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El acuerdo de General Motors y Magna para salvar a Opel prospera con optimismo

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Las negociaciones en la Cancillería de Angela Merkel respecto al plan del fabricante de componentes austríaco-canadiense Magna para la adquisición de Opel, que cuenta ya con el acuerdo de General Motors (GM), prosiguen bajo el signo del optimismo, según medios alemanes.

La reunión entró en la ronda decisiva y, tras ser evaluado el plan por el grupo de expertos gubernamentales, pasó a manos de los miembros del gobierno, desde la canciller a varios de sus ministros, entre ellos el de Economía, Karl-Theodor zu Guttenberg.

Las sesiones a nivel político se iniciaron sobre las 16.00 GMT, con dos horas de retraso sobre el horario previsto, y después de que se confirmara el acuerdo previo entre Magna y la casa matriz, GM, entorno al futuro de su filial europea.

Magna había amenazado a media mañana de este viernes con seguir los pasos de Fiat, el otro inversor potencial, y abandonar las reuniones, pero luego llegó a un acuerdo con los representantes de GM, tras lo que presentó el plan a los expertos del gobierno alemán.

La decisión última respecto al futuro de Opel corresponde a General Motors y al gobierno de EEUU, pero el papel de Berlín es fundamental, en tanto que principal avalista de los créditos que precisará la filial europea.

Magna tiene el apoyo del consorcio ruso GAZ

Magna, con una plantilla de 70.000 empleados en 25 países, cuenta con la ayuda para su operación en Opel del consorcio ruso GAZ, que produce desde turismos y camiones hasta vehículos blindados.

La oferta inicial que hizo Magna a Opel prevé una inversión propia y del banco ruso Sberbank de 700 millones de euros, de los que una parte estaría garantizada por el Gobierno alemán.

Por lo que se conoce de sus planes iniciales, Magna se planteaba recortar unos 10.000 puestos de trabajo del total de 52.000 que tiene Opel en varios países europeos -Alemania, Suecia, Reino Unido, Bélgica, Polonia y España-. De ellos 25.000 corresponden a las plantas germanas, donde asimismo está la central.

1.500 millones de euros como tope

Oficialmente, el Estado alemán ha puesto 1.500 millones de euros como tope a los avales que está dispuesto a conceder hasta que la nueva empresa pueda valerse por si misma, pero en la reunión anterior en Cancillería, GM presentó una cifra adicional de 300 millones más.

Ello llevó el miércoles al estancamiento de las conversaciones y, finalmente, a su interrupción, después de más de ocho horas de negociaciones que acabaron pasadas las cuatro de la madrugada.

Antes de abrirse la reunión en la Cancillería, el propio ministro Guttenberg no descartó que ésta se interrumpiera asimismo sin acuerdos visibles y para reanudar, si acaso, las conversaciones a lo largo del fin de semana.