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Elecciones en Brasil

Jair Messias Bolsonaro, el militar ambicioso

  • La dictadura militar (1964-1985) ha marcado la vida de Bolsonaro entre los 9 y los 30 años
  • En sus 30 años como concejal y diputado ha militado en nueve partidos políticos diferentes

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Jair Messias Bolsonaro, de militar ambicioso a firme candidato
Este militar en la reserva comenzó siendo una figura sin relevancia y de tinte folclórico. Ahora está a un paso de ocupar el sillón más importante del Palacio do Planalto.

Jair Messias Bolsonaro, conocido por sus allegados como “Mito”, nació en Glicério (Sao Paulo) hace 63 años, aunque ha vivido casi siempre en Río de Janeiro y Brasilia. Se ha casado tres veces y tiene cinco hijos. Era el candidato con más opciones de lograr la presidencia de Brasil, y las previsiones se han cumplido.

Su padre ejercía como dentista y su madre trabajaba en casa. Pocos días después de celebrar su noveno cumpleaños, en 1964, se produjo el golpe de estado que marcó su vida y la de varias generaciones de brasileños hasta que llegó la democracia, en 1985. Bolsonaro cumplía por entonces 30 años.

Desde muy joven el controvertido candidato presidencial optó por la carrera castrense y en 1977, a los 22 años, se graduó en la Academia de las Agujas Negras, la principal escuela de formación de oficiales en el Brasil de la dictadura militar. Llegó a ser capitán en la Brigada de Infantería Paracaidista.

Documentos internos del Ejército Brasileño, fechados en la década de los 80, muestran cómo los mandos de Bolsonaro se refieren a él como una persona con "excesiva ambición en realizarse financiera y económicamente". Según el coronel Carlos Alfredo Pellegrino, superior de Bolsonaro en la época, “tenía permanentemente la intención de liderar a los oficiales subalternos, pero siempre fue rechazado, tanto por el trato agresivo dispensado a sus camaradas, como por la falta de lógica, racionalidad y equilibrio en la presentación de sus argumentos”.

En 1986, con 31 años cumplidos, fue condenado a quince días de arresto en los calabozos por quejarse de los bajos salarios que recibían los militares. Fue acusado de idear un plan para colocar bombas en instalaciones militares con el fin de exigir el aumento de los sueldos y el regreso de los privilegios que había ido perdiendo el Ejército con el fin de la dictadura. Su mensaje caló entre los soldados de más baja graduación y sus familias. Su apoyo fue clave para dejar la vida castrense, después de 15 años, y comenzar su carrera política, en la que ya lleva 30 años.

Del Ejército a la política

En 1988, a los 33 años, consigue los votos suficientes para colocarse como concejal en el ayuntamiento de Río de Janeiro por el Partido Demócrata Cristiano. Dos años más tarde, con 35, obtiene su escaño como diputado federal por el mismo partido.

Se afilió al nuevo Partido Progresista Reformador (PPR) entre 1993 y 1995. Al cumplir los 40 años se pasó al Partido Progresista de Brasil (PPB) donde militó entre 1995 y 2003. A los 48 se pasó al Partido de los Trabajadores de Brasil (PTB) donde aguantó dos años, hasta 2005. A los 50 se pasó al Partido del Frente Liberal (PFL) donde apenas militó unos meses antes de afiliarse al Partido Progresista (PP) en el que se mantuvo durante toda una década hasta cumplir los 61 años, en 2016, y pasarse al Partido Social Cristiano (PSC). Su versatilidad y movilidad política continúa entre julio y diciembre de 2017 afiliándose al Partido Ecológico Nacional (PEN). Y termina con su candidatura a la presidencia de Brasil en 2018 como candidato del Partido Social Liberal (PSL) al que se afilió en enero de este mismo año. Desde que fuera elegido concejal hace 30 años, ha pasado por nueve formaciones políticas y no ha dejado nunca de recibir un salario a cargo del erario público.

Cuando oficializó su postulación presidencial, el pasado mes de julio, Bolsonaro, de 63 años, prometió "rescatar Brasil", pero el candidato de la ultraderecha brasileña genera inquietud entre sus detractores, que han protagonizado masivas movilizaciones en su contra. Este controvertido personaje se ha erguido como el representante de los sectores más conservadores de la sociedad brasileña (grandes ganaderos, cristianos radicalizados y asociaciones del rifle) y los nostálgicos de la dictadura militar que gobernó el país entre 1964 y 1985.

Sus logros legislativos son escasos, pero nunca se ha visto empañado por casos de corrupción. Si bien es católico mantiene lazos estrechos con los evangélicos más conservadores –entre ellos la todopoderosa Iglesia Universal del Reino de Dios- , que apoyan su candidatura.

Puño de hierro contra la delincuencia y la corrupción

Su mensaje de que Brasil es un caso perdido que necesita un gobernante con puño de hierro para restablecer el orden está resonando en miles de brasileños desanimados por el creciente nivel de delincuencia, una economía moribunda y una corrupción política arraigada.

Guiado por el lema "Brasil por encima de todo y Dios encima de todos", Bolsonaro asegura que expulsará del país a los médicos cubanos que trabajan en las zonas más pobres conforme a los acuerdos de cooperación y que acabará con la financiación pública a agrupaciones de derechos humanos.

A principios de septiembre fue apuñalado durante un acto de campaña en el estado de Minas Gerais (sureste del país). El detenido, Adelio Bispo de Oliveira, se declaró culpable del ataque y dijo que actuó "por orden de Dios".

Bolsonaro lleva siete mandatos como diputado por Río de Janeiro. En las elecciones de 2014 fue el más votado. El ganador de la primera vuelta a las elecciones presidenciales ha enarbolado la bandera de los "valores tradicionales" de la familia, ha defendido la pena de muerte y se ha mostrado contrario al aborto. Algunas de sus declaraciones han sido condenadas por distintos tribunales debido a su carácter racista, misógino y homófobo.

El 'Trump tropical'

Pero "Mito", como le siguen llamando sus seguidores más antiguos, no es el único político de la familia Bolsonaro. Su hermano Renato ha sido asesor en la Asamblea Legislativa de Sao Paulo por el Partido de la República (PR) y tres de los cinco hijos de este peculiar personaje también son políticos: Carlos es concejal en el Ayuntamiento de Río de Janeiro por el Partido Progresista (PP), Flavio era diputado en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro y ahora es favorito para llegar a la política nacional como senador por el Partido Social Liberal (PSL) y Eduardo es diputado federal y comparte asiento con su padre en Brasilia, también por el PSL.

Algunos expertos califican a Bolsonaro como un “Trump tropical” debido a su gran cantidad de seguidores en las redes sociales, su actitud agresiva y sus múltiples matrimonios. Steve Bannon, el gurú de la campaña del presidente de Estados Unidos, también ha asesorado al candidato ultraderechista brasileño.

En sus 30 años como diputado, este militar en la reserva comenzó siendo una figura sin relevancia y de tinte folclórico. Con su victoria logra el último paso para ocupar el sillón más importante del Palacio do Planalto -sede del poder ejecutivo del Gobierno Federal brasileño-, y convertirse en el 38 presidente de una de las diez principales potencias económicas del mundo.