Cómo aprender finanzas personales desde el cine: lecciones de película
- ¿Hay lecciones ocultas sobre el dinero en las películas de Alfred Hitchcock? ¿Puede un gremlin enseñar a invertir?
- Jordi Martínez analiza en Economía de bolsillo algunas de las lecciones económicas que dejan los grandes clásicos del cine
Esto no es Matrix, aunque podría serlo. Solo cambian los personajes. Morfeo no está. Su papel lo asume Jordi Martínez Llorente, director de Educación Financiera en el Instituto de Estudios Financieros y autor del libro Finanzas para frikis. Y Keanu Reeves no es Neo, eres tú. Por lo demás, la escena es idéntica.
Sobre la mesa de control y sonido de Economía de bolsillo de RNE, con Lourdes Castro, hay dos pastillas: una azul y otra roja. La primera ofrece tranquilidad. Te permite seguir viviendo en la cómoda ficción de creer que las finanzas son solo cosa de economistas. La roja, en cambio, incomoda. Rompe el espejismo y muestra que la economía atraviesa toda la vida y que todos podemos aprenderla y entenderla en cualquier lugar. Incluso viendo nuestra película favorita.
¿Cuál eliges?
"La metáfora de la pastilla roja y la azul se puede aplicar claramente", asegura Jordi Martínez. En la actualidad, esa "simulación" que imaginaron los Hermanos Wachowski en 1999 se asemeja mucho a nuestra rueda cotidiana: "Trabajar para pagar facturas, consumir y aparentar". Una especie de bucle inconsciente y automático del que casi nadie escapa.
"Romper esa rueda es darse cuenta de que puedes cuestionar tus hábitos de gasto y no depender tanto del crédito", explica el experto.
Sin embargo, salir de ahí suele ser complejo. "Cada vez estamos menos habituados a pensar a largo plazo porque en las redes sociales se consume todo muy deprisa y el contenido enseguida pasa de moda". Por eso, también puede resultar desagradable o molesto.
Mirar y actuar a futuro es formar parte de la resistencia. "Invertir a largo plazo es casi ser un antisistema. Primero, porque no caes en el consumo, y segundo porque estás saliendo de Matrix", compara Martínez.
Y, aunque abandonar la simulación es el primer paso para que la pastilla roja haga efecto, abandonar Matrix no basta. También hay que aprender a moverse en Sion y, sobre todo, estar siempre alerta para detectar cualquier posible anomalía, como hace James Stewart en La ventana indiscreta (1954). "Quien vigila los mercados, analiza y ve lo que sucede en ellos parte con alguna ventaja, por ejemplo, a la hora de invertir", apunta.
Porque en el mundo real "tener los ojos abiertos y fijarse en los detalles puede ser la clave". Y si no, spolier alert, que se lo digan a Andy Dufresne (Tim Robbins) durante su tiempo en la cárcel de Shawshank.
"Cadena perpetua (1994), para mí, es una de las mejores películas de la historia del cine —resalta Martínez—, enseña dos cuestiones clave en cuanto a finanzas". La primera es la constatación de la importancia del largo plazo ya que Andy "se pasa dos décadas excavando en su celda poquito a poquito".
La segunda es el valor del "conocimiento financiero". "Saber de finanzas le da una enorme ventaja ante a sus compañeros presidiarios, ante el director de la prisión y ante la policía. Todos confían en él por saber más que el resto y ello le aporta esa capacidad de adaptación, lo cual lleva a pensar también en la diversificación de activos: es bibliotecario, gestor, consejero y banquero. Es decir, tiene un poquito de todo", explica Jordi Martínez. Y, lo más importante, sabe gestionarlo. Algo que no le vendría nada mal aprender a Tony Marero (John Travolta).
Porque tener un poquito de todo es básico, sí, pero solo si se adquiere con cabeza. O con conocimiento, al menos. La escena inicial de Fiebre del sábado noche (1977) en la que el protagonista lleva un bote de pintura por la calle que intenta vender, lo ejemplifica: cuidado con las ofertas. "Me recuerda al Black Friday. Todo son descuentos, pero cuando miras el recorrido de los precios ves que realmente unas semanas antes lo suben para luego ofrecerte un descuento", advierte Jordi Martínez.
Además, ¿de qué sirve tener ese poquito de todo si cuando lo posees eres incapaz de administrarlo? ¿Es realmente beneficioso? ¿O causa problemas? ¿Se podrían evitar esos contratiempos?
Jordi Martínez lo tiene claro: "Tony Manero, como todos nosotros, necesita un presupuesto". Con él, quizá, sería más consciente de lo que cuesta el dinero y de lo que este puede realmente comprar. Por eso, que su superior no le quiera dar un anticipo el viernes, por más que él insista y suplique, vale más que cualquier billete. "Me pongo de parte de su jefe", se posiciona también el experto.
"Le está pidiendo una excepción y que se la rechace ya es un aprendizaje. Tony está aprendiendo que al mes siguiente, si quiere comprarse algo, tendrá que tener su presupuesto o gastar mejor el salario durante el resto del mes". Dicho de otro modo, le servirá para pensar en su "yo del futuro". Y este "se lo agradecerá". Y, además, puede que no sea el único.
"A veces, también debemos pensar colectivamente. Al mirar el futuro de los jóvenes y el endeudamiento que estamos dejando, opino que tendríamos que tomar decisiones financieras distintas. Igual habría que renunciar un poco a ese beneficio rápido y pensar en lo que voy a necesitar, que igual va a ser más importante o más grave", sostiene Jordi Martínez.
Cuidar la cartera como a un mogawai
Se trata de ser precavido ahora —"en TikTok te cuentan en 30 segundos cómo hacerte rico, pero en 30 segundos no da tiempo a hablar de los riesgos"— para no llevarse un disgusto después. Cuanto más en cuenta se tenga el mañana, menos probabilidades de riesgo financiero.
Al final, cuidar la cartera no es tan distinto de hacerse cargo de un mogawai. Si lo haces bien, crece contigo. Sin embargo, basta con no cumplir una de las tres normas básicas —gastar sin pensar, seguir consejos sin dudar o sin informarse y/o dejar que el impulso mande— para que el caos se multiplique en forma de Gremlins (1984).
Lo único positivo en tal caso sería, eso sí, la explicación visual de cómo funciona el interés compuesto.
"Cuando Stripe salta a una piscina generando muchísimas más criaturas es como preguntarse cuántas veces hay que doblar un papel para llegar a la Luna. Con 48 dobleces lo consigues. Nadie se lo cree, pero es ver que la exponencialidad consigue que el dinero crezca, aunque el interés compuesto es muy largo plazo. Y también hay que pensarlo con las deudas, con gente que está pidiendo créditos y cuya deuda va creciendo exponencialmente", sentencia Jordi Martínez.
Economía de bolsillo