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El Supremo de Brasil promete juzgar a Bolsonaro y otros acusados por el golpe de Estado pese a la presión de Trump

  • El instructor del proceso por golpismo defiende que las instituciones "son fuertes" y carga contra los "pseudopatriotas"
  • La Administración de Trump ha revocado el visado a ocho de los jueces brasileños y ha impuesto sanciones al país
El Supremo de Brasil promete juzgar a Bolsonaro y otros acusados por el golpe de Estado pese a la presión de Trump
El Tribunal Supremo de Brasil este viernes 1 de agosto RETUERS/Adriano Machado
RTVE.es/AGENCIAS

La Corte Suprema de Brasil ha rechazado este viernes las "interferencias" del Gobierno de Donald Trump y ha garantizado que juzgará de manera "imparcial" al expresidente Jair Bolsonaro y al resto de acusados por intento de golpe antes de terminar el año.

Los 11 magistrados de la máxima instancia judicial del país han vuelto a sus trabajos, tras el receso de julio, en plena tormenta por las sanciones impuestas por el Ejecutivo de Estados Unidos en represalia por el proceso judicial en curso contra el líder ultraderechista.

"Todos los acusados serán juzgados con base en las pruebas producidas, sin ningún tipo de interferencia, venga de donde venga", ha asegurado el presidente del Supremo, Luís Roberto Barroso, en una sesión de la Corte en Brasilia en la que ha reivindicado la independencia del Poder Judicial.

EE.UU. anunció sanciones por "politizar" el proceso judicial

Jair Bolsonaro está acusado de conspirar con colaboradores cercanos y algunos altos mandos militares para mantenerse en el poder a pesar de su derrota en las elecciones de 2022, ganadas por el líder de la izquierda Luiz Inácio Lula da Silva, en el poder desde 2023. Por ello, el líder ultraderechista se enfrenta a una posible pena de entre 12 y 40 años de prisión.

La Administración de Trump, en su cruzada para defender a Bolsonaro de lo que ha denominado como una "caza de brujas", ha revocado el visado a ocho de los jueces del Supremo, entre ellos a Alexandre de Moraes, instructor del proceso por golpismo.

La Administración estadounidense acusó a este magistrado de ser "responsable de una campaña opresiva de censura, detenciones arbitrarias que violan los derechos humanos y procesos judiciales politizados, incluso contra Bolsonaro".

En una segunda embestida, el Departamento del Tesoro encuadró a De Moraes en la ley Magnitsky, que autoriza al Gobierno a sancionar a ciudadanos extranjeros implicados en actos de corrupción o violaciones a los derechos humanos, y que le permite congelar los bienes y propiedades que tengan en EE.UU., entre otras restricciones.

El juicio a Bolsonaro, cuya fase oral está prevista para septiembre u octubre, también le sirvió de excusa a Trump para decretar un arancel del 50% a parte de las importaciones brasileñas.

Ante esto, Barroso ha iniciado la sesión plenaria señalando que "no todos entienden los riesgos que ha tomado el país y la importancia de actuar con firmeza y rigor, siempre dentro del debido proceso legal", trasladando su apoyo al juez instructor.

De Moraes carga contra los "pseudopatriotas"

De Moraes, también presente en el pleno de este viernes, se ha expresado por primera vez tras la ofensiva de Trump. Ha afirmado que va a "ignorar" las sanciones aplicadas y a continuar trabajando en el caso del intento de golpe como hasta ahora, sin ceder ante "las amenazas".

"Juzgaremos a todos los responsables, absolviendo a quienes no tengan pruebas en su contra, condenando a quienes las tengan, pero juzgando, ejerciendo nuestra función judicial y sin acobardarnos ante amenazas, vengan de aquí o de cualquier otro lugar", ha dicho el juez, enemigo número uno del bolsonarismo.

El magistrado no ha citado de manera explícita a ningún investigado, pero ha arremetido duramente contra los "brasileños pseudopatriotas" que buscan, de forma "cobarde" y "traicionera", "someter el funcionamiento del Supremo" al criterio de "un Estado extranjero".

Una alusión velada al diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente y que se encuentra desde hace cinco meses en EE. UU. con el apoyo financiero de su padre. El legislador, que también está siendo investigado, ha reconocido con orgullo que se ha reunido con representantes de la Casa Blanca en busca de sanciones para el Supremo brasileño y para su país con la intención de ayudar a su padre judicialmente.

En opinión de De Moraes, esos "pseudopatriotas" pretenden crear una grave crisis económica en Brasil para que haya una presión política y social contra la justicia, a fin de materializar el archivo "tiránico" de la causa por golpismo.

Defiende que "las instituciones brasileñas son fuertes y sólidas"

Sin embargo, el juez ha defendido con énfasis la transparencia del proceso, que se desarrolla de forma "absolutamente pública". "Y digo sin miedo a equivocarme, no hay y no hubo en el mundo una acción penal con tanta transparencia y publicidad como esta acción penal. Ningún país retransmite interrogatorios para que toda la prensa y la sociedad los acompañe", ha añadido.

Ha reivindicado así "el coraje" del Supremo, que "no aceptará coacciones o tentativas de nuevos golpes de Estado, como ocurrió el 8 de enero de 2023", cuando miles de bolsonaristas vandalizaron los tres poderes para incentivar una intervención militar contra al presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

El magistrado ha denunciado también amenazas a autoridades brasileñas y a sus familias, frente a lo cual ha insistido en que el Supremo "no se doblegará". "Se engañan esa organización criminal miliciana y aquellos brasileños fugitivos del territorio nacional, si esperan debilidad" porque "las instituciones brasileñas son fuertes y sólidas", ha añadido.

Por su parte, el fiscal general de Brasil, Paulo Gonet, autor de la denuncia contra Bolsonaro y quien también ha participado en la sesión de este viernes, ha expresado su solidaridad a De Moraes por las sanciones de Washington, que ha calificado de "asombrosas" e "inconcebibles".