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El Banco de España advierte del aumento de las dificultades para rentas medias y bajas por la inflación y la subida de tipos

  • En su último informe señala que las familias altamente endeudadas ya superan el 14% y llegan al 35% de hogares vulnerables
  • Aunque no prevé que pueda haber recesión económica, sí reconoce que hay más probabilidades de que suceda

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El Banco de España advierte del aumento de las dificultades para los hogares con rentas medias y bajas
Fachada del Banco de España en Madrid.

La inflación y la subida de los tipos de interés suponen un mayor deterioro de la situación económica de las familias españolas. Aquellas que se consideran altamente endeudas, es decir, las que destinan más del 40% de sus ingresos al pago de deudas, supera ya el 14% y alcanza el 35% en los hogares de menor renta.

Según los datos del Informe de Estabilidad Financiera del Banco de España publicado este viernes, la inflación media acumulada durante 2021 y 2022 ha elevado, en promedio, el gasto de los hogares endeudados en consumo en un importe equivalente a casi un 4% de su renta, a lo que hay que sumar el efecto del alza de los tipos de interés.

Por ello, ha avisado de que la elevada inflación está aumentando la presión financiera soportada por los hogares, especialmente los de menor renta, y por las empresas, sobre todo las más endeudadas.

"La evidencia disponible apunta a que los hogares que cuentan con un colchón de liquidez más holgado estarían absorbiendo el impacto de la inflación mediante un menor ahorro, sin modificar su gasto en otras partidas", señala el informe.

"Por el contrario, los hogares que cuentan con una liquidez más escasa (mayoritariamente, los de rentas bajas) estarían compensando el aumento de los precios mediante la disminución de su gasto en bienes no energéticos", ha apuntado el organismo.

El euríbor a 12 meses, el indicador más común de las hipotecas a tipo variable en España, ya ha subido cerca de 325 puntos básicos en lo que va de 2022, lo que elevará más de 4 puntos porcentuales la proporción de familias altamente endeudadas, que pasan de más de 350.000 hogares hasta superar el millón y medio.

El Banco de España advierte que, en definitiva, "todos estos efectos tenderían a ser más intensos para los segmentos de menor renta", hasta el punto de que el porcentaje de estos hogares en una situación de alto endeudamiento pasaría del 30% al 35%.

Menor morosidad y riesgo de impago

Hasta el momento, la banca española sortea el temporal: la tasa de morosidad ha seguido reduciéndose y también el riesgo de impago, que ha caído un 9,5% en un año hasta un volumen de 84.700 millones de euros, el 7,2% del total de la cartera crediticia, por encima de los niveles previos a la pandemia.

De esos 84.700 millones, unos 56.000 millones eran préstamos a empresas y unos 28.000 millones créditos concedidos a familias.

A finales de junio, las entidades españolas tenían ese montante en "vigilancia especial", lo que quiere decir que muestran una mayor probabilidad de convertirse en morosos que el resto de créditos que están al corriente de pago.

En el caso de los créditos concedidos durante la pandemia con aval del ICO, la morosidad pasó del 3,5% de finales de 2021 al 4,8% a cierre del primer semestre de este año, mientras que el porcentaje en vigilancia especial pasó del 20,2% al 22,8 % en el mismo período.

Este riesgo de impago, en el caso de materializarse, no solo afectará a los bancos sino al propio Estado por el respaldo de cada operación, lo que provocará un aumento tanto de la deuda como del déficit público al asumir esas pérdidas.

Aunque la traslación de las subidas de tipos al coste medio de la deuda ha sido "modesta", el organismo espera que se intensifique en los próximos trimestres, afectando en mayor medida a la capacidad de repago de las deudas de las familias.

No prevé recesión, pero sí ve más probabilidades de que suceda

El organismo mantiene su escenario central de crecimiento económico, pero ha advertido de que ha aumentado la posibilidad de que se registre una corrección de la actividad económica, en un contexto de elevada inflación persistente y la prolongación de la guerra en Ucrania.

También señala que hay otros elementos que han contribuido al debilitamiento de la actividad en el tercer trimestre del año. Entre ellos, el endurecimiento de las condiciones financieras, el mantenimiento de determinadas distorsiones o cuellos de botella por el lado de la oferta, la reducción de la confianza de los agentes y la existencia de un elevado grado de incertidumbre.