El eco del mensaje de paz y unión de Francisco resuena en su funeral: "Abrió a todos las puertas de la Iglesia"
- Miles de fieles han inundado las calles de Roma para seguir el cortejo fúnebre de Francisco
- DIRECTO: funeral del papa Francisco, misa en San Pedro, cortejo fúnebre en Roma y entierro
Dentro y fuera de las columnas de la plaza de San Pedro, miles de fieles han seguido el funeral del papa con una emoción contenida, que solo se ha roto para aplaudir en momentos de especial significado. La melodía cautivadora del cantoral litúrgico se ha visto interrumpida por esos aplausos con la aparición y la salida del féretro de Francisco del sácrato de la plaza, pero también con las menciones durante la homilía a sus esfuerzos por la paz y por crear una Iglesia madre, abierta y acogedora.
Fieles de todos los rincones del mundo —muchos ya estaban en Roma al ser este 2025 año de jubileo— han madrugado este 26 de abril para vivir de cerca las exequias de Jorge Bergoglio, el primer papa latinoamericano de la historia, y han inundado desde primeras horas la plaza San Pedro y calles adyacentes, para no perder detalle, desde pantallas gigantes habilitadas en varios puntos, de todo el rito funerario de Francisco.
"No hizo grandes cambios en la parte dogmática, pero sí cambió las formas y el mensaje. Nos trasladó que todos somos hijos de Dios. Abrió a todos las puertas de la Iglesia y se acercó a colectivos que antes se habían sentido discriminadas por ella. Entró de lleno en las periferias, no solo geográficas, también sociales", afirma a RTVE.es Hugo Almada, que ha viajado a Italia junto a su esposa Cristina desde Córdoba (Argentina), porque no podían perderse el funeral del primer pontífice argentino.
Ambos se sienten honrados de poder asistir a este "evento histórico" y creen que es "obra de la providencia" haber tenido la oportunidad de llegar a tiempo para las exequias papales. Hugo aún recuerda con mucha emoción ese 13 de marzo de 2013, cuando el entonces cardenal argentino Jorge Bergoglio salió al balcón de la Basílica de San Pedro rebautizado como papa Francisco. "Salí corriendo a tocar las campanas de nuestra parroquia, Nuestra Señora del Rosario, en Córdoba", rememora Hugo, que pasa en segundos de las lágrimas de emoción a las risas, mientras se protege del feroz sol cubriéndose la cabeza con la bandera argentina. La labor de Bergoglio "con las periferias y los más humildes" y sus "formas austeras" que tanto han llamado la atención del mundo ya eran de sobra conocidas para los católicos argentinos, asegura orgulloso.
"Como católicos, nos sentimos privilegiados de haber tenido un papa argentino. Vino desde el fin del mundo, como él mismo dijo, para abrir nuestra Iglesia a todo el mundo, para que no mirara tanto a Europa. Gracias a él, la Iglesia católica es hoy más universal", señala Cristina. "Hasta nuestro presidente, Javier Milei, que fue en el pasado muy crítico con Francisco, ha tenido que reconocer que es el argentino más importante de la historia", subraya.
Desde Buenos Aires aterrizó en Roma hace 20 días la también argentina Gloria Jiménez, en un peregrinaje que culminaba este domingo con la canonización de Carlo Acutis, cancelada por el fallecimiento del papa. "Estábamos aquí visitando la Iglesia de Nuestra Señora de Loreto cuando nos dijeron que el papa se había muerto. Sentí una tristeza enorme, pero también la gracia de poder venir a despedirlo y ser aquí representantes de nuestra querida Argentina", indica.
La homilía recuerda su labor por la paz
Gloria está muy emocionada, no puede contener las lágrimas durante la "bellísima" homilía a cargo del decano del colegio cardenalicio, el cardenal Giovanni Battista Re, quien, parafraseando a Francisco, ha instado a "construir puentes y no muros". "Frente al estallido de tantas guerras en estos años, con horrores inhumanos e innumerables muertos y destrucciones, el papa Francisco elevó incesantemente su voz implorando la paz e invitando a la negociación honesta", ha rezado desde el púlpito de la plaza en otro de los momentos que han arrancado los aplausos de la multitud.
La misa ha comenzado puntual a las 10.00 y se ha prolongado durante más de dos horas, cuando han sonado las campanas por Francisco. Según el Vaticano, unas 250.000 personas se han congregado allí para seguir la misa, y otras 150.000 se han desplegado a lo largo del cortejo fúnebre para darle su último adiós. Para acompañar el evento, un dispositivo de seguridad a la altura: más de 11.000 agentes desplegados en toda la ciudad, más de 200 solo dentro de la plaza; además de 3.000 voluntarios para atender a los fieles y vigilar la buena marcha de este acontecimiento histórico.
En sus últimos años de papado, Francisco llamó a la paz en Oriente Medio, especialmente en los últimos meses ante la virulencia de la guerra en Gaza; pero también intercedió por el fin del conflicto en Ucrania. Su funeral ha servido para que el mandatario estadounidense, Donald Trump, y el ucraniano, Volodímir Zelenski, se hayan sentado cara a cara en la misma basílica después del áspero encuentro que mantuvieron por última vez en febrero en la Casa Blanca. Una imagen que ha avivado las esperanzas de paz con Rusia.
A Gloria se le atropellan las palabras al describir cómo se siente y toma aire. No es la única emocionada, la unidad de psicólogos de los servicios de emergencia que se ha instalado en el entorno de la Plaza de San Pedro ha tenido que atender a unas 20 personas por ataques de ansiedad durante las exequias. La emoción está a flor de piel. "Francisco para mí era sencillez, humildad, amor, entrega, acogida, en definitiva, un ejemplo. Se ganó al mundo entero porque se abrió a todos", asevera Gloria, que reparte entre los asistentes estampas que reflejan una aparición mariana en Argentina en 1990.
La argentina Gloria, devota de la Virgen, en el funeral de Francisco Sara Gómez Armas
Gloria también considera "providencial" estar en Roma y haber tenido la oportunidad de asistir a la primera misa de Navidad que este ofició como papa en la Plaza de San Pedro en 2013. "Estuve con él en su inicio y en su final. Siento mucho amor por eso", resume. Como muchos creyentes, considera que la elección del próximo papa será obra del Espíritu Santo: "Será lo que Dios quiera, como Dios quiera y cuando Dios quiera".
El momento más emotivo del funeral, cuando la ovación ha sido más larga y sonora, ha sido cuando los sediarios pontificios —un antiguo cuerpo protocolario formado por un selecto grupo de hombres laicos, romanos, nombrados personalmente por el papa— han cargado al ataúd de madera para introducirlo de nuevo al interior de la basílica, donde esperaba una fila de cardenales. Después, el coche blanco que lo ha transportado, el papamóvil, ha abandonado el Vaticano a través de la puerta trasera del Perugino y ha iniciado el recorrido del cortejo fúnebre escoltado por varios vehículos.
La comitiva ha recorrido mucho más rápido de lo previsto los 6 kilómetros que separan el Vaticano de la Basílica de Santa María la Mayor, donde Francisco decidió en 2022 que sería enterrado, rompiendo una tradición de más de un siglo, ya que sus antecesores yacen en las grutas de San Pedro. Aunque en Santa María la Mayor están enterrados siete papas, el último Clemente IX en 1669. Francisco sentía una gran devoción por este templo, la primera basílica dedicada a la virgen de la cristiandad.
Ceremonia privada e íntima
Un grupo reducido de cardenales y personas cercanas al pontífice ha presenciado la ceremonia privada de inhumación dentro de esa basílica, ubicada en el centro de Roma. Han sido invitadas de honor, por deseo expreso del papa, personas desfavorecidas a las que tanta atención prestó durante su pontificado: pobres, transexuales y un grupo de presos de la cárcel romana de Rebibbia, que han recibido un permiso especial para el sepelio.
Cerca de la capilla donde está su venerado icono mariano bizantino 'Salus Populi Romani', se ha insertado su modesto ataúd de madera, decorado solo con una cruz; en una discreta tumba de mármol blanco de la región italiana de Liguria, de donde procede su familia, con la inscripción de su nombre papal. La basílica abrirá el domingo sus puertas a las 7.00 para que fieles puedan acudir a ver por primera vez su sepulcro, del que hasta ahora solo se han visto unas fotografías difundidas por el Vaticano.
Antes de su llegada a la basílica mariana para el sepelio privado, el cortejo fúnebre ha atravesado lugares emblemáticos del corazón de Roma, como el Castello de Sant Angelo o el Coliseo. Un paso casi fugaz que ha dejado con sabor agridulce a algunos que esperaban tener más tiempo para contemplar el féretro de Francisco.
"Espero que podamos ver algo desde aquí", comenta Iñaki, un español de Barcelona. Ha viajado a Roma con su familia: su mujer Macarena y sus hijos; y con otra familia de amigos, que esperan el cortejo con una gran bandera de España. "Francisco fue un papa muy popular, que ha estado muy cerca de las realidades del extrarradio, con los más vulnerables, con los pobres, con la gente que tenía más necesidad. Por eso ha sido un papa muy querido", relata Macarena. "Ha acogido a todas las realidades en una Iglesia abierta a todos" incide.
Dos familias españolas en el funeral del papa Francisco. Sara Gómez Armas
Su marido señala que, aunque algunos han tergiversado algunos de sus mensajes con posturas más populistas, "el dogma y las bases de la Iglesia no han cambiado". "Fue un papa de los pobres, de las periferias, pero el mensaje sigue siendo muy claro: un papa provida. Eso sigue siendo así y no puede ser de otro modo", subraya.
Ambas familias tuvieron la oportunidad de conocer a Francisco en una audiencia privada en 2014, por el centenario de un movimiento mariano católico al que pertenecen. "Él era también muy de la virgen, mariano, como nosotros", apunta Iñaki. "Fue muy cercano y natural", añade.
Y una vez enterrado el pontífice, Roma se prepara para la imprevisible elección de su sustituto en un cónclave que todavía no ha sido convocado. Eso sí, sus fieles confían en que quien sea elegido continúe la línea de Francisco. "Al final, se trata de seguir el evangelio, las enseñanzas de Jesucristo: amar a todos como yo os he amado hasta entregar la vida. Eso nunca va a cambiar, se llame el papa Francisco o Benedicto XVII", relata Claudia, una murciana que viaja con su hija. "Era muy frontal, muy sincero. Era diferente a la línea anterior de papas", añade Carlos, un mexicano de 27 años que reside en Argentina.