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Los países de la cumbre de la FAO donarán 5.500 millones de euros

  • España se ha comprometido a donar 495 millones, y Francia y EE.UU, 960
  • La Declaración final se compromete a acabar con el hambre en el mundo
  • Los 183 países firman un compromiso genérico para luchar contra el hambre en el mundo
  • Las negociaciones se han estancado por las diferencias sobre las barreras comerciales
  • Argentina ha presentado una objeción y Cuba y Venezuela han criticado duramente el texto
  • La declaración se limita a señalar "los desafíos y las oportunidades" de los biocombustibles
  • Las ONG tildan de fracaso la cumbre por no encarar las causas económicas de la crisis

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Termina la cumbre de la FAO

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ha anunciado que algunos países han comprometido donaciones por valor de 5.452 millones de euros para la lucha contra el hambre en el mundo.

Estos recursos económicos se destinarán a "los países más golpeados por la actual crisis alimentaria, para que puedan aumentar su producción de comida en la próxima temporada de siembra", según figura en un comunicado emitido por la FAO.

Entre los donantes está España, que ha comprometido 495 millones de euros repartidos en cuatro años, Francia otros 960 en cinco años, el Banco Mundial 770 millones, el Banco Islámico para el desarrollo 960 millones, Estados Unidos 960, entre otros.

El Director General de la FAO, Jacques Diouf, anunció durante la rueda de prensa al término de la cumbre que Estados Unidos ha prometido 1.500 millones de ayuda contra el hambre.

Diouf señaló que aunque en esta cumbre no se pretendía recoger fondos, "la sorpresa ha sido el anuncio de donaciones por parte de países e instituciones, que han superado cualquier expectativa"

Declaración final

Tras continuos aplazamientos, los 183 países participantes en la cumbre de la FAO sobre seguridad alimentaria han aprobado una declaración final genérica comprometiéndose a luchar contra el hambre en el mundo y a que los alimentos no se conviertan en un arma política y económica.

Pese a que comienza con una contundente afirmación del "compromiso de eliminar el hambre y asegurar la seguridad alimentaria para todos, hoy y mañana", las diferencias sobre asuntos tan básicos como la liberalización de las barreras comerciales y el uso de los biocombustibles han convertido el documento final en un auténtico 'sudoku' diplomático.

El resultado ha sido una declaración aprobada por aclamación, tras la cual se esconde una objeción de Argentina y duras críticas de los países latinoamericanos, especialmente Cuba y Venezuela.

A esas críticas se unieron, tras la aprobación del proyecto, Ecuador, Nicaragua y Bolivia, después de lo cual el presidente del plenario cortó la palabra a las delegaciones.

Mitigar el hambre en el mundo

Los participantes en la Cumbre de la FAO sobre seguridad alimentaria se mostraron hoy resueltos a usar todos los medios para "mitigar el sufrimiento" en el mundo por la actual crisis del precio de los alimentos, y reiteraron el objetivo de reducir a la mitad el número de personas que pasan hambre, antes del 2015.

Los firmantes se han mostrado convencidos de que la comunidad internacional debe tomar "medidas urgentes y coordinadas" para combatir la repercusión negativa del alza del precio de los alimentos en los países y poblaciones más vulnerables.

Un acuerdo diluído

De esta forma se ha cerrado una cumbre que empezó con grandes expectativas, pero que se ha ido diluyendo poco a poco. El problema es que todos coinciden en deplorar que casi 850 millones vivan en el umbral del hambre y que los precios de los alimentos se disparen, pero discrepan en las soluciones que están dispuestos a aceptar.

Por este motivo, el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Franco Frattini, ha calificado el resultado final "decepcionante" respecto a las ambiciones preliminares.

Más lejos ha ido el secretario de agricultura de Estados Unidos, Ed Schaffer, que ha puntualizado que su país prefiere que no haya acuerdo a lograr "uno malo".

Aranceles

Uno de los instrumentos que recoge la declaración es la liberalización del mercado mundial de alimentos, acabando con barreras a la exportación que puedan producir mayor volatilidad al mercado, que ha provocado la objeción de Argentina.

El país suramericano se ha opuesto a este capítulo, impulsada por la polémica con los agricultores, a los que ha limitado la exportación de carne y maíz para evitar que se disparen los precios de estos productos básicos en el país.

Por su parte, Cuba se ha resistido a firmar el documento porque quería que incluyese una crítica al embargo de Estados Unidos, algo que apoyaban Venezuela y otros países latinoamericanos y que rechazaba la delegación norteamericana.

Biocombustibles

Estados Unidos ha estado también en el centro de la polémica de uno de los asuntos más polémicos, el efecto de los biocombustibles en el precio de los alimentos.

Tanto este país como Brasil han defendido su derecho al cultivo de grano con esta función frente a las críticas de la FAO y de países pobres. La declaración final se limita a señalar "los retos y las oportunidades" que este tema plantea.

Por su parte, la directora del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Josette Sheeran, ha asegurado que la producción de biocarburantes es una buena opción cuando el petróleo supera los 80 dólares.

Medidas concretas

El documento reconoce que los precios de los alimentos se mantendrán elevados en los próximos años y que el incremento de los costes de la comida está teniendo un "efecto adverso" sobre la seguridad alimentaria.

Para afrontar esta situación, los miembros de la FAO se limitan a señalar la urgente necesidad de ayudar a los países en desarrollo para que puedan expandir la agricultura, así como incrementar la inversión pública y del sector privado en agricultura y desarrollo rural.

Entre las medidas a medio y largo plazo que incluye la declaración final destaca una petición los gobiernos nacionales, a las instituciones financieras y a la comunidad internacional que asuman las política centradas en las personas y que favorezcan a los pobres de las zonas rurales, a los pueblos indígenas y poblaciones vulnerables.

Postura de España

En este sentido van las propuestas de España, defendidas por la secretaria de Cooperación Internacional, Leire Pajín, que ha explicado que el Gobierno apuesta por poner en marcha programas de extensión de la protección social a pequeños agricultores y a sus familias, dirigidos a los países más empobrecidos.

Además, España ha trasladado a la cumbre de la FAO en Roma la propuesta de articular programas específicos dirigidos a menores de cinco años ante la inseguridad alimentaria.

Pajín ha reconocido que habría sido deseable lograr acuerdos más concretos en la declaración final, pero ha valorado el hecho de que todos los países se hayan puesto de acuerdo para luchar contra el hambre.

Decepción en las ONG

Menos optismistas son las ONG que, a la espera del final de la cumbre, han tildado la reunión de fracaso, ya que mantiene "las mismas políticas" que han llevado a la actual crisis alimentaria.

Para los representes de 200 organizaciones de la sociedad civil, la declaración final mantendrá un sistema alimentario mundial que "favorece la especulación" y "beneficia sólo a las grandes corporaciones".

La iraní Maryam Rahmanian, de la organización Cenesta, dijo que ni la declaración y ni esta cumbre "van a llenar ni un sólo plato de comida".

La FAO anuncia donaciones por 8.500 millones de dólares durante cumbre

(Añade donación de 1.500 millones de Estados Unidos anunciada en rueda de prensa)

Roma, 6 jun (EFE).- La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura anunció hoy que durante la cumbre sobre seguridad, que concluyó hoy, algunos países se comprometieron a donar un total de 8.500 millones para la lucha contra el hambre en el mundo.

Según una nota de la FAO, los delegados de los países presentes en esta cumbre se "han comprometido para aumentar sus esfuerzos para la lucha contra el hambre y el desarrollo de la agricultura".

Estos recursos económicos, añade la FAO, se destinarán "a los países más golpeados por la actual crisis alimentaria, para que puedan aumentar su producción de comida en la próxima temporada de siembra".

Entre los donantes, el presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció 773 millones de dólares repartidos en cuatro años, mientras que Francia destinará 1.500 millones de dólares en cinco años.

Otras de las donaciones anunciadas hoy por la FAO fueron las de Venezuela (100 millones de dólares), el Banco Africano para el Desarrollo (1.000 millones), Japón (150 millones), Banco Islámico para el Desarrollo (1.500 millones, en cinco años), Kuwait (100 millones), Holanda (75 millones), Nueva Zelanda (7,5 millones), Reino Unido (590 millones), Naciones Unidas (100 millones) y el Banco Mundial (1.200 millones).

El Director General de la FAO, Jacques Diouf, anunció durante la rueda de prensa al término de la cumbre que Estados Unidos ha prometido 1.500 millones de ayuda contra el hambre.

Diouf señaló que aunque en esta cumbre no se pretendía recoger fondos, "la sorpresa ha sido el anuncio de donaciones por parte de países e instituciones, que han superado cualquier expectativa"