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La distinta postura en las guerras de Ucrania y Gaza pone en evidencia a EE.UU. y la UE: "Se percibe un doble rasero"

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Las guerras de Ucrania y Gaza evidencian la división en la comunidad internacional
Reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Gaza, el 23 de enero. Foto: Bianca Otero/ZUMA Press Wire/dpa Bianca Otero/ZUMA Press Wire/dpa

Estados Unidos vetó este pasado martes una propuesta de resolución del Consejo de Seguridad que pedía un alto el fuego inmediato en Gaza. Se trata de la tercera vez que Washington usa su derecho de veto en favor de su aliado Israel.

La actitud de EE.UU., y en menor medida de la Unión Europea (UE) respecto al conflicto en Oriente Medio en comparación con el de Ucrania ha ensanchado la distancia que les separa del llamado "Sur Global". Así lo ha advertido recientemente el alto representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Josep Borrell. "Rusia se está aprovechando de nuestros errores. La culpa de los dobles raseros es algo que debemos abordar y no solo con palabras bonitas. Está claro que el viento sopla en contra de Occidente y tenemos que ganar la batalla narrativa sobre Oriente Medio, sobre Ucrania".

Borrell dice que Rusia se aprovecha del "doble rasero" de Occidente en Ucrania y Gaza

Gilberto Aranda, profesor del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, confirma a RTVE.es que desde América Latina, "se percibe un doble rasero". “Aquí se piensa que, si los estándares de observación de los derechos humanos son exigibles a cualquier Estado, como Rusia, también lo serían a Israel”.

"Desde luego hay reacciones distintas, ante casos que, con sus diferencias jurídicas, pueden ser similares", considera por su parte Javier Chinchón, profesor de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense.

División en la ONU: "agresión" a Ucrania frente a "escalada" en Gaza

Según Borrell, las guerras en Ucrania y Gaza "son diferentes, distintos motivos, distintas causas", pero ambas "son guerras por el territorio".

Si el conflicto ucraniano lo inició Rusia con la invasión de un país con fronteras internacionalmente reconocidas, el caso palestino-israelí hunde sus raíces en la partición de Palestina y la ocupación israelí. Así lo recordó el secretario general de la ONU, António Guterres, provocando la ira de Israel, y así lo recogen las resoluciones de la Asamblea General.

Por eso la resolución de la ONU sobre Ucrania "deplora" la "agresión" rusa como una violación del Artículo 2.4. de la Carta de la ONU, que protege la integridad territorial y la independencia de los Estados, y exige el fin de los combates y la retirada "sin condiciones" a las fronteras reconocidas. La resolución fue aprobada con el voto en contra de solo cinco países (Bielorrusia, Corea del Norte, Eritrea, Rusia y Siria) y 35 abstenciones.

En cambio, la resolución sobre Gaza no habla de agresión, sino de "escalada de violencia"; se condenan "todos los actos de violencia dirigidos contra civiles palestinos e israelíes, incluidos todos los actos de terrorismo y los ataques indiscriminados", pero sin mencionar explícitamente a Hamás; e insiste en que Israel es la "potencia ocupante". 

Las posiciones de la Asamblea, sin embargo, no son vinculantes. Las decisiones que pueden amparar una acción colectiva se toman en el Consejo de Seguridad, y ahí Rusia (con la abstención de China) ha vetado cualquier condena de su invasión, mientras EE.UU. (con la abstención de Reino Unido) ha protegido a Israel.

Nataliia Hendel, profesora en la Universidad de Odesa e investigadora de la Academia de Derecho Internacional Humanitario y Derechos Humanos de Ginebra, sostiene que tanto Ucrania como Israel “utilizan el derecho a la autodefensa de acuerdo con el derecho internacional, en particular la Carta de la ONU”. “Las acciones de Ucrania en respuesta a la agresión rusa y las de Israel en respuesta al ataque de Hamás son absolutamente legítimas y proporcionadas", asegura a RTVE.es.

El profesor Javier Chinchón recuerda que el principio de "legítima defensa" se aplica entre Estados, y dado que Israel no reconoce a Palestina, no le asiste ese derecho. "No puede usar la fuerza como si fuera la agresión de un Estado, ha de perseguir a esos sujetos, que son terroristas, detenerles, enjuiciarles, pero no usar la fuerza invocando la legítima defensa", explica.

Además, dado que legalmente Israel ejerce una ocupación militar, "se viola el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación", y en ese caso los palestinos tienen derecho al uso de la fuerza. "Pero eso no significa que hagan lo que hace Hamás: eso es una violación, porque la fuerza tiene unas reglas", precisa Chinchón.

Martha Bradley, de la Universidad de Johannesburgo, comparte esta visión y destaca que en cualquier caso deben respetarse las normas que regulan los conflictos armados. "La legítima defensa no es una excusa. Dos oponentes militares o enemigos en un conflicto pueden lanzar operaciones militares, pero deben cumplir con la ley de la guerra".

En América Latina, el conflicto de Gaza recibe más atención que el de Ucrania por la presencia de comunidades judías y de origen árabe, explica a RTVE.es el profesor Gilberto Aranda. “En general, se entiende que hay una invasión de Rusia a Ucrania – asegura Aranda desde Santiago - aunque hay aliados rusos que no dirán eso, básicamente Nicaragua y Cuba”.

La principal discrepancia con EE.UU. y la UE sobre Ucrania es "cómo resolver el problema". "Algunos dicen que es necesario conversar cuanto antes, otros piden sanciones, y otros dejar de armar a Ucrania”, explica Aranda.

Pero si se compara con lo que sucede en Gaza, "a veces aquí se piensa que hay doble rasero de ciertos gobiernos europeos", comenta el profesor chileno. "Si bien es cierto que en ambos casos son respuestas defensivas, la disparidad de poder hace evidente que la parte más débil es Ucrania y Palestina. Está bien claro quién es David y quién Goliat, y América Latina ha entendido que tiene que estar con la parte más débil".  

Distinta suerte en los tribunales internacionales

También en los máximos órganos judiciales internacionales el tratamiento de ambos conflictos ha sido divergente.

La Corte Internacional de Justicia (CIJ) dictó el pasado 26 de enero una serie de medidas cautelares a petición de Sudáfrica, que ha denunciado a Israel por genocidio. El tribunal de La Haya pidió a Tel Aviv que tomara "todas las medidas en su poder" para evitar "actos genocidas".

La decisión, aunque reconoce que existe riesgo de genocidio, es "cómoda" para Israel y evita el bochorno" a EE.UU., según explicaba Francisco Fernández Tomás, profesor de la Universidad de Castilla la Mancha, en declaraciones a nuestra compañera Marta Rey

Desde entonces han muerto 3.000 personas más, e Israel prepara una invasión terrestre de Ráfah, donde más de un millón de palestinos han buscado un último refugio. La CIJ ha rechazado una nueva petición de Sudáfrica para ampliar las medidas cautelares y evitar ese ataque, que amenaza con causar una "catástrofe", según la ONU.

La postura de la CIJ contrasta con la adoptada en el caso de Ucrania, donde sí ordenó a Rusia un alto el fuego inmediato. Javier Chinchón destaca que "el fondo del asunto" es diferente: en el caso ucraniano, Kiev acusaba a Rusia de manipular la acusación de genocidio para justificar el uso ilegal de la fuerza, y a eso respondía la CIJ al ordenar el fin de la agresión.

La denuncia de Ucrania contó con el apoyo de 32 países, entre ellos la mayoría de los socios de la UE (incluyendo España), Reino Unido, Canadá y Australia. En cambio, la iniciativa de Sudáfrica ha sido saludada por países como Turquía, Bolivia, Colombia y Brasil, pero ninguno ha presentado escritos.

La CIJ inició también este pasado lunes una vista sobre la ocupación israelí de los territorios palestinos. La vista debe concluir con un informe consultivo (no vinculante) del tribunal, que puede retrasarse al menos seis meses.

Por su parte, la Corte Penal Internacional (CPI) abrió una causa sobre Ucrania en 2014, y en 2022, tras la invasión rusa, la propia Fiscalía decidió ampliarla, con el apoyo de 42 países (entre ellos, los socios de la UE). Un año más tarde, la Fiscalía ordenaba el arresto del presidente ruso, Vladímir Putin.

En cambio, en la causa por presuntos crímenes cometidos en los Territorios Ocupados palestinos, abierta también en 2014, aún no se ha dictado ninguna medida. A petición de Sudáfrica, Bangladesh, Bolivia, Comores y Yibuti, la Fiscalía añadió los sucesos posteriores al 7 de octubre. El pasado 18 de enero, México y Chile se personaron en la denuncia. Los familiares de los rehenes israelíes también han pedido a la CPI que persiga a los líderes de Hamás.

"Hay una reacción más rápida de la Fiscalía en relación con los crímenes cometidos en el conflicto ucraniano que en el palestino-israelí, es un hecho indiscutible", cree Chinchón . "¿Por qué el Fiscal lleva todos estos años investigando los crímenes cometidos en Palestina sin que se haya hecho público nada, no ya una orden detención? Habría que preguntarle a él".

"Ucrania e Israel intentan cumplir con el derecho internacional humanitario", opina Nataliia Hendel, mientras que "Rusia y Hamás lo violan sistemáticamente" y además "manipulan" la Convención contra el Genocidio. "Al recurrir ante la CIJ, Sudáfrica devalúa el mismo concepto de genocidio al acusar a Israel, que de hecho fue el objetivo de un ataque genocida de Hamás", considera.

Los expertos en derecho internacional coinciden en destacar que la responsabilidad es política y recae en los Estados, no en los tribunales. "Hay un reparto de papeles, así está estructurado el sistema internacional - argumenta Chinchón - Quien debe ejecutar las decisiones son los Estados, que han acordado voluntariamente someterse a las mismas, y si no lo hacen, el órgano encargado es el Consejo de Seguridad".

"Desafortunadamente, lo que vemos en los medios de comunicación son las violaciones del derecho internacional humanitario, no su cumplimiento. El cumplimiento no vende periódicos", se lamenta Martha Bradley, quien reconoce que la aplicación efectiva de la ley internacional es uno de sus puntos débiles. No obstante, declara, "el derecho internacional humanitario sigue cumpliendo con su propósito, que es ofrecer una mínima protección".

"En América Latina llama la atención que la región que positivizó la noción de derechos humanos en algunos casos la argumenta mientras en otros la desecha o relativiza” en función de intereses políticos o geoestratégicos, señala Gilberto Aranda. "Aquí se piensa que, si los estándares de observación de los derechos humanos son exigibles a cualquier Estado, como Rusia, también lo serían a Israel".