Los viajes del papa Francisco: una mirada a las "afueras" del mundo
- El papa realizó 47 viajes internacionales y visitó 66 países; aunque viajó a 23 países europeos, nunca estuvo en España
- Fue tan viajero como Juan Pablo II, a pesar de que en 2020 tuvo que cancelar su agenda por la pandemia
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Los viajes de un papa no son como las visitas de los jefes de Estado al uso. Son, en su propia denominación, viajes apostólicos, orientados por un objetivo pastoral. Lo definía así el propio Francisco en una audiencia general en la plaza de San Pedro, en septiembre de 2024: "Se llama viaje apostólico porque no es un viaje de turismo, es un viaje para llevar la Palabra del Señor, para dar a conocer al Señor, y también para conocer las almas de los pueblos".
Francisco cultivó en su pontificado esa vocación evangelizadora propia de su rol de cabeza de la Iglesia católica. Realizó 47 viajes fuera de Italia a 66 países distintos. Principalmente, salió de Roma para viajar por Europa (20 viajes), pero también partió rumbo a Asia en 14 ocasiones, hizo nueve viajes al continente americano y cuatro a África. Con su visita a Papúa Nueva Guinea en 2024 puso el pie por primera vez en Oceanía y logró el hito de haber pisado como papa todos los continentes.
"Peregrino de paz"
¿Cuál ha sido la hoja de ruta que ha marcado los viajes de Francisco en su pontificado? Desde que el cardenal Jorge Mario Bergoglio se convirtió en el papa Francisco y adoptó el nombre del santo de Asís, su interés primero fueron sido los pobres, las minorías -incluidos los católicos, en aquellos países donde otros credos son mayoritarios-. En sus propias palabras, las "periferias", tanto las geográficas como las existenciales.
En sus viajes, Francisco adoptó un enfoque personal, marcando siempre su preferencia por las afueras y el encuentro entre los países y las religiones. Así, en su viaje a Suecia en 2016, la parte central de su agenda consistió en participar en la conmemoración de los 500 años de la reforma luterana, después de haber elogiado a Martín Lutero como "un gran reformador de una Iglesia de privilegiados".
El propósito de fomentar la tolerancia y convivencia entre religiones fue también el que motivó su viaje a Egipto en abril de 2017, para participar en una conferencia de paz con líderes musulmanes. Ante ellos, pidió un "no" conjunto a la violencia y el terrorismo en nombre de Dios, justo tres semanas después de unos atentados del Estado Islámico contra dos iglesias coptas. En este y otros viajes, Francisco se presentaba a sí mismo como “peregrino de paz”.
Y es que, siempre que pudo, no esquivó los viajes a lugares sumidos en conflicto. Por razones de seguridad, no llegó a estar nunca en Siria y Ucrania, aunque no por falta de ganas. Al menos, en 2023 aprovechó su viaje a Hungría para reunirse con refugiados ucranianos y pedir "esfuerzos creativos" para la paz en Ucrania.
Sin embargo, sí logró vencer la resistencia interna para estar en Irak y en Sudán del Sur, aunque no sin asumir riesgos: en 2024, el papa reconoció que hubo al menos dos intentos de asesinato contra él en su viaje de 2021 a Irak, país donde nació Abraham (profeta de las tres grandes religiones monoteístas) y donde Francisco quiso fomentar la fraternidad interreligiosa. En Sudán del Sur hizo una gira de tres días en el país más joven del mundo y el segundo más pobre para promover "la paz y la reconciliación".
El papa Francisco no viajó a España, ni a Argentina
Y, sin embargo, en el mapamundi de sus viajes, hay destacados vacíos. Francisco nunca estuvo en Alemania, tampoco en Reino Unido -aunque sí recibió a la reina Isabel en Roma-, y no viajó nunca a España.
Francisco no visitó nunca España, pese a haber manifestado en varias ocasiones su interés por ir a Canarias por la crisis migratoria en las islas. Una visita apostólica que encajaba en la lógica de sus anteriores estancias en Lampedusa (el primer viaje de su pontificado, en 2013) y en Lesbos, Grecia (2016), pero que no se materializó. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le invitó oficialmente a acudir a Sevilla a la Conferencia de la ONU sobre la Financiación para el Desarrollo en julio de 2025.
Una ausencia que contrasta con los viajes de sus predecesores. Benedicto XVI vino tres veces a España (Valencia, Santiago de Compostela y Barcelona, y Madrid) y Juan Pablo II lo hizo en cinco ocasiones, entre el primer viaje que realizó en 1982 y que fue el más largo (diez días) y el último, en 2003, para canonizar a cinco santos y tener un encuentro con un millón de jóvenes en Madrid.
En cambio, Francisco estuvo tres veces en Francia, aunque desde su punto de vista no se trataba de viajes al país en sí, sino de visitas a lugares concretos: la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo (2014), Marsella (2023) y Córcega (2024), en un viaje relámpago para defender la religiosidad popular en un país políticamente laico. Sin embargo, no pisó nunca París como pontífice ni hizo una visita oficial como tal. Días antes de viajar a Ajaccio, rechazó la invitación del gobierno de Emmanuel Macron para asistir a la reapertura de la catedral de Notre-Dame, restaurada tras el incendio que sufrió en 2019. También repitió visitas a Grecia, Hungría y Portugal.
Y, mientras Benedicto XVI hizo tres viajes apostólicos a su Alemania natal, el primer papa argentino de la historia no fue nunca a Argentina, pese a haber estado en casi toda Sudamérica. La relación con los gobernantes de su propio país -con los Kirchner en particular- no fue sencilla desde que Bergoglio fue presidente de la Conferencia Episcopal Argentina. Más tarde, como papa, se limitó a recibir en audiencia en el Vaticano a los presidentes de turno (Cristina Fernández, Mauricio Macri y Alberto Fernández) y sufrió los ataques de un Javier Milei desatado en campaña electoral, con el que luego, en febrero de 2024, escenificó una reconciliación en la Santa Sede, con ocasión de la canonización de la primera santa argentina.
Francisco, al nivel del 'papa viajero' Juan Pablo II
En sus 12 años de pontificado, Francisco realizó muchos y muy diversos viajes, de modo que puede hacer suyo también el sobrenombre del 'papa viajero' que acompañó a Juan Pablo II.
Lo cierto es que los viajes apostólicos fuera de Italia son una costumbre reciente de los papas, a partir del último tercio del siglo XX. La inició Pablo VI (el primer pontífice que salió de Italia desde 1809 y el primero que viajó en avión) y caracterizó sobre todo el papado de Karol Wojtyla, cuyo pontificado fue el más largo del siglo XX y el segundo más largo de la historia.
Con 12 años como sucesor de San Pedro, Francisco fue, en comparación, tan viajero como Juan Pablo II (3,9 viajes internacionales de media) y el que más países diferentes visitó cada año (5,5 de media). Y eso que en 2020 tuvo que cancelar toda su agenda internacional, debido a la pandemia de COVID-19. Justo antes, 2019 había sido su año más trotamundos, con siete viajes apostólicos en los que recorrió 11 países diferentes.
El viaje más largo del pontificado de Francisco fue uno de los últimos, cuando ya arrastraba problemas importantes de movilidad. En 2024, del 2 al 13 de septiembre, hizo un recorrido por Asia que le llevó a Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur. Y en ese año también tuvo lugar el más corto, de tan solo diez horas, el que le llevó a Córcega el 15 de diciembre.
Algunos años antes, fue capaz de recorrer los tres países bálticos en apenas cuatro días, en 2018; y asimismo estuvo en tres países africanos (Kenia, Uganda y República Centroamericana) en apenas seis días en 2015.
Una treintena de viajes en Italia
Los viajes internacionales se distinguen por su relevancia y su visibilidad pública de los viajes apostólicos dentro de Italia, todos ellos visitas realizadas en una única jornada. Francisco, argentino hijo de emigrantes italianos, hizo como papa 31 viajes en Italia.
El más simbólico de todos fue precisamente el primero de su pontificado, a la isla de Lampedusa (julio de 2013), donde el papa recordó a los inmigrantes ahogados en el mar en su intento de llegar a Europa. Su segunda visita fue a otra isla, Cerdeña, un lugar muy afectado por el desempleo, otra declaración inicial de intenciones sobre el tipo de mensajes que Francisco quiso elevar. Y mostró una vez más su predilección por Asís, el pueblo cuna de San Francisco, donde estuvo hasta en cuatro ocasiones.