Gaza: el día que estalló la paz
- Tras la ratificación del acuerdo, es el momento de las listas de rehenes y prisioneros y de las líneas rojas
- DIRECTO: sigue la última hora de la masacre en Gaza
"Es el momento de poner fin a ese día. Es el momento de acabar la guerra. Es el momento de volver a vivir". El movimiento israelí Paz Ahora reaccionaba así al anuncio del fin de las hostilidades en Gaza; más aún, según Trump, el comienzo de una nueva era ¿de paz? en Oriente Medio.
Y como en todos los conflictos armados, más en el caso del que se alarga década tras década en tierras bíblicas, la pregunta obligada es quién ha ganado… si se pudiera hablar en términos amorales de los últimos dos años, en concreto.
Los analistas medio orientales pronuncian a Israel como el perdedor moral. El país que despertaba la simpatía, la compresión o, en países como Alemania, un permanente complejo de culpa causado por la II Guerra Mundial con el genocidio de millones de víctimas judías en las cámaras de gas nazis. El holocausto. Ese dudoso "patrimonio" de víctimas ha acusado un enorme revés desde el 7 de septiembre de 2023. Desde la respuesta militar indiscriminada israelí en la Franja de la que habían partido los terroristas de grupos radicales palestinos, empezando por Hamás, el Movimiento de Resistencia Islámica.
1.200 israelíes asesinados después; más de 67.000 palestinos en Gaza, la mayoría civiles, víctimas de bombardeos o de la hambruna provocada por los asediadores después; la Franja reducida a un cúmulo de ruinas después; la mayor polarización subrayando las posiciones más radicales en ambas sociedades, la israelí y la palestina, después; la gran cuestión es qué se puede construir a partir de ahora, y sobre qué base.
Como admitió el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en el reciente y famoso discurso sobre su país convertido en una "Súper Esparta", Israel aparece más aislado que nunca. Por poner sólo un ejemplo, el Fondo Soberano Noruego ha retirado inversiones por un valor de unos dos billones de dólares, gran parte en cinco bancos israelíes.
Pero la mayor pérdida, sin embargo, es el cambio de la opinión pública occidental, empezando por el apoyo a Israel de los mismos judíos norteamericanos. El 48% se opone a las políticas israelíes, comparados con el 46% que las apoyan. El 68% ven de manera negativa el liderazgo de Netanyahu. En cuanto a los ciudadanos norteamericanos, solo el 32% apoya a Israel, contra el 60% que no lo hace. A esto ha estado aludiendo el propio presidente norteamericano en los últimos días previos a la presentación de su plan de paz.
Riqueza, listas y líneas rojas
La exhausta población de Gaza, la patria del Samsón de la Biblia, puede pensar en un statu quo ante, la vida antes del 7 de octubre de 2023, imposible, o al menos no será posible por un largo tiempo. Las cuestiones más candentes del conflicto siguen sobre la mesa: los dos Estados, el estatus definitivo de Jerusalén, los refugiados, los recursos hídricos o, vital: la reconstrucción, la seguridad, y la explotación de los inmensos recursos del gas bajo las aguas del litoral de Gaza. Una riqueza que convierte potencialmente Gaza en una especie de Singapur del Mediterráneo.
Es el momento de las listas de rehenes y prisioneros, de las líneas rojas de Israel y de Hamás. Israel quiere la liberación de los 48 rehenes cautivos desde el 7 de octubre de 2023 en Gaza. De ellos, vivirían todavía una veintena. Hamás dice que no tiene acceso a los restos de los ya fallecidos. Y reclama de Israel la liberación de unos 2.000 presos palestinos en las cárceles israelíes, de un total de unos 10.000. Además de los restos de los líderes del grupo islamista, los hermanos Yahya y Mohamed Sinwar.
El primero de la lista de los palestinos vivos es Marwan Barghouti, conocido como el 'Mandela palestino', encarcelado desde septiembre de 2003, cumpliendo repetidas condenas a cadena perpetua por asesinatos cometidos durante la Segunda Intifada.
Conocí y entrevisté en repetidas ocasiones a Barghouti entre 2000 y 2003, lo mismo que a Netanyahu. Barghouti, miembro de la OLP, la Organización para la Liberación de Palestina, tenía en sus manos el "funcionamiento" de la Segunda Intifada, desde el mismo día de su inicio, como pude ver en la esquina de Ramala conocida como del 5 Stones Hotel, -el hotel de cinco piedras-, por todas las que volaban desde el lado palestino al de los blindados israelíes.
En 2006, Barghouti, desde la cárcel, propulsó la famosa Declaración de los Detenidos Políticos Palestinos, suscrita por todos los grupos, incluyendo a Hamás, donde se dice claramente que Palestina se asentará en las fronteras de 1967, y declara que la resistencia armada está prohibida fuera de los territorios palestinos para asegurar iniciativas retomando el proceso y las negociaciones de paz. Se hace en ella una llamada a la unidad y a dejar todos los civiles al margen de las acciones armadas.
El hecho de que fuera aprobada por el Frente de Liberación, la Yihad Islámica, o el Movimiento de Resistencia Islámico, sitúan a Barghouti en una figura super partes, la salida política más allá de la Autoridad Nacional Palestina de Mahmud Abás, quien vive la mayor parte del tiempo en Amán, Jordania, no en Ramala, Cisjordania, donde no se celebran elecciones desde hace casi 20 años.
Hamás le ha excluido de sus propuestas para la paz, lo mismo que a Tony Blair, el propuesto virrey de Gaza, que seguiría teniendo su base de operaciones en El Cairo, un infausto recuerdo de los tiempos coloniales británicos en Palestina.
Arab Barghouti, su hijo pequeño, contaba a RTVE que aspira a convertir Ramala en un hub tecnológico. Un futuro de paz que se suma a los deseos de la reserva moral israelí como la personificada por el escritor David Grossman, quien también califica como genocidio el que Israel ha llevado a cabo en Gaza.
En los próximos días se dilucidará si Marwan Barghouti va a ser finalmente liberado, un momento que podría repetir el efecto de la salida de Nelson Mandela de su prisión en Sudáfrica. De momento, Israel ha descartado esta opción. Como Mandela entonces, el Barghouti de ahora ya no es el joven rechoncho y socarrón que entró en la cárcel, más bien un delgado y canoso personaje con un carisma tan preocupante para los israelíes que parecen por ello excluirle de la lista de los primeros palestinos liberados. Pero por el que pasaría la apuesta por el día después al estallido de la paz..