos en 2021, 2022 y 2023, respectivamente. De acuerdo con la información ahora disponible, la mayoría de las medidas serán retiradas en 2023 y 2024, lo que originará una contribución negativa de casi 0,6 puntos porcentuales en 2024.

Respecto a la inflación, las diferentes actuaciones públicas desplegadas habrían supuesto una reducción de la tasa de crecimiento del IAPC de 0,8 puntos porcentuales y 2,3 puntos en 2021 y 2022, respectivamente.

No obstante, como cabía esperar dada su naturaleza transitoria, su progresiva retirada en 2023 y 2024 haría que la tasa de variación de los precios de consumo se viera incrementada en 0,3 puntos y en 1,6 puntos, respectivamente, en dichos ejercicios.

"Repartir pérdidas"

Preguntado por el acuerdo de los agentes sociales para subir salarios un 4% este año y un 3% los dos siguientes, el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, ha dicho que parece ir en la dirección defendida por la entidad "de repartir pérdidas" para reducir el riesgo de efectos de segunda ronda que alimenten la inflación.

Sobre el mercado inmobiliario, el Banco de España considera que las limitaciones a la subida del precio del alquiler que incluye la nueva Ley de Vivienda pueden generar “efectos adversos” sobre la oferta y elevar su precio en lugar de bajarlo.

Con respecto a las pensiones, el gobernador Pablo Hernández de Cos afirma que, de acuerdo con las estimaciones de la institución y de otras entidades, "será necesario" adoptar nuevas medidas para reforzar la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones a partir de 2025 en el marco del llamado Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI).

Ello se debe, explica el gobernador, a que como resultado de las reformas de pensiones adoptadas desde 2021, el sistema "deberá afrontar mayores obligaciones de gasto en el largo plazo, que no han sido plenamente compensadas por el lado de los ingresos".