Reed Brody, abogado: "Netanyahu hace lo que hace con la complicidad de EE.UU. y Europa"
- El exasesor de HRW detalla en su libro 'Atrapar a un dictador' cómo llevó a juicio al dictador chadiano Hissene Habré
- La Corte Penal Internacional emitió una orden de detención contra Netanyahu en 2024 por crímenes de guerra
Desde que tomó posesión, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha mostrado como el mejor aliado que Israel puede tener en la Casa Blanca. Su Administración ha aprobado hasta ahora el envío de 12.000 millones de dólares en ayuda militar a Israel, siendo una ayuda esencial para la campaña militar del primer ministro, Benjamín Netanyahu, en Gaza, en la que el Ejército israelí ha matado a más de 57.700 palestinos y que ha dejado ese territorio palestino en ruinas.
La Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de detención contra Netanyahu por crímenes de guerra en Gaza en 2024, pero hasta ahora no se ha ejecutado.
La mayoría de países europeos ha prometido cumplir sus obligaciones y detener a Netanyahu si pisa su territorio, pero se han negado a hacerlo naciones como Francia, Alemania, Italia, Polonia o Hungría. Una postura que contrasta con la asumida con la orden de detención contra el presidente de Rusia, Vladímir Putin, contra quien la CPI ha presentado cargos por crímenes de guerra en Ucrania por la deportación ilegal de niños.
Reed Brody, un abogado comprometido con los derechos humanos e hijo de un judío húngaro que sobrevivió a los campos de trabajo en Alemania, detalla en su libro 'Atrapar a un dictador' cómo acorraló y llevó a juicio a Hissene Habré, el dictador chadiano cuyo régimen dejó cerca de 40.000 asesinatos.
Es miembro del Grupo de expertos en derechos humanos sobre Nicaragua (GHREN) de Naciones Unidas, que investiga las presuntas violaciones y abusos de los derechos humanos cometidos en Nicaragua desde abril de 2018. También ha sido asesor jurídico y portavoz de la organización Human Rights Watch (HRW) durante dos décadas.
Brody ha participado recientemente en la solicitud ante la CPI para que investigue la complicidad de la Administración del expresidente estadounidense Joe Biden con crímenes de guerra y de lesa humanidad israelíes en Gaza.
PREGUNTA: En su libro habla sobre cómo fue la persecución y el juicio que condenó a Hissene Habré desde dentro. Su caso puede ser una lección de que hasta los tiranos más poderosos pueden ser llevados ante la justicia. Por primera vez en sus más de 20 años de historia, la CPI ha acusado a un aliado de Estados Unidos. ¿Hay alguna posibilidad real de que Benjamín Netanyahu sea juzgado por la CPI?
RESPUESTA: En sus 23 años, la Corte Penal Internacional no ha podido condenar a ningún responsable estatal a ningún nivel en ninguna parte del mundo porque no ha podido capturarlos y ese es el caso tanto de Benjamín Netanyahu como de Vladímir Putin, que andan fugitivos de la justicia. Lo grave es que todos los países occidentales dicen que si Putin pisa su territorio sería detenido, pero con Netanyahu hay matices. Netanyahu puede hacer lo que hace con la complicidad, sobre todo de Estados Unidos, pero también de Europa. Es el momento de estar más firme y apoyar la intervención internacional y el derecho que dice que Israel no puede continuar cometiendo crímenes.
P: ¿Las violaciones de derechos humanos en Gaza tienen algún elemento en común o son comparables con las que se llevaron a cabo durante el régimen de Hissene Habré?
R: Cada situación es distinta. El factor común es la impunidad. Habré mató a 40.000 personas con el apoyo de Estados Unidos y de Francia. Israel está matando al pueblo de Gaza con la complicidad de Estados Unidos y otras potencias occidentales. Tenemos en común la impunidad y la complicidad de otros países.
P: Usted forma parte de la organización que ha acusado a Joe Biden ante la Corte de La Haya por complicidad con crímenes de guerra y de lesa humanidad israelíes en Gaza. ¿Hasta qué punto es responsable el Gobierno de Estados Unidos de los crímenes de guerra que, según muchas ONG, se están cometiendo en Gaza?
R: Las bombas que Israel lanzó contra hospitales, escuelas y casas gazatíes eran bombas americanas que Joe Biden y los otros aprobaron. La campaña de exterminación contra el pueblo de Gaza se llevó a cabo con el apoyo político de Biden y los otros responsables que sabían lo que Israel hacía. Eso lo hace cómplice. Es como si un pistolero está de matanza y va a una tienda de armas y pide más armas al dueño, que sabe lo que está haciendo. Le dice al pistolero que tenga cuidado con cómo las utiliza, pero se las da. El dueño de la tienda de armas es cómplice a partir del momento que saben que su apoyo político, militar y financiero está utilizado para cometer crímenes.
P: ¿Por qué la Corte Penal Internacional aparentemente funciona para líderes africanos, pero no para líderes de países del llamado "primer mundo"?
R: En toda la historia de la justicia internacional los instrumentos han sido utilizados o contra enemigos derrotados, como en los juicios de Núremberg -donde se juzgó a los alemanes, pero no a los americanos por el bombardeo de las ciudades alemanas-, en Tokio -donde se juzgó a Japón por la esclavitud sexual, por todas las barbaridades, pero no a los americanos por Hiroshima y Nagasaki- y más recientemente han utilizado los instrumentos contra enemigos de Occidente como Slobodan Milosevic o Vladímir Putin. A partir del momento en el que, por primera vez, la Corte Penal Internacional emite una orden contra un aliado de Occidente, de repente hay sanciones de Estados Unidos que imponen un peligro existencial para la Corte Penal Internacional. Hay cinco países europeos -Alemania, Polonia, Italia, Francia y Hungría-, que dicen que si Netanyahu, furtivo de la justicia, pisa su territorio, no está seguro que sería detenido. No podemos decir una cosa para Putin y otra para Netanyahu.
P: ¿Cuál diría que es el principal punto débil de la Corte Penal Internacional? Si no se consigue juzgar a nadie por lo que está pasando en Gaza y en Ucrania, ¿la Corte Penal Internacional perderá peso y estará condenada a ser ignorada o incluso a desaparecer?
R: La debilidad de la Corte Penal Internacional es que no tiene Policía. No tiene cómo capturar a Netanyahu ni a Putin. Tiene el mérito de existir y de expresar el compromiso a veces de la comunidad Internacional con la justicia. También la presión que la Corte Penal Internacional hace que en muchos países, como en el caso africano de Habré, actúen por presión internacional. La diferencia es que antes todo el mundo mataba, cometía crímenes y era normal. Ahora es aberrante porque la comunidad internacional repugna las atrocidades. Se siguen cometiendo, pero se consideran contra las normas internacionales. Esto es un arma de la sociedad civil para reclamar justicia.
P: También lleva décadas investigando las violaciones de los derechos humanos en Nicaragua. ¿Hay alguna posibilidad de que cambien las cosas en el país y de que se respeten los derechos humanos y vuelva la democracia? ¿O la dinastía de Daniel Ortega va para largo?
R: La tragedia de Nicaragua es que había una gran esperanza en los años 80. Pero Daniel Ortega, una persona que se alzó contra una dictadura familiar, ahora está fabricando la suya con su mujer de copresidenta. Es un país donde ya no existe espacio civil. Es un país de vigilancia y de silencio impuesto para quienes viven en Nicaragua y quienes se oponen o están en sospecha de oponer, tienen que enfrentarse al exilio y la desnacionalización. Desde mi grupo de investigación de Naciones Unidas hemos acusado de Daniel Ortega y Rosario Murillo de crímenes de lesa humanidad. El problema es que es un país olvidado, que mientras tenemos Ucrania, Gaza y Sudán, la comunidad internacional olvida Nicaragua. No hay otro país en el mundo que utiliza la privación de la nacionalidad arbitraria por razones políticas como Nicaragua.
P: A usted se le conoce como el "cazador de dictadores". ¿Qué diría que tienen en común dictadores o líderes autoritarios como Habré, Ortega, Putin y Netanyahu?
R: Y Donald Trump. Yo creo que es un afán de sobrepasar los límites, un irrespeto para los contrapoderes, para las reglas constitucionales y en cada instancia es el pueblo el que tiene que resistir. Ahora estamos viendo en Estados Unidos un aspirante a dictador que no conoce límites, que está tratando de ver hasta dónde puede llegar y está utilizando todos los recursos del Gobierno federal para doblegar a quien le dice que no, ya sea a una universidad como Harvard o bufetes de abogados. Es muy importante ahora que la gente resista, que se una para decir no, porque él solamente conoce la fuerza.
“"Estamos viendo en Estados Unidos un aspirante a dictador"“
P: ¿Tiene Donald Trump alguno de los rasgos de estos líderes autoritarios? ¿Se puede comparar a Trump con algunos de ellos?
R: En realidad, Donald Trump pretende "Make America Great Again (hacer grande a América de nuevo)", pero está destruyendo todo lo que en realidad hace grande a Estados Unidos: las universidades, la innovación, la ciencia, la cultura... Es triste pensar que hace 30 años Ronald Reagan dijo que la gran diferencia de Estados Unidos con otros países es que uno puede ir a España, pero no va a ser español. Uno puede ir a Francia, pero no será francés. Pero cualquier persona puede llegar a Estados Unidos y ser un americano y contribuir al país que es Estados Unidos. Ahora es lo contrario. Todos los científicos se están yendo de Estados Unidos y va a costar años reconstruir lo que hace realmente la grandeza de Estados Unidos.