Trump se abre a bajar "sustancialmente" los aranceles a China y Pekín le pide al magnate "respeto" si quiere negociar
- El presidente estadounidense confía en llegar a un acuerdo, aunque avanza que los gravámenes no llegarán a cero
- El gigante asiático afirma que "no desea una guerra comercial", pero "no teme enfrentarla si es necesario"


El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha mostrado dispuesto a "ser muy bueno" con China y buscar la manera de "trabajar juntos", lo que permitiría bajar "sustancialmente" los aranceles a los productos del gigante asiático, aunque sin llegar a cero. Por su parte, Pekín ha señalado que Washington debe "dejar de ejercer presión" y mostrar "respeto" si "realmente" quiere resolver sus disputas comerciales con el país asiático mediante la negociación y el diálogo.
En declaraciones a la prensa, Trump ha admitido que el nivel de aranceles del 145% es muy elevado como resultado de varios elementos, incluyendo la lucha contra el fentanilo, por lo que confía en que finalmente "no será tan alto". "No estará ni cerca de ese nivel", afirma, y añade que "bajará sustancialmente, pero no será cero", ha apuntado el líder estadounidense, para quien China anteriormente estaba engañando a EE.UU.
Según ha adelantado el diario The Wall Street Journal y ha confirmado Reuters, los gravámenes que pesan sobre China descenderían hasta situarse entre el 50% y el 65%.
Así, ha asegurado que "vamos a ser muy buenos con China" y señala que tiene "una excelente relación con el presidente Xi", y ha anticipado que confía en que finalmente Pekín también estará contenta. "Creo que vamos a vivir juntos muy felizmente e idealmente, trabajar juntos. Así que creo que va a funcionar muy bien", ha concluido. El magnate estadounidense sigue así el mismo tono de este martes, cuando ha asegurado que "prepara el terreno" para un potencial acuerdo con Pekín.
La Administración de Trump espera cerrar el próximo mes acuerdos comerciales con la mayoría de países a los que impuso gravámenes, pero la guerra comercial desatada por su agresiva política arancelaria se centra en un pulso con China. Trump aseguró la semana pasada estar hablando con representantes chinos para llegar a un acuerdo con Pekín, pero al otro lado de ese pulso, su homólogo Xi mantiene los aranceles del 125% a Estados Unidos y ha tomado otras medidas, como vetar las entregas de aviones Boeing.
China abre la puerta a negociar, pero pide respeto
China, por su parte, también ha marcado su posición. El portavoz de Exteriores chino, Guo Jiakun, ha insistido en rueda de prensa que "China no desea una guerra comercial" pero que "no teme enfrentarla si es necesario". "Si Estados Unidos sigue queriendo esta guerra arancelaria, China seguirá respondiendo hasta el final. Si quieren negociar, la puerta está abierta. Pero si realmente quieren negociaciones, deben dejar de ejercer máxima presión y apostar por un diálogo basado en la igualdad, el respeto y el beneficio mutuo", ha señalado.
Además, ha subrayado que Washington "no tiene apoyos" en sus disputas arancelarias y que "más y más países se resistirán". Anteriormente, Pekín ha advertido de que no aceptará acuerdos internacionales que se logren "a expensas de sus intereses", todo ello después de que los medios internacionales informaran de que Trump planea presionar a otros países durante sus negociaciones comerciales para que limiten sus intercambios con China.
El presidente chino, Xi Jinping, también se ha referido este miércoles al conflicto arancelario. Ha asegurado que "las guerras comerciales socavan los derechos e intereses legítimos de todos los países" y que "impactan en el orden económico mundial".
Mientras tanto, los analistas chinos creen que las últimas declaraciones de Trump no suponen ningún "progreso sustancial" ni cambios en las negociaciones. "Cuanto más habla, más ansiedad parece tener Estados Unidos. Trump y su equipo están bajo presión, pero China no está mostrando ningún signo de impaciencia", ha señalado al diario 'South China Morning Post' el experto Chen Zhiwu, de la Universidad de Hong Kong.
Reequilibrar el comercio global
Tras las palabras de Trump, el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, ha defendido que su país y China tienen por delante una ocasión importante para reequilibrar sus economías. Además, ha añadido que existe la "oportunidad increíble" de hacerlo juntos en el contexto de un reajuste del sistema global de comercio hacia una mayor equidad.
Además, Bessent ha comentado que ambos países están de acuerdo en que los niveles actuales de aranceles son insostenibles, pero afirma no saber cuándo podrán comenzar las negociaciones.
Sin embargo, el secretario ha señalado que, según datos recientes, la economía china se está alejando aún más del consumo y acercándose a la manufactura. Asegura que el sistema económico chino, con un crecimiento impulsado por las exportaciones manufactureras, "seguirá creando desequilibrios aún más graves" si se mantiene el statu quo.
"Es un modelo insostenible que no sólo perjudica a China, sino al mundo entero", ha argumentado el secretario, que mantiene la tesis de que China necesita cambiar. "Todos saben que necesita cambiar y queremos ayudarla a cambiar porque nosotros también necesitamos un reequilibrio", ha afirmado en este sentido.
Además, ha recordado que tienen ante sí una gran oportunidad: "Si quieren reequilibrar, hagámoslo juntos".
Mensaje a Europa
Bessent también se ha referido a Europa al informe elaborado por el expresidente del Banco Central Europeo Mario Draghi, que identifica varias fuentes de estancamiento y propone una serie de recomendaciones para enderezar la economía europea.
"Los países europeos harían bien en tomar en serio sus recomendaciones", ha subrayado, al destacar que la Unión Europea ya ha dado algunos pasos iniciales, que crean una nueva fuente de demanda global e implican que Europa aumenta sus esfuerzos para satisfacer las necesidades de su economía en materia de seguridad.
"América primero no significa América en solitario", ha defendido Bessent, que ha reclamado una colaboración más profunda basada en el respeto mutuo entre socios comerciales, que permita a EE.UU. asumir un rol de liderazgo más fuerte para restaurar la equidad en el sistema económico internacional.
El miércoles, el Fondo Monetario Internacional (FMI), comunicó a través de un informe que la guerra arancelaria ralentizará el crecimiento económico y tensionará aún más la deuda pública de los estados en todo el mundo.