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EE.UU. señala un descenso del terrorismo global y apunta a Irán y Dáesh como principales amenazas

  • El Departamento de Estado publica su informe anual sobre el terrorismo global
  • Los ataques terroristas bajaron un 9% en 2016 y las víctimas mortales, un 13%
  • Washington sigue considerando a Irán como el "principal Estado patrocinador"
  • El informe, sin embargo, coloca al Estado Islámico como la mayor amenaza

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Imagen del camión con el que se perpetró el atentado de Niza, uno de los ataques reivindicados por el Estado Islámico en 2016
Imagen del camión con el que se perpetró el atentado de Niza, uno de los ataques reivindicados por el Estado Islámico en 2016.

El Gobierno de Estados Unidos continúa considerando a Irán como "el principal Estado patrocinador del terrorismo" y mantiene al Estado Islámico o Dáesh como "la amenaza terrorista más potente a la seguridad global" en su informe sobre el terrorismo en el mundo en 2016, si bien constata un descenso en el número de ataques terroristas y en las víctimas mortales por atentados.

Así lo refleja el informe anual del Departamento de Estado, el primero que se elabora bajo la Administración de Donald Trump, que asegura que los ataques terroristas bajaron un 9 % en todo el mundo a lo largo del año pasado y que las muertes provocadas por atentados se redujeron un 13 % respecto a 2015, a pesar de que el Estado Islámico ha incrementado sus ataques.

Se debió principalmente a la reducción de los atentados y las muertes en Afganistán, Siria, Nigeria, Pakistán y Yemen

El descenso en los atentados "se debió principalmente a la reducción de los atentados y las muertes en Afganistán, Siria, Nigeria, Pakistán y Yemen", aunque otros países experimentaron un aumento, según el documento, que cita a Irak, Turquía, Somalia, Sudán del Sur y la República Democrática del Congo.

En 2016 hubo ataques terroristas en 104 países, pero el 55 % de ellos se concentraron en apenas cinco: Irak, Afganistán, Pakistán, India y Filipinas, mientras que el 75 % de las muertes se produjeron en Irak, Afganistán, Pakistán, Siria y Nigeria.

En total, el informe cifra en 11.072 los ataques terroristas perpetrados el año pasado en todo el mundo, que provocaron 25.600 muertes y dejaron más de 33.800 heridos; además, más de 15.500 personas fueron secuestradas por grupos terroristas en todo el mundo.

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El Estado Islámico, el grupo terrorista más activo

El más activo de todos ellos, según el informe, fue Dáesh (acrónimo peyorativo en árabe del Estado Islámico, al que el Departamento de Estado sigue considerando "la amenaza terrorista más potente a la seguridad global" a pesar de que ha perdido territorio en Irak y Siria y se encuentra "en su punto más bajo en cuanto a fuerza en el campo de batalla desde al menos 2014".

Así, el Estado Islámico "fue responsable de más ataques y muertes que ningún otro grupo" terrorista en 2016, con un 20 % más de ataques y un 69 % más de muertes en Irak que en 2015.

El grupo yihadista perpetró ataques en 20 países el año pasado, gracias a sus "ocho filiales reconocidas y numerosas redes no declaradas que operan fuera" de sus bastiones en Irak y Siria, con especial fuerza en África Occidental (Boko Haram), Afganistán, Pakistán, Egipto, Libia y Yemen.

Con todo, el documento también recuerda que "fue expulsado de casi una cuarta parte del territorio que controlaba en Siria e Irak al comienzo del año" y subraya que las trabas impuestas por numerosos países al flujo de combatientes extranjeros hacia esos países, "sumadas a las muertes en combate, dejaron al grupo en su punto más bajo en cuanto a fuerza en el campo de batalla desde al menos 2014".

No obstante, hubo "muertes masivas" como consecuencia de atentados en espacios públicos, "a veces utilizando medios y métodos poco sofisticados", como el atropello de cientos de personas en Niza en julio de 2016, y los ataques en un mercado navideño en Berlín en diciembre y en el aeropuerto de Estambul en junio.

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Irán, principal patrocinador del terrorismo

Por lo demás, no hay cambios en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, que sigue encabezada por Irán, y de la que Cuba, que fue excluido en 2015, no ha vuelto a ser incluido por el Gobierno de Donald Trump, pese a haber endurecido su retórica hacia la isla. El informe también señala que Al Qaeda y sus filiales regionales mostraron "resistencia" en 2016 y siguieron "amenazando los intereses" estadounidenses.

La República islámica lleva desde 1984 en la lista, lo que supone la imposición de sanciones como la prohibición de la venta y exportación de armas y un veto a la ayuda económica. "Irán siguió siendo el principal Estado patrocinador del terrorismo en 2016 y los grupos que apoya mantuvieron su capacidad de amenazar a los intereses de Estados Unidos y sus aliados", indica el informe.

Así, detalla que las fuerzas Quds, la unidad de elite y de operaciones internacionales de la Guardia Revolucionaria iraní, "junto con socios y aliados de Irán, siguieron teniendo un papel desestabilizador en conflictos militares en Irak, Siria y Yemen". Teherán siguió "reclutando a combatientes de toda la región para unirse a milicias chiíes implicadas en combates en Siria e Irán", así como financiando a Hizbulá y trabajando con esa organización a favor del régimen sirio de Bachar al Asad en la guerra civil.

Estados Unidos también destaca el apoyo iraní a "Hamás y otros grupos terroristas palestinos", además de a "grupos chiíes militantes en Baréin" y a organizaciones radicales de la misma confesión en Irak.

Como patrocinador del terrorismo repite también Siria, que se encuentra en la lista desde 1979, porque Al Asad "continuó su apoyo político y militar a varios grupos terroristas que afectan a la estabilidad de la región" y "su relación con Hizbulá e Irán se fortaleció en 2016", que lo ayudaron a retomar el este de Alepo.

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España, un colaborador activo contra las redes terroristas

El informe del Departamento de Estado destaca los esfuerzos de España contra las redes que reclutan a extranjeros para grupos como Al Qaeda y el Estado Islámico, así como su "cercana" cooperación con los países del norte de África en la lucha antiterrorista.

"Las autoridades españolas mantuvieron un sólido intercambio de información con sus homólogos estadounidenses sobre amenazas terroristas y trabajaron estrechamente con sus socios regionales, como Marruecos y Argelia, para desmantelar las redes terroristas de reclutamiento", reseña el documento.

Además, según la diplomacia estadounidense, España ha sido un "contribuyente significativo" a la coalición internacional liderada por Estados Unidos y que lucha contra Dáesh en Siria e Irak.

Al respecto, el informe detalla que España, a lo largo de 2016, ha enviado a más de 300 militares a una base en Besmayah a unos 45 kilómetros de Bagdad, para entrenar a las fuerzas de seguridad iraquíes que luchan contra los yihadistas.

Sobre ETA, el informe indica que la banda terrorista no ha lanzado ningún ataque desde que anunció "el cese definitivo de la actividad armada" en 2011. En este sentido, considera que, aunque ETA no se ha disuelto formalmente, "su coherencia se vio aún más erosionada" con la detención en noviembre de 2016 en Francia de su último jefe, Mikel Irastorza, quien había sustituido en 2015 en la cúpula de la banda terrorista a David Pla e Iratxe Sorzabal.