La Casa Real expresa sus condolencias por la muerte del papa Francisco y destaca su trabajo por un mundo "más justo"
- Su santidad el papa Francisco recibió en 2014 a Felipe VI y Letizia en el que fue su viaje oficial al extranjero como monarcas
- Directo: sigue la última hora de la muerte del papa Francisco
- Claves de su funeral y la elección del nuevo pontífice
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El rey Felipe VI ha lamentado "con profunda tristeza, la noticia del fallecimiento de Su Santidad el papa Francisco" y ha trasladado a la Santa Sede su "más sentido pesar", en nombre del Gobierno de España y también en el del pueblo español.
"El papa Francisco ha dado testimonio a lo largo de su pontificado de la importancia que para el mundo de nuestro siglo tienen el amor al prójimo, la fraternidad y la amistad social", ha señalado el rey Felipe VI a través de un telegrama de condolencias difundido por la Casa Real y enviado esta mañana al Vaticano.
En este sentido, Felipe VI ha añadido que le seguirá "inspirando siempre su convicción de la necesidad de llevar ánimo y consuelo a los más pobres y necesitados y la importancia que concedió al diálogo y al consenso para lograr un mundo más justo y solidario".
A las condolencias se han unido la reina Letizia y el conjunto de la familia real para transmitir "a toda la Iglesia católica" su pesar y afecto, así como sus "oraciones por su descanso eterno". "Recibid, eminencia reverendísima, el testimonio de mi mas alta consideración y estima", zanja el mensaje que firma su majestad.
Sus majestades los reyes, así como la reina doña Sofía, acudirán a la Nunciatura Apostólica para firmar en el libro de condolencias abierto por el fallecimiento de su santidad el papa Francisco, antes de acudir al Almuerzo de las Letras en el Palacio Real. La relación entre ambas instituciones siempre estuvo marcada por la visible cordialidad que les otorgó el uso compartido del castellano, lengua materna del pontífice. La proclamación de Felipe VI coincidió por poco más de un año con la elección del cardenal Jorge Mario Bergoglio como papa en el segundo día de cónclave y al quinto escrutinio.
Y aunque Francisco nunca llegó a visitar España de forma oficial, a pesar de la expresa petición que se le realizó en numerosas ocasiones, el pontífice mostró especial interés en visitar las Islas Canarias para poner el foco en el drama migratorio.
El Vaticano, primer viaje oficial de Felipe VI
Fue en junio de 2014 la primera vez que Felipe VI y doña Letizia mantenían un encuentro con el papa Francisco en calidad de reyes de España. Lo hicieron en la Biblioteca Apostólica del Vaticano durante 40 minutos -algo más de lo que acostumbran a durar estos encuentros- en los que se instó al papa a visitar España en el año 2015 "con la esperanza de verle pronto". Un viaje que, finalmente, nunca llegó a oficiarse.
La audiencia entre sus majestades y el pontífice se celebró dos semanas después de que Felipe VI asumiera la jefatura del Estado, relevando a su padre, el rey don Juan Carlos I, y convirtiéndose en su primera visita oficial al extranjero. Los reyes obsequiaron al papa entonces con un facsímil del "Oráculo Manual y Arte de Prudencia", obra en prosa de 1647 del jesuita aragonés Baltasar Gracián en una caja blanca.
Don Felipe y doña Letizia junto al papa Francisco, durante la audiencia privada celebrada en 2014 EFE/Sergio Barrenechea
Por su parte, el papa les hizo entrega de un medallón en terracota en representación del proyecto inicial de la Plaza San Pedro, el mismo que regaló a don Juan Carlos, así como la Exhortación Apostólica 'Evangelium Gaudium'.
Con este encuentro, Felipe y Letizia cumplían la tradición de los monarcas de España de acudir a la Santa Sede al comienzo de su mandato. Fue entonces motivo de curiosidad la indumentaria que lució en dicha visita la reina Letizia: un conjunto blanco sin mantilla, haciendo uso del conocido como "privilegio de blanco", al que solo pueden acceder reinas y princesas de casas reales europeas.
En 2013 los príncipes de Asturias acudían a Roma
Solo un año antes en el 2013, quienes por entonces ostentaban el título de príncipes de Asturias, viajaron al Roma para asistir a la misa solemne de inicio de pontificado de Francisco. Era la primera ocasión en la que don Felipe encabezaba la delegación en la entronización de un papa.
Desde entonces, sus encuentros fueron contados. En noviembre de 2014, la reina Letizia y el papa coincidieron en Roma durante la II Conferencia Internacional sobre Nutrición de la ONU, donde se saludaron y compartieron unas breves palabras.
Dos años después de dicho encuentro, el seis de mayo de 2016, Felipe VI realizaba su segundo viaje al Vaticano como monarca por la ceremonia de entrega del premio Internacional Carlomagno al papa Francisco, acto al que acudieron distinguidas autoridades en el plano europeo, pero que no contó con la presencia de la reina Letizia.
El papa Francisco y la reina Letizia participan en la II Conferencia Internacional sobre Nutición en Roma EFE / ALBERTO MARTÍN
La primera vez que los príncipes de Asturias viajaron juntos al Vaticano sería en junio de 2004, un mes después de contraer matrimonio y para recibir la bendición del entonces papa Juan Pablo II, siguiendo también una tradición de la Casa Real española. Posteriormente, el uno de mayo de 2011, el entonces heredero de la Corona y su esposa Letizia, asistieron en el Vaticano a la ceremonia de beatificación de Juan Pablo II y en esa ocasión, se reunieron con Benedicto XVI.
Juan Carlos I y doña Sofía con Francisco y otros pontífices
En tan solo una ocasión recibió el papa Francisco a los anteriores monarcas. En abril de 2014, recibió a los entonces reyes, don Juan Carlos y doña Sofía en audiencia, en el Vaticano, por primera vez desde que accedió al Pontificado y tras la ceremonia de canonización de Juan XXIII y de Juan Pablo II.
Posteriormente, nueve años después, el cinco de enero de 2023, tras el funeral del papa emérito Benedicto XVI, Francisco saludó e intercambió unas palabras con la entonces reina emérita doña Sofía, representante de la Casa Real española en las exequias del papa alemán, y con el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, en la basílica de San Pedro del Vaticano.
Los reyes eméritos visitaron a los pontífices en la Santa Sede más de una decena de veces desde que en 1975 Juan Carlos I fue proclamado rey. La primera vez que los monarcas españoles se entrevistaron en el Vaticano con el papa fue en febrero de 1977. Lo hicieron con Pablo VI en el marco de una visita oficial a Italia. Se daba la circunstancia de que era también la primera vez que un jefe de Estado español era recibido en el Estado Pontificio desde el reinado de Alfonso XIII.
Los reyes don Juan Carlos y doña Sofía y el papa Francisco, durante la audiencia privada
En septiembre de 1978 don Juan Carlos y doña Sofía asistieron por segunda vez al Vaticano con motivo de la ceremonia de proclamación del papa Juan Pablo I, que murió de forma repentina después de 33 días de pontificado, el más breve del siglo XX y uno de los más cortos de la historia.
Ese año los reyes viajaron por tercera vez a la Santa Sede para asistir a la ceremonia de proclamación del nuevo papa, el polaco Karol Wojtyla, el más joven del siglo XX y el primero no italiano desde el holandés Adriano VI en 1522.
Con Juan Pablo II se reunieron posteriormente los reyes en seis ocasiones, en abril de 1981 y abril de 1983; en junio de 1984, en mayo de 1988, en septiembre de 1998 y en noviembre de 2000.
En esa visita de los 2000 los monarcas españoles atravesaron la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, uno de los símbolos del Año Santo, para ganar el jubileo. Posteriormente, el 8 de abril de 2005 lo reyes Juan Carlos y Sofía asistieron en Roma a los funerales de Juan Pablo II y de nuevo volvieron al Vaticano para asistir, el 24 de abril, a la misa de inicio de Pontificado del nuevo papa, el alemán Joseph Ratzinger, mano derecha de Juan Pablo II, que accedió al pontificado con el nombre de Benedicto XVI.
Cinco meses después de su proclamación, el nuevo pontífice recibió a los reyes de España por primera vez en audiencia, en un encuentro de carácter privado, en Castelgandolfo, la residencia de verano de los papas desde el siglo XVII.
