La peste porcina africana es una pesadilla para ganaderos y veterinarios. En España ya la sufrimos durante tres décadas con consecuencias devastadoras. La última vez llegó desde Angola en 1957 a la Península, a Portugal, y el sector del cerdo estuvo a punto de desaparecer. Los restos del cáterin del vuelo acabaron en una granja cercana y tres años después comenzó la pesadilla ganadera en España.
El catedrático en producción animal de la Universidad Politécnica de Madrid, Carlos Buxadé, explica que "de Portugal pasó a España" y "en España que no sabíamos manejarla entonces, era una cosa nueva, se expandió con una gran velocidad".
En 1960 el virus pasó de Badajoz al resto de España. Con la exportación de porcino cerrada a cal y canto, el virus campó a sus anchas durante dos décadas, pero en 1985, con España a punto de entrar en la Comunidad Económica Europea, se puso en marcha un plan de erradicación sin precedentes con sacrificios masivos y quema de cadáveres.
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