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Elecciones Madrid 4M

Barrios residenciales y ciudades dormitorio: los feudos 'naranjas' en Madrid que pueden dejar de serlo

  • Son zonas que tradicionalmente han votado al PP y que tienen un nivel de renta por encima de la media de la ciudad
  • En los anteriores comicios, Ciudadanos consiguió acaparar porcentajes de voto por encima del 30 %

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Una mujer pasea en el barrio de Sanchinarro, en el norte de Madrid
Una mujer pasea en el barrio de Sanchinarro, en el norte de Madrid

Ciudadanos consiguió dibujar en las elecciones autonómicas de 2019 una suerte de cinturón ‘naranja’ en el área metropolitana de la Comunidad de Madrid, concretamente al norte, este y suroeste de la capital, coincidiendo con los desarrollos urbanísticos más recientes, y acaparar la mayoría del voto en otros pueblos y ciudades dormitorio de la región, bastiones tradicionalmente ‘populares’ con un nivel de renta por encima de la media de la ciudad. Entonces, en pleno auge tras los buenos resultados en Cataluña y las elecciones generales, más de 625.000 madrileños se decantaron por la formación ‘naranja’, el 19,42 % de quienes acudieron a las urnas.

Dos años después, sin embargo, la realidad es muy distinta. Si entonces tenían como objetivo dar el ‘sorpasso’ al PP, ahora los de Arrimadas luchan por conseguir el 5 % de los votos necesarios para entrar en la Asamblea madrileña, mientras Isabel Díaz Ayuso continúa recuperando el terreno perdido, según las encuestas. El último barómetro preelectoral de las autonómicas del 4M elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sitúa al Partido Popular (PP) como la fuerza más representada con 59 escaños y un 39,2 % de las papeletas, a diez de la mayoría absoluta (69), mientras que Ciudadanos ni siquiera lograría representación al quedarse en una estimación de voto del 4,4 %.

“En las anteriores voté a Ciudadanos, pero en esta ocasión me decantaré por el PP por el tema del voto útil”, nos cuenta Laura, una vecina del área residencial de Valdebebas, justo donde se encuentra el hospital Isabel Zendal, con el fin de evitar que su voto finalmente quede “en papel mojado” porque la formación ‘naranja’ no consiga finalmente entrar en la Asamblea de Madrid. “Edmundo Bal es el que más me gusta”, asegura Manuel, otro residente en la zona. Este técnico informático votó al PSOE en el pasado y en esta ocasión se decantará por la papeleta ‘naranja’ porque no quiere “ver a Pablo Iglesias otra vez en el Gobierno”.

Su barrio forma parte del conocido como ‘kilómetro cero’ de Ciudadanos, la sección censal que más apoyo dio al partido que entonces lideraba Ignacio Aguado en las elecciones autonómicas. Obtuvo el 46,99 % de los votos. Muy cerca se sitúa Sanchinarro, otro bastión ‘naranja’: en 2019, la formación obtuvo en esta zona porcentajes por encima del 35 % de los votos. Estas dos zonas residenciales forman parte del barrio de Valdefuentes, en el distrito de Hortaleza, una de las áreas metropolitanas que más ha crecido en los últimos años -pasando de 13.444 personas en 2013 a 54.687 en 2018-, con una media de edad de 33,64 años y una de las mayores rentas per cápita de la ciudad -más de 57.010 euros anuales-.

En palabras de Eduardo, repartidor de unos grandes almacenes situados en la zona cuyo nombre prefiere mantener en el anonimato, “es un barrio de nivel, lo mejor de la zona”. Él, soltero y con un sueldo “modesto”, asegura que aquí no podría acceder a una vivienda. “Me conformo con mi pisito de Canillas”, dice, una zona “más humilde” también en el distrito de Hortaleza. A pesar de la cercanía, a Valdebebas solo viene a traer las compras a los vecinos de la zona, que fundamentalmente son jóvenes, con hijos pequeños y “oficinistas”. “Vamos, que no ves gente como yo”, reconoce, señalando su uniforme de trabajo. ¿Y tú a quién vas a votar el próximo 4M?, le preguntamos. "Socialista siempre", afirma, en línea con los resultados de los comicios de 2019 en esta zona, donde el PSOE se impuso con rotundidad.

Barrios residenciales: feudos ‘naranjas’ cuya hegemonía está ahora en el aire

Lo mismo ocurre en otras zonas residenciales del norte de la capital como en Las Tablas, Mirasierra o Fuentelarreina, todas pertenecientes al distrito de Fuencarral-El Pardo, donde la de Ciudadanos fue la papeleta más repetida en los anteriores comicios. Todos ellos son desarrollos urbanísticos relativamente recientes y, como en el caso de Valdebebas o Sanchinarro, apenas hay vida social en sus calles, salvando la ingente cantidad de restaurantes que sirven menús a las empresas que tienen en los alrededores su sede.

En uno de ellos nos recibe Ricardo Pérez, uno de los socios del Restaurante Santamago. Tiene claro que el próximo 4 de mayo votará a Ayuso, no al PP, ya que “existe una gran diferencia”, y que lo hará “por una cuestión de superviviencia”. Nos confiesa, de hecho, que fue fundador de un partido de izquierdas hace 35 años, por lo que sus ideales “no tienen nada que ver con ella”, pero gracias a sus medidas ha conseguido no solo que su local se mantenga vivo, sino que diez familias también lo hagan. “Le puedo garantizar, sin ninguna duda, que nosotros en otra comunidad autónoma nos hubiéramos retirado”, explica.

Justo en la terraza del Santamago hablamos con Carlos, un enfermero de 29 años y vecino de Las Tablas desde hace casi tres años. Aunque aquí es difícil encontrar a alguien que reconozca que va a votar una opción de izquierdas, él es una de las excepciones. Dice que el próximo 4 de mayo depositará la papeleta de Más Madrid porque se siente identificado con su candidata, Mónica García. Cree que tanto los partidos del Gobierno central como regional “no se han tomado en serio la Sanidad” y solo se han acercado a los hospitales “a hacer campaña”. No comparte esta opinión su amigo Jesús, que trabaja en una entidad bancaria. “Ayuso ha levantado un hospital para pandemias y, al mismo tiempo, ha permitido que los negocios no se mueran”, le responde, por lo que “seguro” tendrá su voto en las elecciones, pese a haber votado ‘naranja’ anteriormente.

Tanto el distrito de Fuencarral-El Pardo como el de Hortaleza se sitúan al norte de la capital y son de los barrios más poblados de la capital: 249.973 y 193.264 personas, respectivamente, según los datos del INE de 2020, siendo de los pocos distritos que han visto crecer su población en el último año. Allí viven principalmente jóvenes, pues la media de edad ronda los 42 años, con un nivel de renta medio-alto. En cada hogar entran al año de media unos 50.379 euros en Fuencarral y 49.695 en Hortaleza, según los últimos datos del Ayuntamiento de Madrid referidos a 2017, siendo la sexta y séptima renta más alta de todos los distritos.

Pero esta situación no solo se limita al norte de la capital y a los barrios de mayor poder adquisitivo. En otras nuevas áreas residenciales del oeste y sur de la capital, Ciudadanos también cosechó la mayoría de votos. Es el caso de El Cañaveral, en el distrito de Vicálvaro, uno de los últimos Programas de Actuación Urbanística (PAU) aprobados en la capital. En la práctica, la zona está aún a medio hacer: hay dos tiendas de chinos, una farmacia, una escuela infantil y multitud de grúas construyendo nuevos bloques de edificios.

Allí vive Roberto, un administrativo de 32 años que se define como una persona “humilde”, cuya familia ha votado siempre a izquierdas porque “se ha criado en Vallecas”, aunque él tiñó de naranja su voto cuando se mudó a este barrio de la periferia madrileña, hace algo más de dos años. Reconoce que el próximo 4M seguirá haciéndolo porque “es el único partido que se ha preocupado” por ellos. A pocos metros otra vecina, Elena, exhibe orgullosa una pulsera con los colores de la bandera de España. A pesar de que no nos quiere contar cuál será el sentido de su voto, sí reconoce que “tiene claro” a quién no votará: “Al que nos quiere arruinar a todos, uno con coleta”.

Roberto, Elena, Laura o Jesús ejemplifican a la perfección lo que el periodista Jorge Dioni López identifica como ‘pauer’, personas que a partir del boom inmobiliario se fueron a vivir al extrarradio de las grandes ciudades: “Parejas profesionales, españolas, de entre 40 y 50 años, con hijos alrededor de los 10 y en los que efectivamente Ciudadanos encajaba muy bien”. ¿Pueden en sí mismos tener una clase social?, nos preguntamos. “Sí, hay un estilo de vida. Son personas que se han ido a sitios donde no había nada y, a raíz de ese ‘sálvese quien pueda’, en ellos ahora priman las decisiones individuales”. Por eso, nos dice, “se ajustan tan bien” a Ciudadanos: “Es una gente cuyo inicio político fue primero la corrupción del PSOE y luego la del PP. La llegada de un partido nuevo, de centro-derecha en lo económico y un poco progresista en lo social, encajó a la perfección”, explica el periodista.

Paracuellos de Jarama: fin a tres décadas de gobierno ‘popular’

En algunos pueblos y ciudades dormitorio de la comunidad los números para la formación ‘naranja’ fueron incluso mejores. En Paracuellos de Jarama, el partido de Inés Arrimadas fue el más votado, con el 31,9 %, casi el doble que el de Díaz Ayuso; mientras que en otros feudos tradicionalmente ‘populares’ como Boadilla del Monte, Majadahonda o Las Rozas, Ciudadanos consiguió imponerse como segunda fuerza con porcentajes de voto superiores al 25 %. Precisamente en Boadilla, la derecha sumó un 72 % de los votos en 2019.

Todos ellos comparten varias características. Al igual que en las zonas residenciales de la capital, son localidades con una renta superior a la media regional. En el caso de Paracuellos se sitúa de media en 49.546 euros al año por hogar, mientras que en las ciudades del este de la Comunidad superan con creces los 50.000 euros. Son también históricos bastiones conservadores: quitando el ‘sorpaso naranja’ en Paracuellos de hace un par de años, el PP lleva tres décadas imponiéndose en estas localidades en los comicios autonómicos.

Sin embargo, el paisaje ‘naranja’ podría teñirse de azul en estas elecciones. “Voté a Ciudadanos en 2019 por primera y última vez”, asegura Guillermo, un vecino de Paracuellos que dice sentirse “traicionado” por la gestión de la formación en “los últimos meses”, en referencia al terremoto político desatado en Murcia tras la moción de censura fallida al ‘popular’ Fernando López Miras: “No puedo consentir que pacten con el PSOE, con Podemos, con los eterras y con toda esa gente”. En la misma situación se encuentra Eva. Dice que siempre ha votado al PP, pero “se enfadó mucho con todo el tema de la corrupción” y se decantó por Ciudadanos. Ahora reconoce que su papeleta irá a Gabilondo (PSOE) porque “se ha cansado de los insultos y del enfrentamiento”. “Me parece el más centrado”, añade.

De los 25.917 habitantes de Paracuellos a enero de 2020, 4.977 son nacidos en el extranjero -el 19,2% del total de la población-, un porcentaje elevado teniendo en cuenta que la media en los municipios de Madrid es del 15,6 %. Daniel y su hermano son mexicanos y regentan un restaurante en el centro de la localidad. Nos cuenta que su voto el próximo 4 de mayo irá a Ayuso, porque ha permitido que el local esté abierto cuando en otros muchos lugares no era posible”. Una decisión que comparte Javier, camarero en el Restaurante Hermanos Romero, que pasará de Vox al PP porque, “a pesar de no haber recibido ayudas”, Ayuso ha sido “la única” que les ha dejado trabajar.

La batalla por el botín ‘naranja’

Los expertos consultados por RTVE.es aseguran que en estas áreas residenciales del norte y oeste de la capital y en los municipios con mayor renta por hogar está a punto de librarse la gran batalla electoral de Madrid: la lucha de PP y PSOE por acaparar el voto del electorado descontento con Ciudadanos. Pero, ¿cómo se explica esta conducta tan generalizada?

"La ordenación del espacio en el que vives preconfigura tu comportamiento, también el electoral", señala el politólogo de la Universidad Carlos III de Madrid Daniel V. Guisado. A su juicio, "no es lo mismo desplazarse a diario en coche sin cruzarte con nadie que coger el transporte público; ni comprar en el mercado del barrio que en unos grandes almacenes; ni, por supuesto, vivir rodeado de personas de diferentes estratos sociales que de gente similar a ti". Todos estos factores, explica, condicionan nuestra manera de relacionarnos en sociedad y terminan condicionando también el sentido de nuestro voto.

Los vecinos de estas zonas, especialmente los PAU, vieron en Ciudadanos una "identificación social aspiracional" junto a "un voto protesta" contra los partidos tradicionales. Sin embargo, señala Guisado, al tiempo "se generó la imagen de que Ciudadanos era un partido más, que la formación en la que habían confiado no estaba dando alternativa", lo que se tradujo a su vez en un cambio en su orientación del voto, tal como se puso de manifiesto en la repetición electoral de 2019 donde Ciudadanos pasó de 57 a 10 escaños.

De hecho, el último barómetro del CIS señala que la formación ‘naranja’ es la que tiene más papeletas de sufrir una fuga importante de votantes hacia otras formaciones. Mientras que el PP tiene un altísimo índice de fidelidad (86 %) y no tiene transferencia de voto destacable, lo que se traduce en que la mayoría de su electorado no se plantea votar a otros partidos, en el caso del partido que preside Inés Arrimadas sólo uno de cada 10 votantes repetiría su decisión. "Es la imagen de un colapso”, señala en La Hora de la 1 de TVE el politólogo Lluis Orriols. Según el sondeo, la mayoría de estos votos acabarían en el Partido Popular (48 %) y tan solo un 5 % irían a parar al PSOE. “Lo más característico es una gran bolsa de indecisos que aún no saben a quién destinarán su voto”, explica, un porcentaje que asciende al 30 % de los votos.

En la misma línea se sitúa Guisado, quien cree que ese caldo de votantes que se decantaron en Madrid por la papeleta 'naranja' "están actualmente debatiendo si quedarse en casa y no votar o ir y hacerlo por Ayuso, que no por el PP". Lo cierto es que, en las pasadas elecciones, los madrileños que apoyaron a Ciudadanos eran los más indecisos y los menos movilizados. En el análisis postelectoral de las autonómicas del CIS, sólo el 66,3 % de los que se decantaron por la lista de Ciudadanos tenía decidido su voto, mientras que para el resto de partidos ese dato se situó por encima del 70 % -llegando incluso al 84 % en el caso del PSOE y Vox-.

En la movilización de este electorado está la clave, según López. “Los denominados 'pauer' son personas que quieren que se forme gobierno, que no están tan ideologizadas como para ponerlas a prueba con varias elecciones”, explica. Por tanto, su “gran duda” es si se van a movilizar o no, “si se van a sentir atraídos por esta turbopolitica que hay en Madrid tan exaltada”. “Eso sí, si van a votar, tengo claro que será a la derecha porque encajan más en el estilo de vida de solución individual, colegio concertado, plan de pensiones o interesado en las rebajas fiscales”, sentencia.

Todo en un momento en el que las encuestas apuntan a que Ciudadanos podría incluso quedarse sin representación en la Asamblea madrileña, lo que daría lugar a un ‘botín’ de 26 diputados que podría ser decisivo para la configuración de mayorías parlamentarias después del 4 de mayo.