Víctor Aguilar Pereira, International Crisis Group: "EE.UU. quiere enviar una señal de que tiene el control de América"
- Según los datos de la DEA, el Pacífico es el lugar por donde más fluye el tráfico marítimo de cocaína
- "La administración Trump ve en este despliegue una oportunidad para cambiar el régimen en Venezuela", señala Aguilar
Los ataques de EEUU a supuestas narcolanchas en el Caribe y el despliegue de una gran fuerza naval en el mar centroamericano no se corresponden con el volumen del narcotráfico en la región. Según los datos de la propia DEA, sería el Pacífico el lugar por donde más fluye el tráfico marítimo de cocaína. Eso, unido a otras razones, hace pensar a los especialistas que los objetivos de Washington en Venezuela son otros: cambio de régimen y demostración de poder frente a sus rivales geopolíticos.
Víctor Aguilar Pereira, analista de América Latina del International Crisis Group, analiza la situación para RTVE Noticias.
PREGUNTA: ¿Cuál es la ruta marítima principal del tráfico de drogas desde Sudamérica hacia Estados Unidos? ¿Qué cantidad de se trafica?
RESPUESTA: Por tratarse de mercados ilícitos, es muy difícil tener una idea clara de la cantidad de droga que se transporta desde Suramérica hacia Estados Unidos o hacia cualquier otra parte del mundo. Todo se hace a partir de estimaciones basadas en los decomisos y también es muy difícil saber la cantidad de droga que se mueve en las distintas rutas. Pero hay algunos mapas de la propia DEA en los que ellos indican que más del 70% de la droga que salía de Suramérica hacia Estados Unidos se iba por la ruta del Pacífico y poco más del 20% era el que se transportaba por el Caribe. Hay un consenso entre los especialistas en que se mantiene la Ruta del Pacífico como la dominante para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
“Hay un consenso entre los especialistas en que se mantiene la Ruta del Pacífico como la dominante para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos“
P: ¿Hay pruebas de que las embarcaciones atacadas hasta el momento por EE.UU. fuesen narcolanchas?
R: Precisamente uno de los grandes problemas con esta forma de proceder de Estados Unidos de decidir destruir lanchas en el Caribe es que no tenemos, en realidad, la forma de comprobar que estas lanchas estaban transportando droga, o que sus tripulantes eran integrantes de organizaciones de narcotráfico. En realidad, es Estados Unidos el que hace estos señalamientos, pero no tenemos forma de contrastar o verificar la información. Tenemos también, por ejemplo, el caso de los supervivientes de uno de los ataques. Un ciudadano de Colombia y otro de Ecuador, a los que Estados Unidos decidió no investigar ni acusar de ningún delito. Y cuando fueron repatriados, tampoco las autoridades de esos países al parecer encontraron antecedentes o razón para mantenerlos en detención. En todo caso, es posible que algunas lanchas sí estuviesen siendo utilizadas para el tráfico de drogas por las rutas y por las zonas en las que se encontraban. Pero incluso en esos casos habría que pensar que, en lugar de producir ese tipo de ataques, si no sería mejor detener los botes, incautar la droga y hacer una investigación sobre las personas y las organizaciones detrás de ellas. Incluso si en esas embarcaciones hay gente que sí se dedica al tráfico de drogas, seguramente estamos hablando de personas de los más bajos niveles de las organizaciones, quizá ni miembros propiamente dichos de las organizaciones. Yo descartaría que estemos hablando de grandes capos del narcotráfico o quienes en realidad ejercen el control de estas organizaciones.
P: ¿Por qué cree que EE.UU. se despliega en el Caribe?
R: Inicialmente, Estados Unidos planteó el despliegue militar en el Caribe esencialmente como una operación antidrogas. Creo que, en este momento, resulta claro que al menos tiene otros objetivos. Por un lado, por parte de la administración Trump ha visto en este despliegue una oportunidad para ejercer presión e incluso provocar un cambio de régimen en Venezuela. Y el despliegue ha sido acompañada con medidas contra Nicolás Maduro en contra y con mensajes, cada vez más claros, señalándolo como el líder de una organización de narcotráfico o apuntando que es el momento de que abandone el poder. Pero más recientemente también hemos visto que los ataques ya no solo se dan en el Caribe, sino también en el Pacífico, más cerca de Colombia y algunos también al parecer más cerca de México. Creemos que esto se sale ya de los primeros dos objetivos que he mencionado, y probablemente el despliegue tenga también el fin de enviar una señal a toda la región de que este es el hemisferio donde Estados Unidos ejerce su control y que no acepta que otras potencias puedan competir contra su poder en América Latina.
P: ¿Qué otros fines podría tener Washington?
R: Lo que hemos visto es que hay un ala de la administración Trump que ha logrado reencuadrar esta presión hacia Venezuela, no como una defensa de la democracia, los derechos humanos o como un cambio de régimen propiamente, sino en términos más de combate al narcotráfico y de lucha contra una organización criminal. Esto es así porque hay un sector de los votantes del Partido Republicano que se ha mostrado muy crítico con este tipo de intervenciones que ha hecho Estados Unidos en el pasado. Es más fácil promocionarlo ante su público doméstico como una defensa del país frente al narcotráfico y a los narcotraficantes, que como una defensa de la democracia y los derechos humanos en un país que está muy alejado del territorio estadounidense.
P: ¿Cree que le movería más el interés por las reservas petrolíferas del país?
R: Ciertamente, Venezuela es un país rico en recursos, no solo petróleo, sino también gas, y oro y otros minerales. Eso hace que se vuelva un país importante para la región y para el mundo. Entonces, quizá si el país no tuviera ese tipo y esa cantidad de recursos, se le prestaría menor atención. Pero yo creo que la atención de Estados Unidos no solo es por esa razón. Hay razones ideológicas, indudablemente, y también hay razones de presiones internas dentro del Partido Republicano. Hay personas también que tienen esta demanda de que Estados Unidos debería promover un cambio de régimen en Venezuela.
P: ¿Cree que la crisis va a escalar hacia la guerra abierta?
R: Es muy difícil predecir en qué va a terminar este incremento de tensiones entre Estados Unidos y Venezuela. Probablemente, hay muy pocas personas que saben cuál es el objetivo final o la estrategia de Estados Unidos. Sí, creemos que puede haber un uso de la fuerza dentro del territorio venezolano, pero más probablemente sería algún tipo de operaciones quirúrgicas, no una intervención propiamente dicha con tropas en territorio venezolano. Eso sería un tema muy controvertido, que generaría disputas dentro de Estados Unidos y e incluso entre los votantes del Partido Republicano. Creemos que ese es un escenario menos probable. Pero es muy difícil saberlo. Ojalá que no vayamos hacia eso y se pueda retornar a una vía diplomática que sabemos que tiene sus desafíos y limitaciones. Pero será mejor que una invasión en la que seguramente habría víctimas civiles y de la que desconocemos sus efectos en cadena que podría provocar tanto dentro de Venezuela como en la región de América Latina.