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Análisis | Elecciones europeas

La extrema derecha portuguesa aspira a trasladar su fuerza nacional al Parlamento Europeo

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La ultraderecha portuguesa del Chega gana posiciones para las europeas, según los sondeos

El 12 de junio de 1985 Portugal entró en la Unión Europea como país miembro. Lo hizo de la mano del fundador del Partido Socialista y entonces primer ministro portugués, Mário Soares, que dijo que Europa traería a Portugal desarrollo y prosperidad.

Según una encuesta realizada en 2010 cuando se cumplía el 25 aniversario, el 64% de los portugueses dijo que la entrada a Europa había sido positiva porque trajo beneficios al país. 

Hoy se van a cumplir 39 años en plena conmemoración de los 50 años de la democracia. Casi 11 millones de portugueses van a elegir a 21 eurodiputados de entre una decena de partidos y formaciones, el mismo número que en 2019, pero con diferente peso a nivel nacional. Los tres principales partidos en las europeas son la alianza de los conservadores actualmente en el gobierno, el Partido Socialista y la ultraderecha del Chega. Muchos ven en estas elecciones europeas repercusión nacional.

Chega ha multiplicado por cuatro su poder en Portugal y apuesta fuerte para estas elecciones europeas con un exembajador encabezando la lista: Antonio Tánger Correa. El periodista Sebastião Bugalho, un joven de 28 años e independiente, encabeza la lista de la formación conservadora AD, y la exministra socialista Marta Temido, la del Partido Socialista. Los sondeos dan como ganadores a los socialistas y una importante subida a la extrema derecha.

Los portugueses vuelven a las urnas tras elegir al nuevo primer ministro en febrero. Por eso, este nuevo termómetro electoral se ve con mirada nacional y hay previstos una veintena de debates televisados con los principales candidatos.

Chega busca ser tercera fuerza

Para el gobierno conservador de Alianza Democrática, que ganó las elecciones por la mínima, es una oportunidad de reforzar posiciones. Para el Partido Socialista, que parte como favorito en los sondeos, serviría de lanzadera política a su nuevo líder, Pedro Nuno Santos, sucesor de António Costa. La pregunta es si la ultraderecha del Chega también romperá el bipartidismo en Europa como lo ha roto a nivel nacional en las pasadas elecciones al gobierno. 

"En la opinión pública portuguesa prevalece el proeuropeísmo", explica el politólogo de la Universidad de Ciencias Sociales de Lisboa Riccardo Marchi, "y eso lo saben también los partidos portugueses". Hasta el más radical, el Chega, sabe que la opinión pública está a favor de Europa y "por eso desde que nació nunca ha llevado políticas antieuropeístas. Pero sí son antifederalistas, es decir, no comparten el proyecto de la Europa federada", añade.

El partido Chega en 2020 se integró en el grupo de Identidad y Democracia, uno de los dos grupos de extrema derecha del Parlamento europeo donde figuran otros partidos como Vox o Fratelli D'Italia.

Para Marchi, la entrada del Chega a Identidad y Democracia en 2020 fue "un error porque el ADN del Chega es mucho más próximo al grupo de conservadores y reformistas europeos". Pero las prisas y la presión para evitar la ilegalidad de su partido en Portugal le hicieron buscar apoyos fuera, según apunta el experto. Esto en un contexto, dice, previo a la guerra en Ucrania. "Chega es un partido atlantista, a favor de la OTAN y Estados Unidos e Israel, y se encuentra ahora mismo en un grupo que desde el punto de vista de las relaciones internacionales Rusia-Europa tiene varios elementos más próximos con Moscú que de Bruselas. Y esto va a ser difícil de explicar", señala.

En busca de una alianza conservadora

Desde el punto de vista de la estrategia, Chega también está más próximo al grupo de los reformistas para desarticular al nivel del Parlamento europeo la tradicional alianza clásica de demócratas y populares y conseguir la unión de la derecha entre conservadores europeos y populares europeos. En el fondo, nos cuenta el politólogo, es "lo que la ultraderecha del Chega está también intentando hacer a nivel nacional en Portugal, romper el centro y buscar una alianza con los conservadores".

Hasta ahora no lo han conseguido porque el cordón sanitario de los conservadores portugueses es fuerte y no quieren gobernar con la ultraderecha. Pero el ofrecimiento está, y esa misma estrategia es la que quieren llevar al Parlamento Europeo. La misma idea que está intentando llevar el grupo de los reformistas liderado por Georgia Meloni, convencer de que la ultraderecha europea no es una amenaza, sino una solución de las mayorías conservadora en cuestiones como la inmigración, la transición ecológica o las relaciones internacionales de Europa con China o Estados Unidos.

Dependerá de los resultados de estas elecciones europeas que veamos también movimientos entre los partidos de extrema derecha a una u otra familia de la Eurocámara.

La participación también va a ser clave en estos comicios y seguramente no será igual que en las legislativas de febrero. Entre lo que los electores quieren y los candidatos prometen hay un amplio abanico de temas. Y Portugal se va a volcar en la difusión, con un maratón de debates televisados con todos los candidatos. Las tres cadenas portuguesas por primera vez se asocian para emitir todos los duelos con los cabezas de lista, el mismo modelo que se hizo para las elecciones legislativas.

Los problemas que preocupan a los portugueses estarán en esos debates: los salarios, los jóvenes, la fuga de talentos o la vivienda. Y "los mensajes más disruptivos o populistas también van a entrar" de lleno en esta campaña, dice Marchi.

Las elecciones, un desafío para los conservadores

Los conservadores ven en estas elecciones un desafío, de modo que su objetivo es evitar la abstención y movilizar a los electores. Cargan contra los socialistas por haber elegido de cabeza de lista a una antigua ministra del anterior gobierno de Costa. Y cargan contra la extrema derecha por estar en un grupo dicen, que defiende al presidente ruso, Vladímir Putin.

Los sondeos dan como ganador al Partido Socialista, pero, igual que ocurre en el resto de Europa, también se espera un buen resultado de Chega. Según las encuestas, el partido de Ventura puede lograr entre dos y tres escaños de los 21 que se eligen en Portugal para el Parlamento Europeo.

Más allá del avance de la extrema derecha, otra de las incógnitas de las europeas en Portugal es una hipotética candidatura del ex primer ministro António Costa al Consejo Europeo. Según Marchi, "la sombra de la operación influencer y la trama de corrupción que salpicó a su gobierno socialista pesa demasiado". Y, aunque Costa no tiene ninguna imputación, lo ve difícil. Quizás sea más probable, dice, otro nombre que también suena y tiene muchos seguidores, el del también ex primer ministro y exlíder del banco central europeo, Mario Draghi.