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Maciej Stuhr, el famoso actor polaco que acoge refugiados en su casa

  • Acoge en su hogar de Varsovia a inmigrantes sirios, afganos, chechenos y ahora, a ucranianos que huyen de la guerra
  • ”Podemos vivir juntos y conocernos mejor, aunque vengamos de países distintos”, afirma este actor y activista polaco

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Por
Maciej Stuht
Maciej Stuht es un actor muy popular en Polonia, con más de setenta películas y series en su portfolio.

La guerra de Ucrania ha forzado un cambio de rumbo en la política migratoria del gobierno de Polonia. El presidente derechista Andrzej Duda ha pasado de blindar la frontera con Bielorrusia para evitar la entrada de miles de refugiados de Asia (afganos, sirios e iraquíes, fundamentalmente) a abrirla con Ucrania de par en par para los huidos de la guerra.

Maciej Stuhr es un actor muy popular en Polonia, con más de 70 películas y series en su porfolio. Menos conocida es su faceta activista, en apoyo a los inmigrantes y refugiados que intentan llegar a Polonia. El año pasado se movilizó, con varios compañeros, para ayudar a las familias atrapadas en la frontera polaco-bielorrusa. Miles de personas bloqueadas en un frondoso bosque, en pleno invierno, que no podían volver sobre sus pasos en Bielorrusia ni cruzar a Polonia, donde Andrzej Duda había desplegado el ejército.

Decidimos ayudarles de la manera que fuera, para que pudieran sobrevivir

“Decidimos ayudarles de la manera que fuera, para que pudieran sobrevivir”, cuenta Maciej Stuhr en su casa en el centro de Varsovia. “Desde un vaso de agua o sopa caliente, hasta un lugar donde pasar la noche. Pero fue muy complicado porque el gobierno polaco estaba totalmente en contra, incluso de que les ofreciéramos nuestra ayuda”.

Un inmigrante bielorruso muestra un cartel pidiendo asilo en Polonia.

Miles de familias, atrapadas en la frontera entre Polonia y Bielorrusia el año pasado. EN PORTADA

¿Por qué ha cambiado el gobierno polaco su política migratoria?

“Ahora el gobierno ha cambiado su mensaje contra la inmigración porque tenemos que ayudar a los refugiados ucranianos. Eso no quiere decir que el gobierno deje de amedrentarnos con el problema de la inmigración. Sin embargo, al mismo tiempo, millones de trabajadores ucranianos han venido a Polonia, pero por la sencilla razón de que los necesitamos, para la construcción, para las autovías, para limpiar nuestras casas, y lamento decir esto”.

La crisis migratoria del año pasado puso a Polonia en la diana de la Unión Europea por movilizar al ejército para evitar la entrada de inmigrantes. Muchos murieron por falta de ayuda en una foresta de 150.000 hectáreas, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

En ese momento hubo una fuerte polémica en Polonia sobre qué hacer con esta gente

“En ese momento hubo una fuerte polémica en Polonia sobre qué hacer con esta gente, qué necesitan, qué hay que hacer con los refugiados, cuál debe ser la respuesta de la sociedad polaca, qué hay que hacer y si debemos preocuparnos por proteger nuestra frontera en lugar de proteger a la gente que está atrapada en ella. Y mi teoría es que esa es la razón por la cual la sociedad polaca ahora está más receptiva a la crisis humanitaria de Ucrania. La sociedad polaca ahora mismo está muy unida por primera vez en los últimos diez años. Todo el mundo coincide en que la ayuda a los refugiados es necesaria. Muchas familias han abierto las puertas de sus casas y les invitan a entrar”.

Una de esos hogares es el de Maciej. El actor recibe al equipo de En Portada en el salón de su casa, con vistas a un sencillo jardín, en un barrio residencial de Varsovia. Hace cinco años, su mujer y él acogieron a una familia chechena. Estuvieron conviviendo diez meses.

Si escapas de una guerra, ¿a quién le importa cuál es tu religión o color de la piel?

Ahora, el espacio libre lo ocupa una familia de refugiados de Ucrania. “Podemos vivir juntos y conocernos mejor, aunque vengamos de países distintos, hablemos lenguas diferentes y tengamos distintas religiones o formas de ver la vida. Yo creo que no tiene ninguna importancia el lugar de procedencia de la gente. ¡Qué más da cuál sea su pasado, su religión o sus creencias! Si escapas de una guerra, ¿a quién le importa cuál es tu religión, nacionalidad o color de la piel?”.

Miles de familias ucranianas, en la mayoría de los casos mujeres con sus hijos y madres, han llegado a Polonia en las últimas semanas, tras cruzar la frontera. A la peor crisis humanitaria de la Unión Europea en toda su historia ha respondido la población de Varsovia con las puertas abiertas.

Miles de polacos acogen a los refugiados en sus casas. Les van a recoger a la estación de tren del este, a las paradas de autobuses y a la frontera si es necesario. Maciej tiene una explicación a este fenómeno solidario que admira al mundo. “Esta es mi teoría: el gobierno polaco aprueba la ayuda a los refugiados y entonces resurge nuestra buena voluntad y les mostramos nuestro gran corazón porque nosotros también los necesitábamos. Teníamos la necesidad de ayudar para sentirnos mejor. Es importante que procedan de un país vecino, hablen una lengua similar, tengamos una historia común, en fin, que nos conocemos desde siempre. Esa es la clave. A los ucranianos los conocemos muy bien. Tenemos a miles de ellos inmigrantes trabajando con nosotros aquí en Polonia. Les conocemos lo suficiente como para saber que no nos van a decepcionar”.

En esta casa acogemos a cinco o seis familias de Chechenia, Siria, Ucrania, Afganistán, y todas son iguales

Cuando en un hogar acogen a los desheredados de los últimos y más graves conflictos mundiales, solo cabe estar atento a la reflexión de Maciej, que habla desde su inédita experiencia. “En esta casa acogemos a cinco o seis familias de Chechenia, Siria, Ucrania, Afganistán, y todas son iguales. Los chicos son todos iguales, sus madres son iguales, sus preocupaciones son las mismas. A veces cocinan de diferente forma. Los aromas de gastronomía chechena son distintos de los de la ucraniana. Esa es una de las pocas diferencias”.