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Rusia admite que Estado Islámico organizó el atentado de Moscú, pero sigue apuntando a Ucrania

  • Los Servicios de Seguridad aseguran que han sido detenidas más de 20 personas, incluido sus autores materiales
  • El atentado del 22 de marzo en el Crocus City Hall de Moscú dejó 144 muertos

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Atentado Moscú: Rusia reconoce la autoría del Estado Islámico, sin descartar la implicación ucraniana
Dos personas frente al memorial levantado en el Crocus City Hall de Moscú por el atentado de marzo Getty Images

Rusia ha admitido que el Estado Islámico de la Provincia del Jorasán (ISPK, por sus siglas en inglés) organizó el atentado de marzo pasado contra una sala de conciertos a las afueras de Moscú, en el que murieron 144 personas, pero ha insistido en la "vinculación directa" de Ucrania con el acto terrorista.

"Las acciones preparatorias, la financiación, el ataque y la retirada de los terroristas fue coordinada por internet por los miembros del grupo (Estado Islámico de la) Provincia del Jorasán, que se encuentra en la zona afgano-pakistaní", ha asegurado el director del Servicio Federal de Seguridad (FSB), Alexandr Bórtnikov, durante una reunión en Biskek, capital kirguís.

Seguidamente, ha subrayado que "la investigación continúa, pero ya se puede decir con seguridad que la inteligencia militar de Ucrania tiene una vinculación directa con este ataque". "Ya han sido detenidas más de veinte personas, incluido sus autores materiales y cómplices", ha agregado durante la reunión de jefes de órganos de seguridad y servicios especiales de la postsoviética Comunidad de Estados Independientes.

Dice que les había preparado una salida hacia Ucrania

Los terroristas, ha precisado Bórtnikov, habían llegado a Rusia desde Turquía poco antes del atentado del 22 de marzo en el Crocus City Hall, que fue reivindicado horas después por el Estado Islámico. "Al término del atentado, los terroristas recibieron instrucciones claras de dirigirse a la frontera con Ucrania, donde les habían preparado una 'ventana'", ha subrayado.

El jefe del FSB también ha denunciado que el objetivo de aquellos que encargaron el atentado, en una posible alusión a Occidente, es estropear las relaciones entre las antiguas repúblicas soviéticas a través del odio étnico y religioso. "Nuestros oponentes geopolíticos confían en destruir el equilibrio único étnico y religioso vigente durante la larga convivencia entre nuestros pueblos", ha afirmado.

Ucrania, por su parte, ha calificado de "absurdas" las acusaciones de Rusia y asegura que se trata de "propaganda". "La propaganda rusa no se ha olvidado de la historia de Crocus. Seguirá intentando promover el absurdo argumento de la supuesta complicidad de Ucrania, aunque no resista ninguna crítica y sea completamente ilógico", ha dicho el portavoz de la agencia de inteligencia militar de Ucrania, Andriy Yusov. 

EE.UU. dice que advirtió a las autoridades rusas del riesgo de atentado

En los últimos meses, el presidente ruso, Vladímir Putin, se ha negado a aceptar íntegramente la hipótesis presentada por los servicios de inteligencia occidentales de que el atentado es obra exclusivamente del ISPK.

Desde un principio, Putin aseguró que el atentado, el más grave cometido en Rusia en los últimos veinte años, se enmarca en la campaña de ataques y acciones de sabotaje perpetrados por Kiev en la retaguardia rusa. Además, también relacionó a los cuatro ciudadanos tayikos que protagonizaron el ataque con las potencias occidentales, aunque desde entonces no ha presentado prueba alguna.

La embajada de EE.UU. en Moscú había advertido semanas antes a las autoridades rusas sobre un posible atentado yihadista en la capital y, según la prensa estadounidense, Washington incluso señaló al Crocus City Hall como uno de los posibles objetivos. La prensa independiente rusa arremetió entonces duramente contra las autoridades y la Policía por no tomar apenas medidas de seguridad.

El Kremlin también ha sido criticado por centrar todos sus esfuerzos en reprimir la disidencia interna y a los detractores de la guerra en Ucrania, y olvidarse de los auténticos criminales y de las amenazas a la seguridad del Estado.