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Israel

Human Rights Watch califica de "apartheid" la política de Israel contra los palestinos

  • La ONG denuncia "políticas abusivas" que constituyen "crímenes de lesa humanidad"
  • Pide a la Corte Penal Internacional que actúe y más firmeza de la comunidad internacional

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La política israelí hacia los palestinos es acusada de 'apartheid' por Human Rights Watch

La ONG de derechos humanos Human Rights Watch (HRW), con sede en Nueva York, ha calificado como "apartheid" la política de Israel hacia los palestinos, tanto dentro de las fronteras israelíes como en los territorios ocupados.

"Para mantener la dominación, las autoridades israelíes discriminan sistemáticamente a los palestinos" e incurren en "políticas abusivas" que constituyen "crímenes de lesa humanidad de apartheid y persecución", asegura la ONG en un informe titulado "Se ha traspasado el umbral".

No es la primera vez que una ONG utiliza este término para calificar la política de Tel Aviv hacia los palestinos. En enero de este año, la organización israelí B'Tselem fue la primera en usar este término dentro del país.

El Ministerio de Asuntos Exteriores israelí ha rechazado las acusaciones y ha acusado a HRW de tener "una agenda anti-israelí" y de promover boicots contra el país.

Plan para controlar la "amenaza demográfica" de los palestinos

El informe recoge en 213 páginas en años de documentación con estudio de casos, informes de planificación gubernamental o declaraciones oficiales.

Los autores concluyen que Israel "privilegia metodológicamente a los judíos israelíes mientras reprime" a los palestinos, "más severamente en territorio ocupado". Así, en Cisjordania, los ocupantes israelíes han impuesto, según la ONG, "un gobierno militar draconiano sobre los palestinos", mientras se permite que los colonos israelíes vivan "de manera segregada" en el territorio, con "plenos derechos según la ley civil israelí".

Esto, sumado a las "restricciones radicales a la circulación" sobre Gaza y "la confiscación de más de un tercio de tierra en Cisjordania", lleva a HRW a comparar la situación con un modelo de "opresión sistemático" propio del apartheid. Este es un término tomado del sistema de segregación racista implantado en Sudáfrica entre 1948 y 1992, y definido y codificado en 1998 por la Corte Penal Internacional.

Las autoridades israelíes han tratado de "maximizar la tierra disponible para las comunidades judías y concentrar a la mayoría de los palestinos en densos centros de población" explica, para controlar lo que consideran una "amenaza" demográfica por el crecimiento de la población palestina en ciudades como Jerusalén. En este caso, HRW denuncia que el Ayuntamiento dispone incluso de un plan que especifica las proporciones demográficas deseadas.

Jerusalén vive los altercados más graves de los últimos años entre la policía y la juventud palestina

A ello se suman "las duras condiciones en partes de Cisjordania que llevaron al traslado forzoso de miles de palestinos fuera de sus hogares", así como "la negación de derechos de residencia a cientos de miles de palestinos y sus familiares", "la suspensión de derechos civiles básicos a millones" de personas o "la demolición de miles de viviendas con el pretexto de falta de permisos".

HRW insta a la Corte Internacional a investigar

La ONG insta a Israel a "desmantelar todas las formas de represión y discriminación en asuntos como la libertad de movimiento, la asignación de tierras y recursos, el acceso al agua, la electricidad o la concesión de permisos de construcción.

También pide a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI), que investigue y enjuicie a los implicados. La CPI ya tiene abierta una investigación sobre Israel por presuntos crímenes de guerra, pero este país es uno de los que no reconoce la jurisdicción del tribunal.

HRW invita también a la comunidad internacional a tomar una postura más firme contra Israel. Entre otras medidas, pide que impongan "sanciones individuales, incluidas prohibiciones de viajes y congelación de activos, a los funcionarios responsables".

El presidente palestino, Mahmud Abbas, ha dado la bienvenida al informe, mientras el primer ministro, Mohamed Shtayeh, ha declarado que demuestra "la urgente necesidad de que la comunidad internacional asuma sus responsabilidades".