Estados Unidos y China avanzan en los términos del acuerdo comercial alcanzado a principios de junio en Londres
- Tierras raras y semiconductores, en el centro del acuerdo firmado entre ambas potencias
- Washington también afirma que están a punto de llegar más acuerdos con socios comerciales
China y Estados Unidos ya han acordado los términos del acuerdo que firmaron en su última ronda de negociaciones, celebrada en Londres. En este sentido, el Ministerio chino de Comercio ha afirmado este viernes que "revisará y aprobará" las solicitudes de exportación de bienes restringidos, como las tierras raras, "que cumplan con las condiciones con arreglo a la ley".
"Tras las negociaciones en Londres, los equipos de China y EE.UU. mantuvieron una comunicación cercana", ha indicado un portavoz de dicho ministerio chino a través de comunicado divulgado en su página web. Además, ha explicado que "recientemente, con aprobación, ambas partes confirmaron los detalles del acuerdo".
Las tierras raras son minerales clave para sectores como defensa o automoción y cuya producción controla el país asiático, que impuso restricciones a su venta al extranjero a principios de abril.
El compromiso de EE.UU.
Por su parte, el Ministerio de Comercio chino ha afirmado que "EE.UU. cancelará una serie de medidas restrictivas que tomó contra China", sin ofrecer detalles al respecto.
A su vez, el comunicado ha expresado que ambos países esperan encontrar un término medio para cumplir con los consensos alcanzados por los jefes de Estado el pasado 5 de junio. Esta mención hace referencia a la llamada que mantuvieron Donald Trump y Xi Jinping, que consiguió desbloquear la situación y habilitó a que representantes comerciales de ambas potencias se reuniesen en Londres.
Así, China ha confirmado las declaraciones que Trump efectuó este jueves, en las que reveló que EE.UU. había firmado el acuerdo con China un día antes, aunque sin ofrecer detalles al respecto.
Aranceles, tregua y acusaciones
No obstante, a mediados de junio, tras las dos jornadas de negociación en la capital británica, el líder republicano apuntó que el acuerdo incluye un arancel estadounidense del 55% a productos chinos y otro del 10% a los bienes del país norteamericano por parte de Pekín.
El entendimiento de Londres suponía el establecimiento de un marco de trabajo que implementase el "consenso" alcanzado por Xi y Trump en la mencionada llamada, aunque estaba pendiente precisamente de que ambos líderes diesen su visto bueno definitivo.
Esa ronda de negociaciones buscó rebajar las tensiones entre ambas potencias después de que se acusaran mutuamente de incumplir el acuerdo alcanzado en Ginebra (Suiza) en mayo, que dio comienzo a una tregua comercial de 90 días. Según lo establecido en esta primera ronda de negociaciones, China reduciría del 125% al 10% sus aranceles a productos estadounidenses mientras que EE.UU. haría lo propio del 145% al 30 para los bienes chinos.
China había denunciado que EE.UU. había incumplido esa tregua al restringir la exportación de chips de inteligencia artificial (IA), suspender ventas de semiconductores o amenazar con revocar visados para estudiantes chinos. Por su parte, Washington consideraba que Pekín no honraba el pacto por las mencionadas limitaciones a las exportaciones de tierras raras.
Más acuerdos comerciales
Además, el presidente estadounidense también afirmó que su Gobierno está "teniendo grandes ofertas" de otros países. El jueves, después de comunicar la firma del acuerdo con China, explicó que el siguiente país con el que podrían llegar a un pacto es con la India. "Tenemos uno en camino, quizás con India, muy grande", ha señalado.
Asimismo, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, ha anunciado que el Gobierno estadounidense está cerca de alcanzar acuerdos sobre aranceles con otros diez socios comerciales. "Vamos a hacer los diez mejores acuerdos, ponerlos en la categoría correcta, y luego estos otros países irán detrás", ha explicado, sin precisar cuáles son esos estados.
Tras su regreso a la Casa Blanca, Trump ha intensificado significativamente la guerra comercial entre las dos mayores potencias económicas del mundo, y con el resto de países del mundo, que él mismo había iniciado en 2018.