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El Eurogrupo se da hasta el 24 de mayo para llegar a un acuerdo sobre el alivio de la deuda griega

  • Quieren cerrar ese día la primera revisión del tercer rescate, que liberaría fondos
  • Además negocian con Grecia el plan de contingencia que le piden al país

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El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, saluda al ministro de Finanzas de Grecia, Euclides Tsakalotos
El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, saluda al ministro de Finanzas de Grecia, Euclides Tsakalotos.

Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona han discutido este lunes medidas de alivio de la deuda helena a corto, medio y largo con vistas de tomar decisiones en la reunión del Eurogrupo del próximo 24 de mayo. Así lo ha asegurado el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, en la rueda de prensa posterior a la reunión en la que no han llegado a un acuerdo para dar el visto bueno a la primera revisión del tercer rescate griego -lo que liberaría fondos para Grecia- ni sobre el plan de contigencia que le exigen al país heleno.

"El Grupo de Trabajo del Euro recibe el mandato de trabajar más en los aspectos técnicos de estos tres enfoques: la deuda a corto, medio y largo plazo", ha señalado Dijsselbloem, quien ha subrayado que a corto plazo las medidas consistirían en reducir los costes de los préstamos a Grecia.

A medio plazo, el Eurogrupo podría explorar alargamientos en el vencimiento de los créditos o un mayor periodo de carencia -entre otras medidas-, pero siempre una vez que acabe el tercer programa de rescate, es decir no antes de 2018. También se considerará el uso de los beneficios del programa de compra de deuda del BCE y del los bancos centrales nacionales con el denominado Acuerdo sobre Activos Financieros Netos (ANFA, por sus siglas en inglés) desde 2015.

Para el alivio de la deuda a largo plazo, el Eurogrupo está dispuesto a evaluar, si fuera necesario y si Grecia cumple los objetivos de superávit primario, "medidas adicionales de alivio de la deuda al final del programa", que se tomarían solo para asegurar que las necesidades de financiación brutas de Grecia permanecen en una senda sostenible.

El presidente del Eurogrupo ha recalcado que hay solo dos líneas rojas: no puede haber una quita nominal, ni tampoco cambios sustanciales en el programa de rescate. La reestructuración de la deuda helena es condición necesaria para que el Fondo Monetario Internacional (FMI) se sume como institución acreedora al tercer rescate griego.

"El FMI piensa que se trata de un buen enfoque, el de diferenciar medidas de alivio de deuda a corto, medio y largo plazo", ha afirmado Dijsselbloem.

Sin acuerdo sobre la primera revisión del tercer rescate

Los ministros no han dado el visto bueno a la primera revisión del tercer rescate, aunque han aplaudido la aprobación este domingo por parte del Parlamento griego de la reforma fiscal y de pensiones, lo que "debería allanar el camino para la finalización con éxito de la primera revisión del programa".

"Grecia ha aprobado importantes reformas", ha asegurado el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, quien se ha mostrado satisfecho. En los próximos días Grecia y sus acreedores intentarán cerrar un acuerdo a nivel técnico que haga que liberen más fondos.

Tampoco han logrado un pacto sobre el plan de contingencia que debe presentar Grecia, con medidas que se aplicarían si no se alcanzan los objetivos fiscales establecidos, algo que también dejan para finales de mayo. "El mecanismo debe ser creíble, automático y debe ser legislado de antemano", ha insistido Jeroen Dijsselbloem.

Incluirá recortes de gastos, entre ellos los no puntuales, y Atenas podrá sustituir estas medidas más adelante por acciones estructurales y "medidas de ingresos". El ministro de Finanzas griego, Euclides Tsakalotos, se ha congratulado de que se use como base de las negociaciones la propuesta griega.

El plan de contingencia, exigido por el FMI

La exigencia de un plan de contingencia, que no aparece en el acuerdo sobre el tercer rescate firmado el pasado verano, proviene de las diferentes previsiones del FMI y el resto de acreedores.

Mientras que BCE, Comisión Europea y el fondo europeo de rescate (MEDE) estiman que las medidas acordadas son suficientes para alcanzar un superávit primario del 3,5% del PIB en 2018, la institución que dirige Christine Lagarde cree que no será así y habla de un superávit del 1,5% ese año.

Para salvar estas divergencias, el Eurogrupo acordó a pedir a Grecia un plan de contingencia con medidas por valor del 2% del PIB que se aplicarían solo si no se cumpliesen los objetivos fiscales.