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"Nos manifestamos por los que no pueden": el orgullo LGTBIQ+ en Madrid alerta contra el "retroceso" en derechos

Casi dos millones de personas reivindican los derechos LGTBIQ+ durante la marcha del Orgullo
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Pasado, presente y futuro se han conjugado a la vez en la marcha estatal del Orgullo LGTBIQ+, celebrada este sábado en Madrid. Miles de personas, cerca de un millón según sus organizadores, han recorrido las calles del centro de la capital rememorando que este 2025 se cumplen dos décadas de la aprobación del matrimonio igualitario. Entre ellos, solo dos representantes del Gobierno han estado en la cabecera de la manifestación: la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y la ministra de Sanidad, Mónica García. La gran ausente ha sido la ministra de Igualdad, Ana Redondo.

Bajo el lema "20 años avanzando en derechos: ni un paso atrás", los manifestantes han celebrado este hito que convirtió a España en uno de los países a la vanguardia de los derechos LGTBIQ+, pero han recordado que queda mucho por hacer, especialmente en el momento de "retroceso" y "odio" contra el colectivo que se vive a nivel global.

Así lo han señalado los representantes de organizaciones que convocan la marcha, la Federación Estatal LGTBI+ y COGAM. La presidenta de FELGTBI+, Paula Iglesias, ha recordado que, desde que se aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo, el apoyo hacia el colectivo no ha dejado de crecer. "Frente a quienes nos quieren hacer creer que somos una minoría amenazante, lo cierto es que somos una mayoría de la sociedad española la que cree en la diversidad, en la igualdad y en el respeto", ha reivindicado en declaraciones a los medios al inicio de la marcha, en la que han participado unos 100 colectivos y 47 carrozas.

Mientras, el presidente de COGAM, Ronny de la Cruz, ha denunciado la "ola reaccionaria de odio" que recorre el mundo y que "está creciendo año tras año". Ha citado las políticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que en sus primeros decretos ordenó eliminar las políticas de diversidad e inclusión en las instituciones públicas, o las de Javier Milei en Argentina. "Gobiernos que nos quieren en el armario, ocultas e invisibles".

Pero al mismo tiempo que crece esta ola, crece también la respuesta de la sociedad civil, ha subrayado. Es lo que se vio en el Orgullo de Budapest, donde miles de personas desafiaron la prohibición de manifestarse del primer ministro Víktor Orbán. "Le pasó por encima el arcoíris y tuvo que tragarse sus palabras y sus prohibiciones".

Mucho por hacer más allá del matrimonio igualitario

El Orgullo de Budapest ha estado presente en forma de banderas de Hungría y pancartas. Muchos manifestantes han mostrado su temor a que las políticas contra el colectivo LGTBI+ de Orbán o de Trump lleguen también a España. "No podemos dar un paso atrás, tenemos que defendernos del odio, que nos pone en el punto de mira, de todo lo que se viene encima con la derecha y la extrema derecha", señala a RTVE.es Miguel del Olmo, director de la asociación In Género, dedicada a la atención de víctimas de trata y prostitución, un colectivo en el que hay una gran proporción de mujeres trans.

Dos décadas después del hito del matrimonio igualitario, quedan muchas tareas por hacer, como desarrollar plenamente leyes ya aprobadas como la ley trans, o la ley LGTBI+, reclama. Los convocantes también han pedido un pacto de Estado contra los discursos de odio o erradicar el "sexilio": "que nadie tenga que huir de su tierra para poder ser quien es", ha apuntado Iglesias.

Aunque hayan pasado 20 años de aquel avance, el discurso "no ha calado tanto como tendría que haberlo hecho ", añade Ángeles, participante en la manifestación. Coincide con otros manifestantes en que la visibilidad es mayor para los hombres gays, pero no así para otras letras del colectivo, como las lesbianas. "Falta visibilidad lésbica", subraya.

Ocurre también con las personas trans, en el ojo del huracán con leyes en su contra en Estados Unidos y también en España. En Cantabria, recientemente, el Parlamento autonómico pidió excluir con los votos de PP, PRC y Vox a las mujeres trans de las competiciones deportivas femeninas. Violeta, manifestante trans, cree que "estamos retrocediendo", y por eso "es tan importante celebrar el orgullo año tras año, para que lo ganado no se pierda y al contrario, ganemos más terreno". "Estamos aquí para demostrar al mundo lo alegres, creativas y bonitas que somos", apunta.

Igualdad legal, pero aún víctimas de agresiones y discriminación

Puede que en el plano legal gays, lesbianas, bisexuales y personas trans tengan el mismo reconocimiento que los heterosexuales, pero eso no libra al colectivo de sufrir violencia y discriminación en su día a día. "Aunque parece un ambiente festivo, que lo es, nos manifestamos porque todavía no tienen todos los derechos", explica Pilar, madre de un chico trans y de una persona no binaria.

"Queda pendiente que cuando vayan por la calle las personas LGTBIQ+ no se sientan agredidas, que no se tengan que esconder en el trabajo, o a la hora de conseguir un piso", afirma, y recuerda que las agresiones homófobas han ido en aumento en el último año. Ella forma parte de la Asociación de Familias contra la Intolerancia X Género, formada por padres y madres de miembros del colectivo. "En el seno familiar es donde tiene que nacer la comprensión", recuerda.

Y como son muchos los que siguen en el armario, hay manifestantes que están aquí por ellos. "Para reconocer a todas esas personas que aún no se sienten libres de venir a estos espacios", señala Viviana, una joven que acude por primera vez a esta marcha. "Nos manifestamos por los que no pueden", recuerda una pancarta.

"Gracias a que es más visible he podido salir del armario"

También es la primera vez para Héctor, de 21 años, que viene de un pequeño pueblo de Valencia y se reconoce algo "nervioso". "Allí esto no se celebra", dice. Junto a él, su amiga Alejandra, de 24, quien sí que viene cada año, desde que era pequeña. "He crecido en este ambiente, te sientes como en casa".

Ambos se han criado en un país muy distinto al de sus padres. Para ellos, el matrimonio entre personas del mismo sexo siempre ha sido una realidad, y manifestaciones como el Orgullo forman parte de la normalidad. "Gracias a que es más visible he podido darme cuenta que es normal ser así, he podido salir del armario", señala.

Aunque reconocen el valor de este evento, algunos también plantean sus críticas, desde dentro, al Orgullo. "Tendría que ir más hacia otros espacios como los orgullos rurales, hacia los barrios, fuera del centro, allí puedes hacer más impacto", apunta Isa, una joven bisexual que acude tanto a esta manifestación como a otras alternativas como el Orgullo Crítico de Madrid.

"Se supone que es un espacio para todas las letras del colectivo, pero no nos acoge a todas, está más enfocado a los hombres gays, como se ve en las carrozas, y sorprende que no haya evolucionado con los años teniendo en cuenta el cambio de la sociedad y del colectivo", señala por su parte Teresa, también bisexual.

La marcha, que durante cerca de tres horas ha hecho el trayecto entre Atocha y la plaza de Colón, vuelve a ser una de las movilizaciones LGTBIQ+ más multitudinarias de Europa, según sus organizadores. Un evento festivo, pero también de memoria y reivindicación, más aún cuando países de la Unión Europea como Hungría prohíben este tipo de manifestaciones, han recalcado.