Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

Treinta años después del genocidio contra los tutsi, Ruanda ha cambiado completamente salvo en una cosa. Al frente sigue Paul Kagame que en julio aspira a revalidar su mandato en las urnas. La última vez, arrasó con un 98% de los votos después de que varios opositores fueran detenidos o condenados como Victoire Ingabire. Un modus operandi que también ocurre fuera de sus fronteras, donde varios rivales políticos han muerto en extrañas circunstancias como denunció la periodista británica Michela Wrong mientras Kagame se codea hoy con gobiernos occidentales como referente en la región de los Grandes Lagos.

‘Informe Semanal’ viaja al país africano que, hace 30 años, sufrió un genocidio imposible de olvidar. En tan solo 100 días, desde el 7 de abril de 1994, fueron asesinadas más de 800.000 personas, la mayoría de la minoría tutsi, pero también moderados de la etnia hutu. Han pasado tres décadas, pero es fácil comprobar sobre el terreno que, en un contexto de supuesta paz social, aún quedan muchas heridas sin cicatrizar. El lema oficial bajo presidencia de Paul Kagame es "Todos somos ruandeses" pero, como apunta la líder opositora Victoire Ingabire: "Todavía no hemos alcanzado una reconciliación efectiva".

Ruanda es un país joven y alrededor del 60% de la población no había nacido cuando, ante la impasividad internacional, ocurrieron las matanzas. Sin embargo, el pasado aún es presente y pesa mucho si eres tutsi o hutu, por ejemplo, para recibir una beca de estudios. Los perdedores de entonces, hoy bajo una presidencia autoritaria, parecen ser los ganadores del mañana. Cuenta el origen familiar: por ejemplo, si un padre formó parte del genocidio. "Muchos encuentran dificultades para integrarse porque son vistos como herederos de lo que hicieron sus progenitores", dice Bizoza Rutakayile, psiquiatra en Kigali. La convivencia, por tanto, es complicada y el recordatorio visual de lo ocurrido aún demasiado evidente.

Un millón de personas, la mayoría tutsis, murieron asesinadas en sólo 100 días. Un equipo de Informe Semanal ha hablado con supervivientes y con perpetradores de la matanza. En tres décadas, Ruanda ha pasado de ser un país devastado a ser considerado un ejemplo de seguridad y crecimiento económico en África.

Foto: Treinta años después, aldeanos armados de palas y azadas siguen descubriendo en Ruanda fosas comunes con cadáveres del genocidio (EFE/Charles Ndushabandi)

Ruanda recuerda como cada 7 de abril el genocidio que acabó con la vida de más de 800.000 personas en apenas 100 días. Una de las mayores atrocidades que ha vivido la humanidad y que ha marcado no solo a este país, sino también a toda la región que hoy aún sufre las consecuencias. Recordamos lo ocurrido tanto dentro como fuera de Ruanda en aquel año 1994.

Tres décadas después el país sigue conmocionado. Entre 800.000 y un millón de asesinatos que se produjeron en poco más de tres meses. La mayoría hutu intentó exterminar a la minoría tutsi y también mataron a los hutus que se opusieron. Muchos asesinatos fueron obra de gente corriente, a quienes el Gobierno, desde los medios de comunicación, les decía que debían "hacer el trabajo", es decir, matar. La barbarie empezó tras un ataque que mató al presidente, de etnia hutu. Rápidamente culparon a los tutsis. La división social era muy profunda desde la colonización belga, que profundizó en una clasificación racial que privilegiaba a unos u otros según convenía.

Foto: Ceremonia en Kigali que conmemora el treinta aniversario del genocidio de Ruanda (EFE/EPA/MOISE NIYONZIMA)

Mueren más de 110 palestinos en Gaza y más de 700 resultan heridos tras un bombardeo por el ejército de israelí mientras esperaban para recibir ayuda humanitaria. En 24 horas de RNE hablamos con Luis Moreno Ocampo, exfiscal de la Corte Penal Internacional y autor del libro War and justice in the 21st century, sobre la situación en Gaza: "Netanyahu sabe que solamente le queda el poder si hay guerra, y Biden sabe que está perdiendo el voto de la juventud, aunque no puede dejar a Israel por diversos factores" y añade que “hay transformar la forma de gobernar el mundo".

La Corte Internacional de Justicia está investigando las actuaciones de Israel en la guerra para ver si está realizando un genocidio, como denuncia Sudáfrica. El exfiscal de la Corte Penal Internacional considera que esta situación es "de crímenes de genocidio, de guerra, de lesa humanidad o de las tres cosas. No poder pararlo demuestra que hay que transformar la forma de gobernar el mundo".

Para Luis Moreno Ocampo esta guerra está siendo dirigida por dos líderes mundiales, Netanyahu y Biden: "Las decisiones no se toman pensando en el mundo o en las víctimas de Gaza. Se toman pensando en el poder en Israel y en las elecciones de Estados Unidos".

 Los jueces de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya, deciden este viernes si conceden o no medidas cautelares contra Israel tras las acusaciones de Sudáfrica de genocidio en Gaza.

La CIJ no tiene ningún instrumento para hacer cumplir sus resoluciones, solo cuenta con que los Estados firmantes de las convenciones las van a cumplir. Israel ha ratificado la Convención contra el Genocidio, por lo que estaría obligado a cumplirlo. Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ya advirtió que nadie, "ni siquiera La Haya", iba a hacerles detener la guerra en Gaza. 

La Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya (Países Bajos) ha comenzado este jueves la vista que debe estudiar la denuncia de Sudáfrica contra Israel por genocidio en la Franja de Gaza.

En su presentación de la denuncia, la delegación sudafricana, encabezada por su ministro de Justicia, Ronald Lamola, ha denunciado que Israel somete a los palestinos a apartheid y a actos de genocidio, y han acusado a Tel Aviv de convertir intencionadamente la Franja en un territorio invivible para eliminar físicamente a su población.

Foto: REUTERS/THILO SCHMUELGEN

Con motivo del 75 aniversario de la Convención para la Prevención y Sanción del Genocidio de Naciones Unidas, TVE ha hablado con la asesora de la ONU en esta materia, Alice Wairimu Nderitu, sobre la guerra entre Israel y Hamás. "Diría que sí hay factores de riesgo (de genocidio) en Oriente Próximo. No solo en Gaza, también en Israel. Lancé alertas tempranas, como lo hice para Ucrania", ha asegurado para después aclarar que el personal de la ONU no está usando la palabra genocidio porque "entiende que solo una corte independiente" la que debe determinar que se ha producido. Foto: AP Photo/Fatima Shbair

"Israel no puede cometer crímenes para defenderse y la Unión Europea no se puede quedar callada, por lo que no es solo un problema de Israel, es un problema de la comunidad internacional", ha señalado en Las Mañanas de RNE Luis Moreno Ocampo, ex fiscal jefe de la Corte Penal Internacional, que ha insistido además en la importancia de que se investigue a Hamás: “La Corte Penal Internacional tiene jurisdicción”, ha aseverado.

Ocampo considera que Israel está actuando en contra de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio al “crear las condiciones para la destrucción de un pueblo”, pero también acusa a Hamás de haber cometido un genocidio en el ataque a un festival en Israel.

Japón recuerda este miércoles, en su 78 aniversario, el bombardeo atómico de Nagasaki. Se produjo tan solo tres días después del de Hiroshima. Los dos atentados mataron a 215.000 personas, y llevaron al final de la Segunda Guerra Mundial. Japón se rindió seis días después.

Son los hibakusha, los supervivientes de la bomba atómica, de los estragos de la guerra y las consecuencias de la radiación. A las once y dos minutos, hora de Japón, han guardado un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas que un día como hoy -hace setenta y ocho años y a esa misma hora- murieron en Nagasaki por los efectos de la segunda bomba nuclear de la historia.

El 9 de agosto de 1945, un bombardero estadounidense lanzaba sobre esta ciudad portuaria la bomba conocida como "Fat man", un artefacto de veintiún kilotones que arrasó el cuarenta por ciento de Nagasaki.

La bomba no estaba destinada ni para ese día, ni para ese lugar

El bombardeo estaba previsto para el día 11 y su objetivo era la ciudad de Kokura. La previsión de mal tiempo obligó a adelantar la misión y -ya sobre Kokura- se canceló el lanzamiento porque una gran nube cubría la ciudad y no había visibilidad.

Aquella nube salvó la vida de miles de habitantes de Kokura pero condenó a otros miles en Nagasaki. Cerca de cien mil personas murieron ese día y los días y años sucesivos.

La población de Nagasaki lleva ya setenta y ocho años acudiendo cada 9 de agosto al memorial de la paz para honrar a sus muertos y denunciar los horrores del armamento nuclear.

Con la ocupación de Japón por más de trescientos mil estadounidenses terminaba la Segunda Guerra Mundial. Pero se iniciaba un debate que persiste sobre la necesidad y moralidad del bombardeo nuclear.

Irmgard Fuschner tiene 97 años, pero en su juventud fue secretaria en un campo de concentración nazi. Ahora, un tribunal alemán la ha condenado a dos años de libertad condicional porque la considera cómplice de casi 11.000 asesinatos. Varios supervivientes del campo declararon en su contra en el juicio, el primer proceso contra un empleado civil.

Foto: Christian Charisius / POOL / AFP

El último balance de Naciones Unidas habla de cerca de 1.500 civiles muertos durante la invasión de Ucrania, aunque las imágenes de los alrededores de Kiev de esta última semana hacen pensar que podrían ser más. Hostomel es otra de estas localizaciones al noroeste de la capital que durante un mes ha sufrido el castigo de las tropas rusas. Más de 400 personas se encuentran todavía desaparecidas y las autoridades están tratando de averiguar cuántas huyeron sin comunicarlo y cuántas pueden haber fallecido. Ahora, en manos de las tropas ucranianas, las familias que permanecieron comienzan a reunirse con quienes pudieron escapar durante el asedio de la ciudad. 

Se trata de un punto estratégico, debido al aeródromo construido durante la época soviética del que podría haber hecho uso el ejército del Kremlin en caso de haber mantenido la posición durante más tiempo. 

Enviado especial Fran Sevilla.

Nuestro enviado especial de RNE, Fran Sevilla, ha logrado entrar en Borodyanka, 40km al noroeste de Kiev. Toda esa zona fue la primera en ser asediada por el ejército ruso y allí el nivel de destrucción es arrollador, confirmándose las afirmaciones de la alcaldesa de la ciudad, quien decía que la situación era peor que la de Bucha. Las calles se encuentran vacías, solamente ocupadas por las ruinas de los edificios y los cadáveres que todavía no han podido ser recogidos por el ejército ucraniano. Y los pocos supervivientes relatan el terror de haber estado escondidos en sótanos con miedo a salir, debido a que a los continuos ataques se les sumaba la presencia de francotiradores en las calles. 

La retirada del Ejército ruso de los alrededores de Kiev ha permitido el acceso de la prensa a Bucha. Allí se han contabilizado más de 400 cadáveres de civiles, la mayoría enterrados en fosas comunes. Zelenski ha visitado Bucha para ver la masacre que las tropas rusas han cometido en la ciudad y desde allí, acusa a Rusia de genocidio: "Estos son crímenes de guerra, sabemos que hay miles de personas asesinadas y torturadas, esto es un genocidio".

Informa Fran Sevilla, enviado especial de RNE en Ucrania
 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asegura que los "crímenes de guerra" y el "genocidio" en Ucrania, en referencia a la supuesta matanza de civiles en la localidad ucraniana de Bucha, no quedarán impunes.

"Vamos a hacer todo lo posible para que quienes han perpetrado estos crímenes de guerra no queden impunes y comparezcan ante la corte Penal Internacional", para responder por cargos de "crímenes de guerra y, por qué no decirlo, de genocidio", ha declarado Sánchez. 

Foto: EFE/Chema Moya