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André Ventura, el líder ultraderechista que ha materializado el ascenso de la extrema derecha en Portugal

  • Su partido, Chega, ha cuadruplicado sus escaños, siendo la formación que más ha crecido en las elecciones
  • Irrumpió en el Parlamento en 2019 con un único diputado

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El partido ultraderechista Chega, el que más ha crecido en las elecciones de Portugal

Hace solo cinco años, cuando la ultraderecha ya había iniciado su irrupción en la mayoría de parlamentos europeos, todavía se hablaba de la "excepción portuguesa", y es que Portugal parecía inmune a este fenómeno. Sin embargo, tras las elecciones celebradas el domingo, ha dejado de serlo: el partido ultraderechista Chega ha cuadruplicado sus escaños, siendo la formación que más ha crecido en los comicios, y se ha consolidado como la tercera fuerza. El líder que ha materializado su vertiginoso ascenso es André Ventura, un exseminarista que se hizo famoso como comentarista deportivo y que ahora triunfa en las redes sociales. 

Tras conocer los resultados, que arrojaron que Chega había superado la barrera del millón de votos, Ventura celebró su tercer puesto asegurando que "se acabó con el bipartidismo en Portugal". La formación ha conseguido 46 diputados en el Parlamento, frente a los 12 que obtuvo en los comicios de 2022. Según datos del Centro de Estudios y Sondeos de Opinión (CESOP), ha captado votos de todo el espectro político portugués, incluida la extrema izquierda, y de la abstención, que este año ha caído del 48,5 % de 2022 al 33,8%.

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"Vamos a hacer la limpieza que el país necesita", afirmó Ventura días antes de las elecciones en su último vídeo publicado en TikTok, que acumula más de un millón de reproducciones. Con una cuchara de madera en la mano, el político, de 41 años, "golpea" a fuerzas como el Partido Comunista, el Partido Socialista Demócrata o el Partido Socialista portugués. Como otros líderes de extrema derecha, es ya un habitual de las redes sociales y acumula más de 256.000 seguidores en esta plataforma.

En los que fueron sus primeros pasos en el mundo de la política, Ventura fue militante del Partido Social Demócrata (PSD), formación de la que ahora reniega y critica siempre que puede. "Se me parte el corazón al saber que parte de la alternativa de este país prefiere irse a la cama con el PSD", afirmó ante la Cámara Baja. Su fallida candidatura con el PSD en las municipales de 2017 le llevó a lanzar su proyecto político Chega en 2019, cuando consiguió irrumpir en el Parlamento como único diputado.

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Desde entonces, su presencia en la Cámara le ha servido de altavoz para esparcir las ideas de su formación, que en cinco años ha protagonizado un rápido ascenso. En estos cinco años, ha ido aumentando su presencia en medios de comunicación y ha protagonizado polémicas en torno a comentarios xenófobos y racistas. De hecho, llegó a pedir la deportación de una diputada de izquierda originaria de Guinea Bissau y entre las propuestas de la formación está la de poner cupos a la inmigración y los subsidios.

Cuando en 2017 fue candidato a la Alcaldía de Loures por el PSD lideró una campaña contra la población gitana, llegando a afirmar que este colectivo solo vivía de las ayudas del Estado. Parte de su éxito se explica en que ha dirigido su discurso a la población más envejecida y procedente del campo, aunque también ha conseguido seducir a muchos jóvenes, en parte, por su presencia y éxito en redes sociales.

"No somos de extrema derecha"

Ventura, que en su juventud llegó a plantearse ser cura, se codea con otros líderes de la ultraderecha europea y cuenta con el beneplácito de políticos de la talla de la francesa Marine Le Pen, el italiano Matteo Salvini o el húngaro Viktor Orbán. También le apoyan y aplauden desde Vox; Santiago Abascal llegó a formar parte de su campaña y no tardó en felicitar a este partido amigo por su "gran resultado" del domingo en un mensaje a través de X.

El líder de Chega, sin embargo, se empeña en negar que su partido sea ultraderechista. "No somos extrema derecha", aseguró el domingo frente a los periodistas que le esperaban cuando depositó su papeleta en la urna electoral. Ahora bien, su empeño no ha impedido el cordón sanitario ejercido (al menos hasta ahora) por el resto de partidos portugueses, que no han apoyado ninguna de las propuestas encabezadas por su partido en el Parlamento.

Con el 99,01 % de los votos escrutados, Alianza Democrática (AD) se ha alzado con 79 escaños y el PSD con 77, quedando ambas formaciones lejos de los 116 asientos necesarios para hacerse con la mayoría absoluta en la cámara. Pese a lo ajustado de los resultados, el PSD no tardó en conceder la victoria a la coalición de derechas, que antes de las elecciones descartó un pacto con Chega, algo en lo que también ha insistido después. De cumplir con su palabra, la formación ultraderechista quedará fuera de un futuro Gobierno que aún está por negociar.