Enlaces accesibilidad

Ascienden a 154 los muertos por las explosiones en Beirut, que dejan a 80.000 niños sin hogar

  • Aumentan en la capital libanesa las protestas violentas contra el Gobierno, al que responsabilizan de las explosiones
  • Siguen los trabajos de rescate en busca de supervivientes cuando se van a cumplir 72 horas del siniestro

Por
La explosión en Beirut reaviva las protestas contra el Gobierno libanés

Alrededor de 80.000 niños se han visto desplazados de sus viviendas a causa de las explosiones registradas el martes en el puerto de Beirut que ha dejado, hasta el momento, 154 muertos y más de 5.000 heridos de los que 120 se encuentran en estado crítico, según ha informado este viernes el Ministerio de Salud del Líbano.

Fuentes de la gobernación de Beirut estimaban hace dos días en un centenar los desaparecidos, en más de 200.000 las personas que han perdido su hogar y unas pérdidas económicas entre los 3.000 y los 5.000 millones de dólares.

Las autoridades siguen con los trabajos de rescate en las zonas más afectadas por la explosión, en los alrededores del puerto, en busca de supervivientes cuando se van a cumplir 72 horas del siniestro.

Cinco continentes - Beirut: la situación de la infancia - Escuchar ahora

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) insiste en las nefastas consecuencias de la explosión para 80.000 niños que ya sufrían la grave crisis económica y que viven inmersos en una pandemia por coronavirus con el número de contagios en aumento.

Este organismo de la ONU ha apuntado a la existencia de informaciones que apuntan a que hay niños separados de sus familiares tras la catástrofe, mientras que algunos figuran aún entre el cerca de cien desaparecidos que han dejado las explosiones.

UNICEF ha agregado que al menos doce centros sanitarios han sufrido daños, lo que afecta a cerca de 12.000 personas, mientras que entre las instalaciones afectadas figura un hospital infantil en el área de Karatina en cuyo interior murió un recién nacido.

Protestas contra el Gobierno

La noche de este jueves se registraron incidentes en los alrededores del Parlamento, donde un pequeño grupo de personas trató de superar las vallas que impiden el acceso al Legislativo. Hubo enfrentamientos con la Policía, sin que se haya informado de heridos o arrestados.

El Gobierno atribuye la explosión que la tarde del martes golpeó a la capital libanesa a la deflagración de una carga de cerca de 3.000 toneladas de nitrato de amonio que se encontraba almacenada en el puerto desde hacía seis años.

Violentas protestas en Beirut contra el Gobierno al que responsabilizan de la explosión

Beirut está bajo estado de emergencia de 15 días desde el miércoles y las Fuerzas Armadas están a cargo de velar por la seguridad en la zona, donde los vecinos siguen tratando de limpiar las calles y rescatar lo que se pudo salvar de la tragedia.

Las causas de las explosiones aún están por confirmar, si bien la principal hipótesis es que 2.750 toneladas de nitrato de amonio que se acumulaban desde hacía seis años en uno de los almacenes del puerto de Beirut ardieron por las precarias condiciones de seguridad en el lugar.

Las autoridades han liberado una partida presupuestaria de 100.000 millones de libras libanesas (unos 56 millones de euros) y han creado una comisión de investigación que en cinco días, a contar desde el martes, debe aportar sus conclusiones sobre las causas de lo ocurrido.

Extrema fragilidad

En esta línea se ha expresado el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que ha hecho hincapié en que se necesita un "apoyo enorme" para hacer frente a la devastación causada por las explosiones en el puerto.

El CICR ha incidido en que "al margen de la pérdida de vidas y los heridos, la gente ha perdido sus casas y negocios". "El país estaba ya en un estado extremadamente frágil, tras meses de una creciente crisis económica y la pandemia de coronavirus. Este es un duro golpe a gente que ya lo estaba pasando mal", ha lamentado.

Niños sirios juegan en el suburbio de Badaui, en la ciudad libanesa de Trípoli

Niños refugiados sirios juegan en el suburbio de Badaui, en la ciudad libanesa de Trípoli, en una imagen de archivo. EFE ARCHIVO/Susana Samhan

Así, ha destacado que "la destrucción del puerto podría tener un impacto devastador sobre la población de Líbano en términos de la pérdida de capacidad para importar bienes necesarios", al tiempo que "afectará a la vía de suministro humanitario", parte del cual se destina a Siria.

Oxfam Intermón se ha sumado a las voces de alarma y ha enfatizado que "incluso antes de la explosión, el país ya estaba en una situación crítica, con la población luchando por hacer frente a múltiples y complejas crisis provocadas por el colapso económico y la pandemia".

Asimismo, ha recordado que Líbano ya acoge al mayor número de refugiados per cápita del mundo, con una de cada cuatro personas, por lo que el portavoz de la ONG en Líbano, Bachir Ayoub, ha dicho que es "una crisis dentro de otra crisis".

Una devastación "inimaginable"

Ayoub ha manifestado que "las personas cuyas casas hayan sido dañadas o completamente destruidas no podrán acceder a su dinero para comenzar a reparar o reconstruir, y pronto escasearán artículos esenciales como el trigo y las medicinas ya que el puerto de Beirut, el principal punto de suministro y almacenamiento, ha desaparecido". "Se requerirá un esfuerzo masivo para la recuperación", ha adelantado.

"La devastación en Beirut es inimaginable y el camino hacia la recuperación será largo y difícil. Como toda la población de Beirut, el personal de Oxfam se ha visto afectado", ha reconocido.

"Algunos han visto sus casas completamente destruidas, otros han sufrido heridas. Afortunadamente, todos están a salvo. Nos solidarizamos con todas las personas afectadas mientras trabajamos juntos para reconstruir la ciudad", ha remachado el portavoz de Oxfam Intermón.

Las explosiones han tenido lugar en un momento en el que Líbano atraviesa una grave crisis económica -la peor desde la guerra civil (1975-1990)- y se teme que la destrucción ocasionada por las mismas impacte directamente en la importación de alimentos y otros productos básicos.