Putin quiere restaurar la gloria imperial de Rusia y recuperar los cinco mares perdidos tras la desintegración de la URSS
Documentos TV
- En 1991 Rusia perdió gran parte del control de cinco mares: el de Azov, el Negro, el Caspio, el Báltico y el Blanco
- "Putin y la guerra de los cinco mares" cuenta con los resortes de este proyecto subestimado por Occidente
Desde el primer día en que el presidente ruso, Vladímir Putin, llegó al poder, se propuso un objetivo: restaurar la memoria imperial de Rusia rescatando la vieja doctrina de los cinco mares de Stalin con la que conseguir el control perdido de esas aguas.
Putin desea recuperar la grandeza de Rusia y la de la Unión Soviética que conoció de niño © ARTE France – Artline Films
Para esa reconquista, Putin no ha dudado en crear focos de tensión y amenazas híbridas en la región con las que extender su influencia. Y esto se traduce en una transformación radical de las relaciones de poder con las que el mandatario ruso modifica el equilibrio geopolítico de Europa.
Putin, el nuevo señor de su soñado imperio ruso
En diciembre de 1991 se producía la disolución definitiva de la URSS y con ella el fin de un proyecto de país. "La caída de la Unión Soviética es la mayor catástrofe geopolítica del siglo", decía Putin en 2005. El mandataro ruso lo consideraba un error histórico que condujo a un orden mundial injusto donde Occidente ocupaba demasiado espacio.
“La caída de la Unión Soviética es la mayor catástrofe geopolítica del siglo“
Para él, una de las peores consecuencias fue la pérdida del control de buena parte de las aguas de sus cinco mares en beneficio de Occidente y de la OTAN. Los cinco mares se sitúan al norte y al sur de la frontera occidental de Rusia. Al sur, el mar de Azov, el mar Negro y el mar Caspio.
Mapa de ubicación de los mares de Azov, Negro y Caspio © ARTE France – Artline Films
En el norte, el mar Báltico y el mar Blanco, que se abre al océano Ártico.
El mar Báltico y el Blanco conforman los cinco mares sobre los que Putin quiere recuperar el control © ARTE France – Artline Films
Las cifras no engañan. Hasta 1991, la URSS controlaba un 60% de los mares de su flanco sur, así como el 30% del Báltico en el norte. Después de esa fecha infausta para Putin, Rusia solo ha conservado entre el 5% y el 10% de estas aguas. El mar Blanco es el único sobre el que ha mantenido el control en gran medida.
Imagen del fotógrafo lituano, Juozas Kazlauskas, deportado a Siberia por Stalin regresó con los supervivientes en 1989, gracias a la política de transparencia de Gorbachov © ARTE France – Artline Films
La desconocida doctrina de los cinco mares, heredada de los sueños zaristas y del legado estalinista, se despliega con el objetivo de conectar estas masas de agua para crear un espacio de influencia permanente consolidando así el dominio de Moscú sobre la región.
“Putin está haciendo todo lo posible para posicionar a Rusia, desde el principio, como una gran potencia marítima“
Como asegura Tatiana Katsouéva-Jean, directora del Centro Rusia-Eurasia del Instituto Francés de Relaciones Internacionales, Putin "está haciendo todo lo posible para posicionar a Rusia, desde el principio, como una gran potencia marítima". El mismo ideal que persiguió su héroe, el emperador Pedro el Grande y el Stalin de las obras colosales, como la de los canales, concebida para hacer de Moscú el puerto de los cinco mares, aunque ninguno bañara la capital. Expertos políticos señalan que ahora Putin pretende que Moscú sea el centro del mundo. Es su utopía, la que persigue para construir lo que él llama Novorossiya, la Nueva Rusia.
Forzar un cambio en las relaciones de poder
El plan de Putin de conectar los cinco mares no se limita tan solo a un simple trazado geográfico, sino a cambiar las relaciones de poder a escala internacional. "La doctrina de los cinco mares no se entiende ni se debate en Occidente. Sin embargo, es importante comprender que forma parte integral de la nueva posición geopolítica de Rusia", advierte el politólogo de la Universidad de Helsinki, Tynkkynen Vela-Pekka.
“La doctrina de los cinco mares no se entiende ni se debate en Occidente, sin embargo, es importante comprender que forma parte integral de la nueva posición geopolítica de Rusia“
Siguiendo su pretensión de salvador de la nación, Putin, para reconquistar sus aguas perdidas en el mar de Azov, en el mar Negro y en el Caspio, no ha dudado en militarizar los accesos marítimos y reactivar focos de tensión.
Los expertos apuntan que no es casualidad que, desde la llegada de Putin al poder, se hayan desencadenado en 1999, la guerra de Chechenia, la invasión de Georgia, en 2008, la anexión de Crimea en 2014, las tensiones en Nagorno Karabaj, en 2020 y, dos años después, la ofensiva en Ucrania.
El tercer frente de la guerra de los Cinco Mares: invadir Ucrania en tres días. © ARTE France – Artline Films
En su flanco norte, Rusia tiene también a los países bálticos en el punto de mira con mayor intensidad desde que Finlandia y Suecia entraron en la OTAN en 2023 y 2024. Aquí, Putin despliega una guerra híbrida que combina operaciones militares, control político y económico y ciberataques y desinformación realizando acciones dirigidas contra Occidente y Estados Unidos.
El plan de Putin en el ciberespacio "emplea todos los medios en colaboración con cibercriminales, empresas del sector privado y agencias de inteligencia" advierte la investigadora en ciberdefensa, Piret Pernik. Las operaciones de intimidación van en aumento, como los sabotajes y las cada vez más frecuentes violaciones del espacio aéreo europeo con el vuelo de drones.
Control clave del Ártico
Vladímir Putin también extiende su estrategia de dominación imperialista concentrando sus fuerzas en el mar Blanco, el más septentrional de los cinco mares. "Rusia intenta afianzar su control del Ártico donde no quiere ver a Occidente", subraya la experta en Relaciones Internacionales, Katsouéva-Jean.
“Rusia intenta afianzar su control del Ártico donde no quiere ver a Occidente“
Aquí confluyen varios intereses: soberanía, seguridad y recursos naturales, empezando por los energéticos. "Petróleo, gas y futuras rutas marítimas. Desde esa perspectiva el Mar Ártico es, sin duda, esencial para la visión geopolítica general de Rusia", sostiene Tynkkynen Vela-Pekka.
Putin se ha convertido en un actor clave en las rutas comerciales abiertas por el deshielo, fruto del cambio climático, y no está dispuesto a ceder ni un ápice en su posición privilegiada en el Ártico. Desde este punto estratégico exhibe su supremacía militar, como en el puerto de Murmansk, convertido en el cuartel general de la Flota del Norte. Trece submarinos de ataque de propulsión nuclear equipados con misiles balísticos intercontinentales constituyen su punta de lanza.
En Múrmansk, la capital del Círculo Polar Ártico, los cinco fiordos se han convertido en el cuartel general de la Flota del Norte © ARTE France – Artline Films
Europa se mueve con pies de plomo ante el firme propósito de Putin de reconstruir una arquitectura imperial rediseñando las fronteras del mundo en su beneficio y transformando estas zonas marítimas en nuevas líneas del frente europeo.