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La IATA estima que las huelgas de controladores han generado un millón de minutos de retraso en Europa en lo que va de año

  • Estos paros son un desperdicio de productividad para Europa, señala
  • En 2016 se han cancelado más de 3.000 vuelos por las huelgas

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Dos viajeros comprueban la información de los vuelos en las pantallas del aeropuerto Charles de Gaulle, en Roissy, Francia
Dos viajeros comprueban la información de los vuelos en las pantallas del aeropuerto Charles de Gaulle, en Roissy, Francia.

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha estimado que las huelgas de controladores han generado en lo que va de año un total de un millón de minutos de retraso en toda Europa. En un comunicado, la asociación ha pedido a los diferentes gobiernos que tomen medidas para garantizar la continuidad del servicio en el marco de una acción industrial.

Asimismo, la IATA ha manifestado que la frecuencia con la que se dan estos paros es "totalmente inaceptable" y esto se ha traducido en más de 3.000 vuelos cancelados en 2016 por las huelgas. Precisamente, estos días los pasajeros han sufrido las consecuencias de la huelga de controladores en Francia, que comenzó el miércoles y se ha prolongado hasta este viernes.

También ha señalado que estos paros son un desperdicio de productividad para Europa, ya que las empresas se ven perjudicadas y les "duele" ver cómo afecta a los planes de los turistas.

Por este motivo, el vicepresidente para Europa de la IATA, Rafael Schvartzman, ha instado a los gobiernos europeos a que trabajen juntos con el objetivo de garantizar el servicio "esencial" en el control del tráfico aéreo, capaz de continuar incluso durante las huelgas. La economía europea necesita que la conectividad aérea sea fiable. Por ello, no puede permitirse un espacio aéreo cerrado.

"Los controladores aéreos son unos profesionales altamente recompensados que trabajan en una industria dinámica por lo que deberían abrazar las reformas que son críticas para proporcionar las mejoras en seguridad, capacidad, coste y medioambientales que los pasajeros europeos merecen", ha dicho Schvartzman.

En su opinión, un punto de partida para mantener abiertos los cielos europeos sería que cada país desarrolle su propia estrategia del espacio aéreo nacional, en consulta con las compañías aéreas, que contienen disposiciones para garantizar la continuidad del servicio durante los períodos de conflictos laborales o fallos en el equipo.

Junto a la mejora continua del negocio, las estrategias nacionales del espacio aéreo deben establecer las modalidades particulares de los diferentes países de Europa para modernizar y reformar sus sistemas de navegación aérea, con el fin de lograr mejoras que beneficien a los pasajeros y la economía del continente.

Schvartzman ha señalado que los objetivos del proyecto Cielo Unico Europeo (SES por sus siglas en inglés), son mejorar la seguridad y reducir costes, retrasos y emisiones, pero debido a la falta de voluntad política a nivel estatal, este proyecto ha "languidecido" sin un progreso "significativo" durante muchos años.